martes, 7 de noviembre de 2017

Un ratito en Naked Bar Madrid




Había leído en el blog Días de Vicio (http://diasdevicio.blogspot.com/) que las noches de los martes eran bien movidas en Naked Bar Madrid. Soy de hábitos diurnos. Es por ello que se me daba tan bien aquello de irme de cruising al Cine Duque de Alba algún día de semana al mediodía o incluso, dedicar el domingo entero a sumergirme en la penumbra de la Sala X mientras afuera el mercadillo de El Rastro se iba dando. Las saunas son unos excelentes lugares también para aquellas criaturas de hábitos diurnos con fuertes deseos anales o con ganas de una ducha.
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Sin embargo, llevaba par de semanas sintiendo la necesidad de emociones más fuertes y de mamadas intensas. Así que decidí acercarme al Naked Bar Madrid y ver qué tal.
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Llegué pasada las diez de la noche. Pagué mi entrada (5 Euros para el otoño de 2016) y me gustó la fauna que encontré. Había de todo un poco: algunos entre las edades de 30-40 años. Pillé un tío bien guapete de unos 50 años y como tres chavales con una pinta llena de morbo alrededor de los 20-26 años de edad. Chaperos, pensé; pero el lugar y el ambiente no se presta para ello.
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Me pido una cerveza en el bar y el bartender resulta ser un chico que tiene su atractivo y super majete. Me cuenta de cómo es la movida y que llegué en un buen días pues la noche tenía buena pinta. Cerca de la medianoche había un nutrido grupo de entre 40 o 50 personas y todos con las mismas características de edades que anteriormente describí.
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Al rato de cumplirse la medianoche, el bartender me dice que por qué no me voy a dar una vuelta por el cuarto, que allí hay algunos tíos dando un buen espectáculo. Me acabo la cerveza y decido acercarme para ver qué tal.
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Al llegar, me encuentro con tres tíos que están dándole de mamar a un oso. El oso estaba de rodillas mama que mama. Era un oso enorme, imaginé que de pie podría alcanzar los 1,90 mts de altura. Fornido, todo velludo, barba espesa y completamente sin cabellos en la cabeza. De unos 40 años de edad, el tío estaba comiendo la polla de los otros tres tíos. A veces por turno, a veces se llevaba dos pollas a la boca. Siempre las manos ocupadas en alguna polla acariciendo los huevos o haciendo una manola. Los tíos estaban de pie y se la estaban pasando la mar de bien. Era gracioso ver que mientras el oso les comía la polla, los tíos charlaban de todo un poco. Comentaban lo bien que el oso la mamaba pero también, hablaban de lo cotidiano de la semana. No había duda que estos tíos se la llevaban de maravilla.
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Uno de los tíos, al parecer el más dominante, me hace señas de que me acerque. Era un tío de casi 1,70 cms. Rubio. Ojos verdes como el agua del Mediterraneo en altamar. Barba cerrada. Delgado. De musculos bien definidos pero sin exagerar. Yo me le acerco y el tío comienza jugar con mis pezones. A todas estas, mi pilila ya estaba afuera y estaba pasando de estado morcillón-apetecible a erección-gloriosa.
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No había tenido yo más de 12 segundos cuando sentí una mano del osote y sentí como se engullía mi polla.
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_¿Cómo te parece que la mama? ¿No es estupendo? -me pregunta el tío de barba cerrada.
_¡Mierda! -exclamé- ¡Qué gusto me da!
_ Y pensar que es heterosexual. -dijo uno de los otros tíos, no recuerdo tal.

Seguimos con el magreo, esta vez a cuatro. Llevaba tiempo sin correrme así que yo no aguantaría mucho tiempo. Me voy a correr, dije. Córrete en mi cara, dijo a modo de suplica el oso que estaba mamando. Así que comencé a masturbar mi polla y me corrí en la cara del oso. Salió una leche espesa en tres o cuatro chorros que salpicaron un poco al tío de barba. Inmediatamente los otros tíos comenzaron a correrse. Todos se corrían directamente en la cara del oso.
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Después de esa corrida subí a descansar y a tomarme una cerveza por aquello de hidratarme y relajar los esfínteres. La noche apenas comenzaba y quería que me follaran. No había comenzado con la cerveza cuando me aborda el tío de barbas. Me comienza a enamorar con que tengo una buena polla y que ellos son un grupo de tíos que de vez en cuando quedan para follar. Allí, el osete es heterosexual-casado pero de vez en cuando le gusta que lo follen y le gusta mamar. ¿Viste que bien lo chupa? Es toda una perra el tío. Tiene un culete de gloria que con cremita se deja hacer de todo. A veces quedamos y nos vemos en el piso de alguno de nosotros o nos venimos a sitios como Naked Bar para conversar, relajarnos un poco y darnos unas buenas mamadas. ¿Qué dices? ¿Te apuntas con nosotros para la próxima?
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Le dije que me parecía buena idea. Eso de tener un grupo de amigos para quedar en algunas mamadas-folladas me parecía bien. Porque si bien, vosotros habéis leído mis aventuras-cruising de este blog, quizás os podrán parecer exitosas; pero la verdad es que en un casi 70% de las veces los encuentros tienden a ser aburridos o algunas veces no se dan. Así que intercambie números con el tío de barba y nos agregamos en Whatsapp.
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El grupo se quedaría un rato más porque querían follar al oso, me dijo el tío de barbas. Les dije que quizás me uniría a ellos. Pero al rato descubrí a un tío de buen cuerpo, sudamericano que al rato supe que era ecuatoriano con una polla como me gustan a mí: tamaño normal tirando a grande. Glande grande pero bien proporcionado para entrar en mi culete. Así que me fuí detrás de las caricias sudamericanas. Le propiné una buena mamada. El tío me retribuyó la mamada y me fue trabajando el culo el cual se dilató rápidamente. Se puso un condón con más lubricante y me folló. Fue rápido pero intenso. El tío se corrío dentro de mí. Yo me corrí inmediatamente después derramando mi lefa en el suelo. Sí, lo sé, una terrible perdida. Nos dimos las palmaditas respectivas y nos despedimos.
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Yo me fuí al bar. Me tomé la última cerveza y justo cuando estaba por irme el tío de barba me díce: ¡Hey! ¡Que nos vamos a follar al oso! ¿Te vienes? En otra ocasión, respondí. Me acaba de follar un rico ecuatoriano y me corrí. Además es tarde. Debo coger el buho porque mañana tengo curro. Venga, me dijo el tío de barba. Hasta luego. Nos comunicamos.
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Llegué a casa. Me duché. Dormí casi cuatro horas y me tuve que levantar para prepararme para el curro. Mientras desayunaba recibí un mensaje de Whatsapp del tío de barba que decía que se lo habían pasado la mar de bien follando al oso. Y me adjuntó la foto inmensa del ojete en primer plano del oso.
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Sin duda, esto podría ser el comienzo de una bonita amistad, pensé.