martes, 18 de diciembre de 2018

Sexual Positions and Others Vicius / De las posiciones sexuales y otros vicios




Me gusta follar indistintamente con tíos y tías. Para mí lo ideal sería follar tres veces por semana: un día con un tío, otro con una tía y la tercera vez con ambos. Esto no es posible, por lo menos no para mí. Se me hace más fácil follar con tíos porque las saunas y los bares de sexo que hay en Madrid así lo permiten, además, a nivel heterosexual, hay otros tiempos y otros códigos que manejar. En estos días me dio por reflexionar sobre las posiciones sexuales que más me gustan, no son necesariamente las que practico con más frecuencia pues depende del tiempo, disposición, lugar, género y nivel de morbo en el que me encuentre y conseguí datos curiosos. 
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Por ejemplo, el 69 es una posición que me gusta practicar con tíos. Disfruto mucho de esta posición cuando un macho me come la polla y yo se la como a él. Me gusta cuando tenemos ritmos diferentes: uno se la come más rápido que el otro y cuando los ritmos son irregulares. Me gusta estar arriba y abajo indistintamente en esta posición. No me gusta hacer el 69 con las tías, no me hacen un buen fellatio y termino perdiendo la erección, bien sea que chupen muy suave o muy duro.
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Con las tías prefiero yo hacerles el sexo oral, me gusta comerles el coño, besar y lamer sus clítoris, mordisquear suavemente sus labios vaginales mientras enloquecen y tocar fuertemente sus pechos.
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Me gusta indistintamente lamer y besar pezones de tíos y tías.
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Como activo-hetero y activo-homo mi posición sexual favorita es el misionero, solo que mientras con las tías les toco los pechos, a los tíos me gusta complacerles haciéndoles una buena paja.
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No me gusta follar a las tías por el culo. Salvo con Montserrat que he tenido una suerte tremenda -le gusta que le follen por culo-, con todas las tías es lo típico: o no les gusta, o les duele y al final es un verdadero calvario follarlas por allí. No es que follarse a un tío por culo sea fácil pero por lo menos están más dispuestos a colaborar.
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Con las tías suelo pasar el resto de la noche después de la follada. Si es con un chico, pues después de follar, unas palmaditas y si te veo por la calle no me acuerdo, aunque no siempre pasa así, en ocasiones he logrado mantener una “amistad” bonita con algunos, entendiendo por “amistad” que si nos topamos de nuevo en algún club de sexo o sauna podemos repetir.
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A las tías me gusta follarlas en la cama. Con los tíos he follado de pie, sentado, en sling, en las duchas, ¡hasta una follada hice en la piscina del Octopus! Con los tíos no necesito tanto preámbulo. Con las tías, salvo dos o tres ocasiones –sin pagar-, me he encontrado con largas esperas y procesos de cortejo hasta que acceden a follar.
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He participado en más orgías de puros hombres que en orgías heterosexuales. De hecho, realmente no he estado en ninguna orgía heterosexual. Una vez le pagué a una prostituta –Isabel- para que me acompañara a un intercambio heterosexual de parejas pero resultó que la pareja swinger que contactamos eran primerizos y pues, no colaboraron tampoco. Isabel se llevó 120 Euros y no pude cumplir mi fantasía. Con los tíos en saunas o clubes homosexuales de sexo es distinto. Cuando hay ambiente de morbo y colaboración suele ser una actividad amena y placentera en la que varios tíos nos comemos los rabos y follamos entre nosotros.
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Me gusta eyacular sobre las tías: rostro, pecho, vientre, aunque la mayoría con las que he estado no les gusta que me corra en sus caras y menos les gusta tragar la leche. Con los tíos es distinto: ¡hay de todo! Tíos que quieren que te corras sobre ellos en donde sea, que le des tu leche en sus bocas. A mí no me gusta que se corran en mi boca, pero me gusta que se corran sobre mi rostro, pecho, vientre. Al igual que muchos machos, me gusta ver la leche correr.
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En ambos casos, con tíos y tías uso condón y lubricante. No utilizo popper por restricciones cardíacas, lo he usado en dos o tres ocasiones como pasivo hace mucho tiempo ya, y recuerdo que me gustó, pero he conocido a tíos que no funcionan sin popper y puede ser un verdadero calvario
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No follo con tíos o tías en mi casa. Sin embargo, con tías cuando la relación se torna “estable”, es decir, nos conocemos de hace tiempo y decidimos ser algo parecido a novios. Ahora estoy con Montserrat y follamos en mi casa casi todos los fines de semana, lo que hace que mi visita a saunas o bares de sexo sea en días de semana.
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Me gusta que los machos me follen, también me gusta cuando estoy con alguna chica atrevida que le da por hurgar en mi culo. Salvo el caso La Giganta –Ana Gabriela- que habíamos hecho del cambio de roles un hábito, no he tenido mucha oportunidad de que otras tías me follen. Montserrat es 100% pasiva y no le ha dado por trabajarme el culo, lo que hace que necesite satisfacer el lado gay-maricón-anal-pasivo durante la semana.

martes, 4 de diciembre de 2018

Robert Mapplethorpe (2)


Aquí os coloco más fotos de Robert Mapplethorpe. Yo insisto: éste tío tuvo que haber disfrutado mucho de estos chochos, ojetes y pollas. Su propuesta artística está enmarcada en lo que se conoce como metaporno: más allá de la pronografía hay una propuesta artística.
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Si meterse un dildo por el culo y tomarse una foto es arte, pues creo que he sido un artista toda la vida.
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¡Que disfrutéis!









martes, 27 de noviembre de 2018

Robert Mapplethorpe


Estando de pasada por New York me tropecé con una exposición de Robert Mapplethorpe. Fotografo y artista neoyorkino a quien no conocía, pese a que es un considerado una figura importante en el mundo de la fotografía. Tiene diversas obras pero las que más me agradan son las del portafolio X, una serie de fotografías en que lo erótico y lo pornográfico se dan la mano, y en el cual se puede apreciar un trabajo de la luz y los contrastes muy agudizados.

Dice la Wikipedia: "célebre por sus fotografías en blanco y negro de gran formato, especialmente flores y desnudos. El contenido sexual de algunos de sus trabajos, calificados de pornografía, generó más de una polémica durante su carrera".

La primera foto de esta serie es un autorretrato de Mapplethorpe donde aparece él mismo con un látigo insertado en su culo.

Sin lugar a dudas este macho sabía como disfrutar de su culo y dejar constancia documentada del mismo.







martes, 13 de noviembre de 2018

Uno se enamora después de que has encontrado la polla de tu vida




“Uno se enamora después de haber encontrado la polla de tu vida, macho”.
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Me dijo Don Eustaquio después de habernos hecho unas mamadas, unas lamidas y después de pajearnos mutuamente hasta llegar al orgasmo. Yacíamos en la colchoneta de uno de los apartados de la sauna Octupus.
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“Yo me conseguí con aquel negro de casi dos metros con la polla más grande que jamás había nunca antes visto”, prosiguió. “Supe en ese momento que estábamos hechos el uno para el otro. Te hablo de la polla, tío, eramos la polla y yo, el negro era un monumental complemento que no me molestaba, pero yo quería esa polla. Era grande, enorme, yo creo que era de unos cuarenta centímetros de envergadura, ¡no te exagero! Era inmensa, de cuerpo duro y firme. La punta del glande estaba correctamente proporcionada con todo el tallo, además el capullo rosáceo contrastaba de singular manera con el negro oscuro del rabo. Bolas rasuradas que casi se convertían en nada cuando la polla estaba erecta… ¡Y la leche! ¡Qué lefazos macho! Tenía la fuerza de cien mil bueyes. Cuando se corrió por primera vez le pedí que me diera su lechita caliente en la cara, y macho, ¡vaya que dolía! ¡Conté siete chorros duros, calientes y fuertes que iban directo a mi cara! ¡Tuve moretones por casi una semana! Me costó convencer a la parienta que los moretones en la mejilla eran que de seguro me había golpeado dormido…, ¡no te rías macho! ¡En serio, me enamoré de esa polla! Me la volví a tropezar dos días después, en la misma sauna, fue allí cuando decidí que esa polla tenía que ser mía…, o quizás, yo de ella. Necesitaba que me follara, que rompiera mi culo, que en dos me partiera. ¡Y tenía que ser a pelo! ¡No había condón hecho para ese tamaño de polla! Le dí una buena mamada y en cuestión de segundos ya tenía ese monstruo frente a mí. Me puse en cuatro patítas y  respiré hondo, tenía una mezcla de sentimientos y emociones, por un lado, tenía muchas ganas que me rompiera el culo, pero por otras temía salir vivo de aquel encuentro pero con el culo desgarrado. Quería sentir el chorro de semen de semejante polla dentro de mí, pero también tenía miedo de que me contagiara de SIDA, una polla como esa no puede usar condón, por lo que se ve obligado a romper culos y explorar agujeros a pelo, sin ningún tipo de protección posible”. ¿Y qué pasó? Le pregunté. “Pues que me folló macho. ¡Me reventó el culo! Y eso que apenas se movió. Yo relajé mis esfínteres hasta más no poder e inhale un pote de Popper completo. ¡Maaacho! ¡Ví el cielo, las estrellas, el cosmos! Sentí como la polla me tocaba el pecho y solo esperaba a sentir los lefazos! Cuando el tío se corrío sentí como su semen me golpeaba la garganta. Una cosa que no había sentido jamás. Depués mientras se corría el tío buscó mi boca para chuparme la garganta, en ese momento le ví por primera vez la cara al dueño de esa enorme y hermosa polla. Era un negro de mierda que si me lo encontraba por la calle yo me cambiaba de cera. Tenía una enorme cicatriz en la mejilla izquierda, dientes separados y desiguales. Ojos pequeños y mirada de macarra que daba miedo. Ya no podía hacer nada. Me tenía en sus manos…, o con su polla. Después de correrse se separó de mí. Yo quería correrme y compartir mi humilde corrida con el macho, pero apenas se corrió, se separó de mí. Se masturbó un par de veces para sacar los últimos rastros de semen que le quedaba y se marchó. No me dijo nada. Desde entonces no lo he vuelto a ver y no me he tropezado con otra polla semejante”.
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_¡Gran historia tío! –dije- ¿Por qué no me haces una mamada y te follo de nuevo? –le comenté, e inmediatamente el tío se dio a la faena mientras yo trataba de imaginar cómo sería ser follado por semejante bestia.

martes, 30 de octubre de 2018

Sobrino Maricón


Hacía dos años que no veía a mi sobrino, el hijo de mi hermana. Cada año nos encontrábamos en las vacaciones de verano en la sierra. En uno de esos años yo me quedé en Barcelona y no me apeteció veranear con la familia, al año siguiente, fue mi sobrino con su hermana pero por razones de logística no coincidimos. Así que mi sobrino había decidido visitar por dos semanas a su tío en Madrid, es decir, a mí.
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El verano que yo no fui mi sobrino había decidido salir del closet y decirle a toda la familia que era gay. Eso no me molestó. Y de hecho, mi madre, su abuela, lo tomó con mucha calma y le dijo "está bien, Luis Carlos, ya se te pasará". No pasó a mayores. Admiraba la actitud de un chaval de 17 años de asumir su sexualidad sin complejos. En mi caso, yo había decidido permanecer en el closet. Cuando se es bisexual abiertamente, suele ser difícil hallar chicas que quieran liarse con uno. 
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Cuando recogí a mi sobrino en Atocha me encontré que había crecido, era más alto que yo pero también mucho más plumífero de lo que lo recordaba. Yo había pensado en darle las llaves de casa y dejar que mi sobrino anduviese a sus anchas. Ese finde tenía previsto irme de saunas o a un club de sexo considerando que Montserrat estaría fuera de Madrid. Pero todo cambió con mi sobrino.
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¡Y no seáis guarros! ¡No me lo follé ni me folló!
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Una vez en casa, le digo a mi sobrino que durante el fin de semana tendría algunos compromisos de trabajo y que estaba en la libertad de hacer lo que quisiera. ¿Tienes planes?, le pregunté.
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_ Pienso irme de saunas. Aquí en Madrid está la movida gay. Quizás me de una vuelta por Chueca o visite algún club de "tíos".
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¡Puff! ¡Ahora sí estaba jodido! ¿A cuál club de sexo iría mi sobrino? ¿Cuál sauna iría? La verdad no me importaba qué hiciese él con su vida, pero tendría que buscar planes alternativos para tener sexo. Me daba mucha vergüenza pensar que me lo pudiese topar en The Ring, o en Firewood. En momentos así es que me da por pensar que lo mejor hubiese sido salir del closet, de esa manera mi sobrino se va para un lado y yo para el otro. Ya sabéis, para no coincidir. Eso de ver como se follan a mi sobrino no me era apetecible.
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 Tuve que matarme a pajas. Mi sobrino llegaba todas las madrugadas y era gracioso ver su cara al día siguiente de felicidad. La había pasado la mar de bien, no cabía duda. Esas dos semanas no salí, no quería toparme con mi sobrino. Había pensado en irme de cruising a San Fernando o a Casa de Campo, pero el frío y la lluvia en Madrid estaban insoportables. Una de las pocas noches en que mi sobrino no se fue de calle promiscua, yo había decidido abrir Grindr cuando de pronto mi sobrino grita:
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_¡Maricóooon!
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Yo salgo con el móvil en la mano y le pregunto a mi sobrino:
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_¿Pasó algo?
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_Tío, que he abierto el Grindr, una aplicación de gays y este edificio esta lleno de maricones.
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¡Menos mal que no puse el Grindr!
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No pude evitar recordar el video de Kika Lovace, una vez más Kika:


https://www.youtube.com/watch?v=z3exEEH86ek







martes, 16 de octubre de 2018

Jugando con vejetes



Existe una gran variedad en la fauna de los abuelos o vejetes, como prefiráis llamarles. En el fondo, no son más que abuelos que les gusta disfrutar del sexo y muchos de ellos viven una 'doble vida' de abuelo que lleva a sus nietos a misa y que de vez en cuando se va a comer el rabo de otros nietos menos niñatos y más hombrecitos.

Durante muchos años se pensó que al llegar a la edad adulta la actividad sexual se desvanecía. ¡Nada más lejos de la verdad! En mis largas incursiones en el cine duque de Alba e incluso en las saunas, me he topado con abuelos que disfrutan sin tabúes de su sexualidad, sea esta  tanto heterosexual, bisexual y homosexual, en todos los ámbitos. Cuando se es joven se es audaz e intrépido, pero jamás se piensa en la sexualidad que ejercen los mayores hasta que nos topamos con algún abuelete que sabe mamarla o que está empalmado, presto a reventar todos los culos que se le atraviesen. En la antigua Grecia, dentro de las prácticas homosexuales, lo común era que el activo fuera el abuelo o el de más edad y el pasivo el más joven, pues este último tenía que aprender de las técnicas amatorias del primero. Practica que he visto con preocupación se ha perdido, pues ahora los abuelos tienden a ser unos pasivos totales y dedicar tiempo al sling..., y no precisamente para dormir la siesta.


Hay hombres mayores cuyas edades giran alrededor de los 60 y 70 años,  suelen ser hombres que andan en buscas de aventurillas sexuales y disfrutan del sexo, algunos con más complejos que otros, esto depende del nivel de prejuicio. Me he topado con abuelos que llevan cuarenta años de casados, con hijos y nietos que de pronto se encierran en una sauna y disfrutan del sexo gay sin tapujos. También me he encontrado a los que después de una buena mamada o follada se sienten culpables..., pero serían capaces de volver a mamar o follar inmediatamente. Algunos vejetes se sienten avergonzados de sus cuerpos y es por eso que prefieren follar en la oscuridad de alguna sauna de vapor o de algún cuarto oscuro. Pero cada vejete tiene su encanto: sus cabellos grises, uno que otro bigote exótico y hasta los gordillos son simpáticos. Una vez estuve en una orgía en la Sauna Octupus en la cual unos ocho tíos nos corrimos sobre el pecho de un osote de unos 63 años. ¡Tenía una enorme barriga! Y era gracioso y placentero ver como tu le apuntabas al pecho y la leche se iba corriendo por toda su barriga.


Hay también mucho vejete cachondo, que aprovechan el crepúsculo de sus días y se vuelven unas viejas derrapadas. ¡Lo que no gozaron cuando jóvenes desean gozarlo ahora! Algunos tienen el talento de atraer todavía, otros simplemente aprovechan alguna polla generosa que se les ofrezca en el camino. Una vez me topé con uno que después de follar me confesó que descubrió el mundo del cruising gay porque le habían dicho que las maricas sabían como mamarlo. El pobre abuelo jamás -según él- había tenido la oportunidad que se lo chuparan pues se casó con una tía muy conservadora que veía en eso de mamar pollas algo muy guarro. Un día el tío se aventuró al baño de Atocha, sin conocer muy bien cómo funcionaba esto del cruising, se acercó al lavabo, se bajó la bragueta, se sacó la polla, miro alrededor y allí estaba: un tío contentísimo de mirarle la polla quien tomo la iniciativa, se encerraron en un apartado y el abuelo tuvo la mejor mamada de su vida. Era una época en que no había internet, la información de zonas de cruising se corría de boca en boca o en su defecto a través de revistas especializadas en temas homoeróticos y que se vendían como contrabando en plena era franquista.



La internet fue una verdadera revolución para los vejetes homo-hetero-reprimidos, pues permitiría que algunos se atrevieran a buscar citas a ciegas, otros leerían sobre sitios de cruising y muchos descubrirían los códigos gays característicos como la bandera multicolor o la biflag. Los abuelos aprenderían que en donde estuviesen esas banderas habría la posibilidad de algunas caricias, que a esa edad se necesitan con frecuencia.

Me considero un tío normal en todos los sentidos, me he descubierto a mí mismo adicto al sexo en casi todas sus múltiples facetas y prácticas y me he sorprendido de que no hay escasez de hombres que quieran tener sexo con otros hombres, tengan la edad que tengas. Esten casados, solteros, se consideren heteros, bicuriosos, homosapiens o les guste practicar sexo interracial o intercultural. Muchos abuelos son buena compañía para aprovechar algunas horas de placer. ¡Ésto último es muy importante! Porque si bien hay tíos que no disponen de un lugar propio, hallan el tiempo para compartir alguna paja, alguna cálida lefa y la imprescindible mamada.

Mi experiencia me han enseñado que hay abuelos que pueden tener relaciones sexuales con diferentes personas todos los días o noches de la semana, ya sea individualmente o en grupos. Los hombres casados ​​que "no tienen espacio" suelen estár dispuestos a reunirse "durante el día, de lunes a viernes". Este tipo de abuelo está en todas partes. Si uno puede convertirse en anfitrión, pues se disfruta del sexo sin límites. Igual siempre estarán las saunas, los bares de sexo aunque también hay tíos que no les mola ir a estos sitios. Aunque se sea vejete y flipen por el sexo entre hombres, todavía hay muchos prejuicios.


Los matrimonios sin sexo son una base fértil para los hombres que quieren un poco de coqueteo con otros hombres. Muchos comienzan viendo videos en PornTube o RedTube y quieren tener  la experiencia "real". Tocar, abrazar, mamar, sentir un dedo que entra por sus culos, ducharse con otros tíos, o tan solo conversar de todo un poco con tíos que han experimentado sensaciones similares; estos son aspectos importantes para los abuelos que desean y tienen relaciones sexuales. Lo he dicho muchas veces antes, pero el lugar más solitario en la tierra para un hombre de cualquier edad es el lecho matrimonial cuando no hay sexo. Los hombres NECESITAN ser abrazados, hechos para sentirse bien, expresar sus necesidades sexuales, saber que otros hombres los aprecian por lo que son y lo que pueden aportar al encuentro.


Ahora, con Viagra y otras píldoras para mejorar la erección, el proceso de envejecimiento natural del síndrome de flacidez puede revertirse, permitiendo que las relaciones sexuales continúen hasta una edad avanzada. Sus roles sexuales cambian en nuevas direcciones: ahora se convierten en besucones y los toques sensuales se convierten en prioridades los cuales cuentan a su nuevo repertorio de caricias intimas.

 Es posible que su pene no haga todo lo que hacía antes, pero créanme, hay mucho más en el placer sexual que estar obsesionados por la polla. Por lo general este tipo de abuelo suele ser un gran mamador, o un pasivo que lo pone fácil y sobre todo: un pajero con mucha experiencia. Las mejores pajas y mamadas me la han ofrecido abueletes muy mayores que no tienen apuro y se toman todo su tiempo para darme placer. A esas edades no se pierde tiempo ni recurso, es por ello que por lo general a los abuelos les encanta tragarse toda la lechita.




Es sorprendente como veo cada vez con más frecuencia a tíos jóvenes buscando a mayores. En los últimos años me ha pasado que a mis 45 años me comienzan a seguir chicuelos por toda la sauna y lo que quieren es que me los folle. ¡Son unas maricas pasivas! ¡Yo lo disfruto mucho! En internet hay cualquier cantidad de sitios de citas que anuncios como "Chico de 22 busca a adulto de 55 para que le reviente el culo".

Siempre hay una protesta en el mundo heterosexual cuando las mujeres mayores toman a amantes más jóvenes, pero en el mundo gay masculino, esa protesta rara vez ocurre. Se trata de "bien por ellos". Sucede mucho más a menudo de lo que imaginamos, hay una gran cantidad de cariño y afecto genuinos compartidos entre los dos grupos de edades diversos.

Es cuestión de buscar bien y sobre todo tener paciencia. Hay hombres jubilados que dedican su tiempo a buscar sexo con otros hombres: tardes de sauna, baños gay, noches desnudas organizadas en bares, fiestas de ropa interior, fines de semana desnudos en el campo, amigos que tienen mini-orgías en casa de alguien, viajeros que buscan diversión similar en sus habitaciones de hotel, clubes de masturbación, estos últimos muy populares en Estados Unidos, Canada y Australia.

Si no habéis experimentado el sexo con abuelos y estáis leyendo esto, no lo dudéis ¡Es un mensaje de la Providencia! ¡Busca a tu abuelete! ¡Encontraréis sensaciones como nunca antes vivida!

martes, 18 de septiembre de 2018

Entre ojetes y ojetes. Una noche de viernes en The Ring (2 de 2)










Después de dos cervezas y confirmadas mis sospechas de la desaparición del pequeñín, decido meterme en el cuarto oscuro a ver de qué va la cosa. Voy listo a por todos lados: a follar y a que me follen, me había lubricado previamente el culo y cargaba dos condones a mano. Me apetecía correrme, bien sea que yo estuviese en labores de activo o de pajillero pasivo.
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Misión imposible era la entrada en el cuarto oscuro. Disfruté dos magreadas de culo y una que otra caricia de polla, cosa que me dejé hacer y se me puso dura tropezándome con cuanto culete hallé en mi camino pero sin entrar del todo. Fue un magreo constante a lo largo de la trayectoria dentro del oscuro cuarto. Salí a ver si había algo de acción en el laberinto. Habían chicuelos de edades entre los 21 y 24 años estaban bastantes desinhibidos, nada como ser un joven maricon y no andar con mariqueras. Ví a tres que estaban en un lugar con mucha luz intercambiando pajas, mamadas y caricias de tetilla, estaban dando una escena hermosa, porque además poseían enormes pollas. Me quedé un rato contemplándolos,  no quise entrar a participar, consideré que sería una enorme falta de respeto de mi parte que me interpusiera en tan maravillosa escena, "Las tres gracias del The Ring", las bauticé. 
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Después de dar muchas  putivueltas, gajes del oficio al momento de visitar las saunas, me topé con un tío rubio, guapete, ojazos claros. Me mira y  va directo a una de las cabinas. Lo sigo y no he terminado de entrar cuando comienza un magreo suave y delicioso en mis tetillas. Me sonríe. Está con ganas de algo, pero no entiendo si se va a definir como activo o como pasivo, lo noto algo cortado y no deseo presionarlo. Ya me ha pasado que presiono y me encuentro con que el tío se siente 'presionado' y se va. Decido algo más neutral y comienzo a trabajarle las tetillas con la lengua, con una mano busco su polla y con la otra el ojete. Tiene un rabo de tamaño promedio, bueno en tamaño para mamar, pajear y follar. Noto que prefiere que me concentre un su culo así que busco en el dispensador lubricante y me dedico tiempo completo a prepararle el ojete. 
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El tío se porta de maravilla, el ojete es super amable conmigo y se dispone a recibir a mi polla. Entre tanto magreo y exploración anal mi polla se había aburrido y se había puesto flácida, pero el tío, entendiendo que así no me lo podía follar y dado que había dedicado unos minutos preciosos a prepararle el ojete, me ofrece una mamada reconfortante que hace que se me ponga tiesa la polla y que recuerde que ha venido a follar.
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Empiezo a penetrar al tío y entro sin problemas. El tío resopla, bufa y jadea que me da algo de corte. ¿Qué pensará la gente? ¿Que estamos follando? Sigo en embestidas cada vez más fuertes y el tío grita el clásico "¡Oh, tío! ¡Qué gusto me das!" Sin anunciarme por cortesía el tío se comienza a correr. Son borbotones y una inmensa cantidad de leche que el tío bota hacia el piso. Le digo que es una pena, que me hubiese gustado que me echara su lechita encima. El tío no paraba de moverse así que le digo que me voy a correr. Me pide que me corra sobre su cara y como es mi costumbre, ante tales peticiones no me puedo negar. Me saco el condón que noto lleno con demasiada mierda para mi gusto, y comienzo una paja rápida antes de que me de corte el mierdero. 
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Presto se dispone el tío apenas termina de ponerse en posición suelto tres chorros de lefa que le dan en el lado izquierdo. El tío se sonríe y me lanza una mirada llena de morbo. ¡Cómo estaba disfrutando este tío! Apenas termino de correrme el tío se dedica a chuparme el glande, buscaba extraer hasta la última gotita de leche de mis huevos. Por lo general yo quedo con el pene muy sensible después de una eyaculación y pido que me dejen en paz, pero en esta ocasión soporte con una enorme capacidad estoica el tratamiento bucal de cortesía del tío. 
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Después de la corrida coincidimos que la hemos pasado bien y que hemos disfrutado mucho, que todo ha sido una tarde llena de morbo y placer y que deberíamos repetir. Fuimos al baño a lavarnos y decidimos que era buena idea que intercambiáramos números de móvil. Inmediatamente le dije que yo era bisexual, que tenía una relación medio estable con una tía y que si a él le placía que nos vieramos de vez en cuando en alguna sauna o bar de sexo, que fuese sin compromiso. 
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Para mi sorpresa el tío dijo que estaba bien. Que además él estaba casado y tenía un hijo y que por nada del mundo permitiría que una relación homosexual acabara con su relación heterosexual de tantos años. Eso me tranquilizó y me animo a que intercambiáramos números y que fuesemos discretos por el Whatsapp, porque a él su mujer le revisa el teléfono, no es que fuese desconfiada, simplemente ocurría. En mi caso Montserrat no me revisaba nunca nada, la confianza era absoluta. Cuando fui a anotar su número me encontré con una llamada perdida de Montserrat por Whatsapp y un mensaje.
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La tía me había escrito para desearme buenas noches. ¡Y vaya que había sido buena!, pensé.

(Fin de esta crónica)






martes, 4 de septiembre de 2018

Entre ojetes y ojetes. Una noche de viernes en The Ring (1 de 2)






Me la estaba pasando bien con Montserrat. Poco a poco habíamos dejado de ser una pareja de vernos de vez en cuando para follar, a establecer una relación 'más estable'. Por un lado eso me gustaba porque me place tener una pareja heterosexual estable, además, el sexo con Montserrat se había circunscrito a las tradicionales prácticas anales. Para quienes hemos tenido pareja-mujer sabemos lo difícil que es que las tías otorguen su ojete en ofrenda a los placeres anales. Montserrat desde muy joven había experimentado con su ano con la finalidad de prepararse en todas las posibilidades amatorias y de penetración por la puerta trasera. Montserrat le tenía pánico a quedar embarazada y fue por eso que decidió desde muy joven ofrecer su ojete antes que su coño.
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Yo en verdad me la estaba pasando la mar de bien. Nunca antes había entrado con tanta frecuencia a un agujero; y a pesar de que me la estaba pasando mola que mola mis deseos de follar a algún macho iban poco a poco creciendo. Me gusta penetrar y reventar puertas traseras, pero me gusta más si además puedo colaborar en alguna pajilla a quien me permite entrar por su ojete.
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Como tenía ya tiempo sin irme de cruising o a alguna sauna, me dieron unas ganas enormes de pajear a algún macho. Mis findes con Montserrat comenzaban los viernes y nos encerrábamos a follar hasta el domingo..., bueno, exagero un poco, no todo era follar, paséabamos, cenábamos y hacíamos todas esas cosas que hacen las parejas hetero cuando se profesan amor; pero ese finde comenzaría para nosotros el sábado así que decidí ir el día anterior -viernes en la noche- a The Ring.
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Como era de esperarse había bastante gente y la noche prometía. Llegué alrededor de la medianoche, pues entre otras cosas, supuse que Montserrat no me llamaría ni me mandaría mensajes por Whatsapp. En el ambiente de The Ring lo que dominaba era gente muy joven, muchos tenían unos cuerpazos que se ve los habían trabajado en el gym. Afortunadamente, yo no me quedaba atrás, gracias a mi rutina de ejercicios mantenida a raíz de mi padecimiento cardíaco gozaba de buena forma, cuerpo definido aunque sin exagerar y digamos que a mis 45 años ya estaba comenzado a comportarme como el clásico daddy, "estoy aquí para darte lechita, baby".
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Hice mi acostumbrada ronda de reconocimiento. Putivuelta como le gusta decir a Perro. Todo el mundo se había concentrado en la zona de laberinto y en el cuarto oscuro. Me preocupé, la verdad sea dicha. Suele pasar que cuando hay mucha gente, o se arma una verdadera orgía de chupar aquí y mamar allá, o por el contrario, la gente se magrea pero no pasa de allí. Sin embargo, esto no son leyes absolutas y uno debe dejar que la noche siga su curso.
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Después del respectivo paseo me metí en el laberinto de los azulejos. Allí me encontré con un chico pequeñito. Nos miramos. No había pasado un segundo cuando tenía al tío de rodillas comiendo mi polla. ¡Oh dioses! ¡El culete de Montserrat era maravilloso pero las mamadas que solo un macho te pude dar no tiene precio! Estábamos mal ubicados y no dejábamos pasar a los otros tíos que andaban en busca de su respectiva polla-mamada. Así que lo levanto y le digo al oído si no desea que vayamos al sling, el tío me dice algo incomprensible al oído pero que entendí como una afirmación. En el sling se tira boca arriba, levanta las patitas, se unta lubricante en el culo mientras yo saco una goma. El tío se comienza a pajear, situación característica de todo macho: hacerse una pajilla para aflojar los esfínteres. Con la goma puesta mi polla entra sin problemas encontrado un ojete cálido y tierno que me conmovió hasta el alma.
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Meto, saco, meto, saco. Junto a nosotros pasa un tío que me toca la espalda. Le invito a que me meta el dedo en el culo o que por lo menos le de mamar al pequeñín que tengo en el sling, pero el tío, que sea de paso estaba guapísimo, nos ignora completamente sumergiéndose en la oscuridad y el calor de otros cuerpos. Yo siento que no me voy a correr todavía cuando el pequeñín me dice que se va a correr. Le agarro la polla y no he terminado de pajearlo cuando se ha corrido dejando una espesa huella de semen  en su pecho que comienza a desparramarse por el piso. Saco mi polla. Le digo a el tío que no se vaya para que nos tomemos algo, en realidad lo que me apetecía era volverlo a follar. El tío se levanta y me dice que nos encontremos en la barra. Voy al baño, me lavo. En la salida un tío me magrea la polla con ternura pero muy amablemente lo rechazo. Ya en la barra pasan los minutos, ya voy a por la segunda cerveza y me temo que a el pequeñín lo tienen insertado en alguna parte o que se ha ido. De hecho, después comprobaría que sería esta última idea porque no lo volví a ver.

(1 de 2)


martes, 28 de agosto de 2018

Shunga


Me había topado con Toshiro en la Sauna Center, sauna que hay que decir está francamente desmejorada. Inmediatamente hice contacto visual con Toshiro: asiatico, de cabellos algo largos y lisos, y de bigote que parecía más un turista mexicano que uno japones. En realidad Toshiro es el primer japonés con el que me he liado y esperaba que fuese a través de alguna app, pero que va, se dio en un sauna de Madrid y eso mola.
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Toshiro estaba de paso por Madrid y me comentó en un inglés algo tosco y básico que estaba metido en uno de esos tours en que recorren Europa en quince días. Este era su día seis y ya había conocido Lisboa, Madeira, Barcelona, Santiago de Compostela y ahora estaba en Madrid, la siguiente ciudad sería Sevilla y posteriormente saltaba a Roma, Milano..., en fin, ¡vaya con estos tíos! 
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Lo cierto es que Toshiro se escapó del tour, mientras los demás estaban contemplando las maravillas del Museo del Prado Toshiro estaba buscando pollas castizas. Me dio una mamada muy buena frente a unos seis tíos, pero le dio mucha verguenza y sin decir palabras me llevó hasta uno de los apartados de la Sauna Center. Las colchonetas daban asco, el olor a cutre era insoportable y la puerta costó Dios y su mundo que calzara. Sin embargo, me quedé de pie y Toshiro continuó con la maravillosa  mamada. Le dije que me iba a correr y él hizo el ademán universal de que me corriera en su boca, cosa que hice sin perder tiempo alguno.
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Después de haberme corrido quise retribuirle con una buena mamada, apenas logré tocar su polla que era pequeña y tímida y que no me dejó verla. Lo que me gustó de Toshiro era que en la espalda tenía un tatuaje muy pornográfico, le pregunté qué significaba y me dijo que era "Chunga". No le presté atención, el tío se fue en busca de otras pollas.
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Luego en casa revisé en la internet lo que era la "Chunga" -se escribe- Shunga:
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Dice la Wikepedia sobre el shunga:

"El shunga (春画? lit. «imágenes de primavera») es un género de producción visual japonés que tiene como tema principal la representación del sexo. Está vinculado, principalmente, con la producción gráfica conocida como «estampas del mundo flotante», o xilografía ukiyo-e, del período Edo (1603-1867), a partir de imágenes de álbumes o de ilustraciones de textos de la literatura popular de entonces, así como con la producción pictórica de la época. A pesar de que su producción estuvo marcada por regulaciones y prohibiciones por parte del gobierno, la realización de este tipo de obras continuó prácticamente hasta finales de la era Meiji, con la prohibición de material «obsceno» en el Código penal japonés del año 1907.
La traducción literal del vocablo japonés (de origen chinoshunga significa «imágenes de primavera», siendo «primavera» una metáfora común para el acto sexual. Las escenas describían relaciones sexuales de todo tipo, incorporando en ellas a los más variados actores de la sociedad japonesa de entonces, como a los miembros de la clase comerciantesamuráismonjes budistas e inclusive seres fantásticos y mitológicos."

(Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Shunga)
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Es fascinante como algo tan común como las relaciones sexuales tiende a ser tema tabú en algunas sociedades. 
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Existen temas homoeróticos del arte Shunga, estoy en la caza de a por ello.










martes, 21 de agosto de 2018

Anhelos






¡Qué fortuna al encontrarme con Montserrat! ¡A Montserrat le encanta follar por el culo! Debo sentirme afortunado porque no es normal conseguir a una tía en estos días que le gusta que le den por culo. De hecho, es casi imposible. Muchas tías ven en que ser folladas por el culo es menospreciar su feminidad, por eso es difícil salir con tías que le gusten que las follen por el ano. En la mayoría de los casos, cuando uno les propone con todo respeto hurgar por la puerta de atrás, me he encontrado con tías que se ofenden y no desean volver a follar conmigo o con la típica tía que cree que es una broma. En tres ocasiones me ha pasado que las tías han accedido pero demuestran una fuerte inexperiencia como miedo, temor, rechazo y asco. El caso de Montserrat es una bendición que se debe a su neurosis: la pobre no quiere quedar embarazada y al mismo tiempo, no desea quedarse sin follar; entonces, para seguir disfrutando del sexo fue poniendo a prueba su culo, el cual recibe mi polla con cariño y ternura. Montserrat hace un pésimo sexo oral, por lo cual, sigo yendo a las saunas a disfrutar con otros machos del sexo entre hombres, cosa que tiene sus ventajas y sobre todo ofrece un deleite diferente. En varias ocasiones, Montserrat me ha dicho que está feliz conmigo porque además de que soy un tío sumamente tranquilo, me tomo mi tiempo para trabajar su culo, ¡y es que nos gastamos una buena pasta en lubricantes para su ano!, por cierto, a veces me los llevo para una sauna y así aprovechar que me den por culo a mí también. Montserrat tiene la piel blanca y su piel se pone roja cuando se excita. Montserrat se vuelve una perra lujuriosa y sexualmente difícil de satisfacer por lo que me toca darle por culo una y otra vez.
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Me gusta que ambos tenemos  la seguridad, la confianza y el amor en el otro para disfrutar de lo que nos gusta, me gusta darle a por culo y a ella le gusta recibir su buena dosis de polla mientras se masturba y juega con su clítoris. Pienso que me gané el premio gordo porque lo que me excita más que cualquier cosa en el mundo, a ella también le excita! Ella no me chupa bien la polla, he de reconocer, pero hace su mejor intento, usa mucho los dientes y a veces me chupa el pene con mucha fuerza, cosa que lejos de excitarme, hace que pierda la erección.  No la he forzado -aún- a que se trague mi semen, sin embargo, en varias ocasiones me he corrido sobre su vientre o sus pechos, veremos si se atreve más adelante…, aunque yo lo dudo.
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De vez en cuando le como el coño y me gusta como me estruja la cabeza contra su coño. ¡Y pensar que ella se ve tan seria y recatada con su traje cuando va a la universidad, con su actitud de doctora en historia del arte que es incapaz de ver a un tío desnudo! ¡Es una perra! ¡En la intimidad es una perra! ¡Y eso nos gusta! En la intimidad es toda una zorra. Me gustaría con ella y con otro tío formar un menage a trois, pero me temo que en eso Montserrat es muy conservadora y no se dejará follar por otro…, eso creo, igual no hemos conversado sobre eso. Me gustaría darle por culo a Montserrat mientras veo que ella le chupa la polla a otro tío o mejor aún, follármela mientras yo me como alguna buena polla.
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¡Me encantaría que un día se levante haciéndome ver que necesita más compañeros de juegos sexuales! Chupando y babeando en descuidado abandono  pollas y bolas, exprimiendo el presemen y lamiéndolo mientras ella me mira con sus ojos diciéndome sin decir una palabra que mi pene es tan bueno como este, y que además me pidiese mi polla para recibir su talentos orales! ¡Me encanta eso! ¡Mostrándome el semen de otro macho en su boca y en su cara!
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Con Montserrat dejamos las mamadas para los fines de semana. Me gusta hacerle sexo oral con tiempo, paciencia y delicadeza. Me gusta lamer su coño y jugar con su clítoris mientras le voy preparando el culete para penetrarla suavemente. Ella se excita, gime, grita y pide más.
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La relación se ha tornado estable, no quiere decir esto que nos vamos a comprometer o casar, aún no se ha hablado de eso. Tampoco si Montserrat se vendrá a vivir conmigo –yo vivo solo, ella con sus padres-. He tenido que organizar mis visitas de los saunas los días de semana porque dedico los findes a pasarlos con Montserrat. Esto me ha permitido descubrir nuevas pollas, nuevos habituales y nuevos ritmos en las saunas y clubes de sexo de Madrid.

martes, 14 de agosto de 2018

Montserrat de la Capilla (Coño vs . Polla) 3 de 3





Comencé tan noble labor pasando mi lengua por su ojete, a lo cual Montserrat pegó unos gritos de placer, exitación y lujuria. Al igual que acostumbro hacer con los machos que me suelo follar, quise trabajarle un poco el clítoris y el coño, de manera que cuando fuese a por su culete, éste estuviese listo y apto para la penetración anal. Montserrat tenía un coño frondoso en vellos, tierno al tacto, igual de firme que sus muslos y sobre todo de un sabor dulce y al paladar fresco. Su vagina se dilataba con tal rapidez que mis dedos no tardaban en penetrar por sus entrañas como turista japones entra al museo del Prado en verano. Lamía a Montserrat por todas partes, llegó un momento en el cual se mezclaron mi saliva con la humedad de sus labios vaginales. Luego busqué el lubricante para trabajar con más ahínco el culete. El lubricante que me dio Montserrat era a base de aceite y ya había leído yo que era preferible usar a base de agua si se pensaba realizar penetración anal con goma. Así que busqué el mío, se lo unté en el culo con mi dedo y comencé a trabajarla. Montserrat tenía cara de perra en celo, de gata deseosa de follar. A cada movimiento de mi dedo ella gemía, si movía mis dedos a un lado, gemía y movía la cabeza hacia ese lado. Nunca había visto algo así y me excitó sobremanera. Mi polla estaba semierecta, más hacia un estado de morcillón-zombie que de flacidez precoital. Viendo que el culo de Montserrat ya se preparaba para ser embestido por mí, comencé a hacerme una pajilla para pasar del letargo de morcilla a una postura más firme y erecta, una postura digna y heróica que me permitiera hacer frente  a la experiencia anal a la que me iba a enfrentar. Justo estaba poniéndome caliente cuando a Montserrat se le ocurrió la brillante idea -en el sentido irónico de la palabra- de medio voltearse y hacerme una mamada, mitad de agradecimiento y mitad colaborar con la causa noble de la erección.

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Digo que soy irónico porque cuando una tía me hace sexo oral, por lo general, en vez de sentir el placer de la erección y del recorrido de mi sangre por el tronco del pene, me encuentro con una boca inexperta o torpe, que mama más por obligación que por placer, por lo cual, mi polla se entristece, se deprime mi polla, se recoge al ver que alguien se la lleva a la boca por obligación. Salvo dos o tres tías en mi vida, que me han hecho una buena mamada, la mayoría no sabe o no le gusta, o no le importa mamar bien. Cosa contraria con los machos. A veces me voy toda la tarde de sauna y me encuentro con momentos en que mi polla nunca está descuidada: siempre hay un macho cerca y listo para ofrecer unas buenas mamadas. En definitiva, es muy raro que me encuentre con algún macho que no sepa cómo mamar una polla, y cuando estas cosas pasan, por lo general maman mal más por nerviosismo que por incapacidad. Hasta con un macho inexperto y primerizo en las redes del mundo homosexual, es capaz de ofrecer una mejor mamada, más delicada y sincera que la más experta de las putas -heterosexuales-. No sé a que se deberá esta circunstancia, quizás pueda ser una situación de 'genitalidad', es más fácil conocer cómo siente un órgano sexual determinado si es el mismo que uno posee. 

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En fin, que la Montserrat me estaba dando una mamada y resultó ser la clásica mamada de mujer heterosexual sin experiencia o con mal carácter. Sentí que perdía la erección así que le dije a Montserrat que me dejara, que estaba listo para penetrar su culo. Me puse una goma y ¡zas! Entró mi polla de manera profunda y sin esfuerzo. Escuché de Montserrat un suave quejido y creo que le llegué a escuchar el clásico '¡qué gusto, macho!' Estabamos unidos uno al otro, la atraje hacia mi pecho, de manera que, sin sacar mi polla de su ano, me senté en la cama, le abrí las piernas y comencé a trabajar su clítoris. La tía estaba que no paraba de gemir. su culo, debo reconocer, se comportaba con mucha nobleza y madurez. Se dejaba hacer.