martes, 28 de agosto de 2018

Shunga


Me había topado con Toshiro en la Sauna Center, sauna que hay que decir está francamente desmejorada. Inmediatamente hice contacto visual con Toshiro: asiatico, de cabellos algo largos y lisos, y de bigote que parecía más un turista mexicano que uno japones. En realidad Toshiro es el primer japonés con el que me he liado y esperaba que fuese a través de alguna app, pero que va, se dio en un sauna de Madrid y eso mola.
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Toshiro estaba de paso por Madrid y me comentó en un inglés algo tosco y básico que estaba metido en uno de esos tours en que recorren Europa en quince días. Este era su día seis y ya había conocido Lisboa, Madeira, Barcelona, Santiago de Compostela y ahora estaba en Madrid, la siguiente ciudad sería Sevilla y posteriormente saltaba a Roma, Milano..., en fin, ¡vaya con estos tíos! 
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Lo cierto es que Toshiro se escapó del tour, mientras los demás estaban contemplando las maravillas del Museo del Prado Toshiro estaba buscando pollas castizas. Me dio una mamada muy buena frente a unos seis tíos, pero le dio mucha verguenza y sin decir palabras me llevó hasta uno de los apartados de la Sauna Center. Las colchonetas daban asco, el olor a cutre era insoportable y la puerta costó Dios y su mundo que calzara. Sin embargo, me quedé de pie y Toshiro continuó con la maravillosa  mamada. Le dije que me iba a correr y él hizo el ademán universal de que me corriera en su boca, cosa que hice sin perder tiempo alguno.
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Después de haberme corrido quise retribuirle con una buena mamada, apenas logré tocar su polla que era pequeña y tímida y que no me dejó verla. Lo que me gustó de Toshiro era que en la espalda tenía un tatuaje muy pornográfico, le pregunté qué significaba y me dijo que era "Chunga". No le presté atención, el tío se fue en busca de otras pollas.
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Luego en casa revisé en la internet lo que era la "Chunga" -se escribe- Shunga:
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Dice la Wikepedia sobre el shunga:

"El shunga (春画? lit. «imágenes de primavera») es un género de producción visual japonés que tiene como tema principal la representación del sexo. Está vinculado, principalmente, con la producción gráfica conocida como «estampas del mundo flotante», o xilografía ukiyo-e, del período Edo (1603-1867), a partir de imágenes de álbumes o de ilustraciones de textos de la literatura popular de entonces, así como con la producción pictórica de la época. A pesar de que su producción estuvo marcada por regulaciones y prohibiciones por parte del gobierno, la realización de este tipo de obras continuó prácticamente hasta finales de la era Meiji, con la prohibición de material «obsceno» en el Código penal japonés del año 1907.
La traducción literal del vocablo japonés (de origen chinoshunga significa «imágenes de primavera», siendo «primavera» una metáfora común para el acto sexual. Las escenas describían relaciones sexuales de todo tipo, incorporando en ellas a los más variados actores de la sociedad japonesa de entonces, como a los miembros de la clase comerciantesamuráismonjes budistas e inclusive seres fantásticos y mitológicos."

(Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Shunga)
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Es fascinante como algo tan común como las relaciones sexuales tiende a ser tema tabú en algunas sociedades. 
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Existen temas homoeróticos del arte Shunga, estoy en la caza de a por ello.










martes, 21 de agosto de 2018

Anhelos






¡Qué fortuna al encontrarme con Montserrat! ¡A Montserrat le encanta follar por el culo! Debo sentirme afortunado porque no es normal conseguir a una tía en estos días que le gusta que le den por culo. De hecho, es casi imposible. Muchas tías ven en que ser folladas por el culo es menospreciar su feminidad, por eso es difícil salir con tías que le gusten que las follen por el ano. En la mayoría de los casos, cuando uno les propone con todo respeto hurgar por la puerta de atrás, me he encontrado con tías que se ofenden y no desean volver a follar conmigo o con la típica tía que cree que es una broma. En tres ocasiones me ha pasado que las tías han accedido pero demuestran una fuerte inexperiencia como miedo, temor, rechazo y asco. El caso de Montserrat es una bendición que se debe a su neurosis: la pobre no quiere quedar embarazada y al mismo tiempo, no desea quedarse sin follar; entonces, para seguir disfrutando del sexo fue poniendo a prueba su culo, el cual recibe mi polla con cariño y ternura. Montserrat hace un pésimo sexo oral, por lo cual, sigo yendo a las saunas a disfrutar con otros machos del sexo entre hombres, cosa que tiene sus ventajas y sobre todo ofrece un deleite diferente. En varias ocasiones, Montserrat me ha dicho que está feliz conmigo porque además de que soy un tío sumamente tranquilo, me tomo mi tiempo para trabajar su culo, ¡y es que nos gastamos una buena pasta en lubricantes para su ano!, por cierto, a veces me los llevo para una sauna y así aprovechar que me den por culo a mí también. Montserrat tiene la piel blanca y su piel se pone roja cuando se excita. Montserrat se vuelve una perra lujuriosa y sexualmente difícil de satisfacer por lo que me toca darle por culo una y otra vez.
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Me gusta que ambos tenemos  la seguridad, la confianza y el amor en el otro para disfrutar de lo que nos gusta, me gusta darle a por culo y a ella le gusta recibir su buena dosis de polla mientras se masturba y juega con su clítoris. Pienso que me gané el premio gordo porque lo que me excita más que cualquier cosa en el mundo, a ella también le excita! Ella no me chupa bien la polla, he de reconocer, pero hace su mejor intento, usa mucho los dientes y a veces me chupa el pene con mucha fuerza, cosa que lejos de excitarme, hace que pierda la erección.  No la he forzado -aún- a que se trague mi semen, sin embargo, en varias ocasiones me he corrido sobre su vientre o sus pechos, veremos si se atreve más adelante…, aunque yo lo dudo.
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De vez en cuando le como el coño y me gusta como me estruja la cabeza contra su coño. ¡Y pensar que ella se ve tan seria y recatada con su traje cuando va a la universidad, con su actitud de doctora en historia del arte que es incapaz de ver a un tío desnudo! ¡Es una perra! ¡En la intimidad es una perra! ¡Y eso nos gusta! En la intimidad es toda una zorra. Me gustaría con ella y con otro tío formar un menage a trois, pero me temo que en eso Montserrat es muy conservadora y no se dejará follar por otro…, eso creo, igual no hemos conversado sobre eso. Me gustaría darle por culo a Montserrat mientras veo que ella le chupa la polla a otro tío o mejor aún, follármela mientras yo me como alguna buena polla.
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¡Me encantaría que un día se levante haciéndome ver que necesita más compañeros de juegos sexuales! Chupando y babeando en descuidado abandono  pollas y bolas, exprimiendo el presemen y lamiéndolo mientras ella me mira con sus ojos diciéndome sin decir una palabra que mi pene es tan bueno como este, y que además me pidiese mi polla para recibir su talentos orales! ¡Me encanta eso! ¡Mostrándome el semen de otro macho en su boca y en su cara!
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Con Montserrat dejamos las mamadas para los fines de semana. Me gusta hacerle sexo oral con tiempo, paciencia y delicadeza. Me gusta lamer su coño y jugar con su clítoris mientras le voy preparando el culete para penetrarla suavemente. Ella se excita, gime, grita y pide más.
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La relación se ha tornado estable, no quiere decir esto que nos vamos a comprometer o casar, aún no se ha hablado de eso. Tampoco si Montserrat se vendrá a vivir conmigo –yo vivo solo, ella con sus padres-. He tenido que organizar mis visitas de los saunas los días de semana porque dedico los findes a pasarlos con Montserrat. Esto me ha permitido descubrir nuevas pollas, nuevos habituales y nuevos ritmos en las saunas y clubes de sexo de Madrid.

martes, 14 de agosto de 2018

Montserrat de la Capilla (Coño vs . Polla) 3 de 3





Comencé tan noble labor pasando mi lengua por su ojete, a lo cual Montserrat pegó unos gritos de placer, exitación y lujuria. Al igual que acostumbro hacer con los machos que me suelo follar, quise trabajarle un poco el clítoris y el coño, de manera que cuando fuese a por su culete, éste estuviese listo y apto para la penetración anal. Montserrat tenía un coño frondoso en vellos, tierno al tacto, igual de firme que sus muslos y sobre todo de un sabor dulce y al paladar fresco. Su vagina se dilataba con tal rapidez que mis dedos no tardaban en penetrar por sus entrañas como turista japones entra al museo del Prado en verano. Lamía a Montserrat por todas partes, llegó un momento en el cual se mezclaron mi saliva con la humedad de sus labios vaginales. Luego busqué el lubricante para trabajar con más ahínco el culete. El lubricante que me dio Montserrat era a base de aceite y ya había leído yo que era preferible usar a base de agua si se pensaba realizar penetración anal con goma. Así que busqué el mío, se lo unté en el culo con mi dedo y comencé a trabajarla. Montserrat tenía cara de perra en celo, de gata deseosa de follar. A cada movimiento de mi dedo ella gemía, si movía mis dedos a un lado, gemía y movía la cabeza hacia ese lado. Nunca había visto algo así y me excitó sobremanera. Mi polla estaba semierecta, más hacia un estado de morcillón-zombie que de flacidez precoital. Viendo que el culo de Montserrat ya se preparaba para ser embestido por mí, comencé a hacerme una pajilla para pasar del letargo de morcilla a una postura más firme y erecta, una postura digna y heróica que me permitiera hacer frente  a la experiencia anal a la que me iba a enfrentar. Justo estaba poniéndome caliente cuando a Montserrat se le ocurrió la brillante idea -en el sentido irónico de la palabra- de medio voltearse y hacerme una mamada, mitad de agradecimiento y mitad colaborar con la causa noble de la erección.

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Digo que soy irónico porque cuando una tía me hace sexo oral, por lo general, en vez de sentir el placer de la erección y del recorrido de mi sangre por el tronco del pene, me encuentro con una boca inexperta o torpe, que mama más por obligación que por placer, por lo cual, mi polla se entristece, se deprime mi polla, se recoge al ver que alguien se la lleva a la boca por obligación. Salvo dos o tres tías en mi vida, que me han hecho una buena mamada, la mayoría no sabe o no le gusta, o no le importa mamar bien. Cosa contraria con los machos. A veces me voy toda la tarde de sauna y me encuentro con momentos en que mi polla nunca está descuidada: siempre hay un macho cerca y listo para ofrecer unas buenas mamadas. En definitiva, es muy raro que me encuentre con algún macho que no sepa cómo mamar una polla, y cuando estas cosas pasan, por lo general maman mal más por nerviosismo que por incapacidad. Hasta con un macho inexperto y primerizo en las redes del mundo homosexual, es capaz de ofrecer una mejor mamada, más delicada y sincera que la más experta de las putas -heterosexuales-. No sé a que se deberá esta circunstancia, quizás pueda ser una situación de 'genitalidad', es más fácil conocer cómo siente un órgano sexual determinado si es el mismo que uno posee. 

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En fin, que la Montserrat me estaba dando una mamada y resultó ser la clásica mamada de mujer heterosexual sin experiencia o con mal carácter. Sentí que perdía la erección así que le dije a Montserrat que me dejara, que estaba listo para penetrar su culo. Me puse una goma y ¡zas! Entró mi polla de manera profunda y sin esfuerzo. Escuché de Montserrat un suave quejido y creo que le llegué a escuchar el clásico '¡qué gusto, macho!' Estabamos unidos uno al otro, la atraje hacia mi pecho, de manera que, sin sacar mi polla de su ano, me senté en la cama, le abrí las piernas y comencé a trabajar su clítoris. La tía estaba que no paraba de gemir. su culo, debo reconocer, se comportaba con mucha nobleza y madurez. Se dejaba hacer.



martes, 7 de agosto de 2018

Montserrat de la Capilla (Coño vs . Polla) 2 de 3





Montserrat era una chica con amplios temas de conversación, además -y muy, pero muy importante-, nunca dejaba que mi copa se vaciara. Yo debía tener una cara de cansancio, pues Montserrat cada tanto tiempo me preguntaba si me quería ir a dormir, la verdad sí, hacía rato que deseaba llegar a casa, dormir hasta bien entrada la tarde, pero me había conectado de manera  especial con Montserrat, algo que no me pasa a menudo con las tías. Sentí que Montserrat estaba a gusto conmigo, en toda lo noche no insistió en conversar con nadie más. Me pasa con algunos tíos en las saunas que si follamos una primera vez y nos gusta a ambos, a veces nos ponemos de acuerdo para vernos en el transcurso de la velada. A veces intercambiamos números para comunicarnos por Whatsapp, otras veces nos encontramos en el bar después de una ducha, conversamos, nos tomamos algo y al cabo de un tiempo nos comenzamos a magrear de nuevo para repetir: unas caricias sobre la toalla, algún pezoneo discreto o algún roce de pierna invitando a repetir. Por lo general, la repetición la hacemos en algún apartado, tirados en alguna colchoneta comenzamos con un delicioso y suave 69, no hay nada más estimulante para una segunda vez que una mamada mutua con derecho a acariciar ojetes.
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Montserrat tenía una casa para ella sola de dos plantas y un ático en Majadahonda. Una casa amplia, cómoda y fresca en verano, calientita en invierno. No recuerdo cómo me lié tan en serio con ella, quizás fue esa manera de hacer el amor tan particular que tenía. Montserrat ha sido una de las pocas tías con las que he podido follar y con la cual he podido follarla por culo. ¡Una suerte! La mayoría de las tías no se dejan follar por detrás, algunas por pudor, otras porque lo han intentado y les ha dolido, pero la mayoría no se deja follar por prejuicios y sobre todo falta de práctica, mucha práctica. Aquellos que habéis introducido en vuestras vidas como práctica sexual cotidiana y ordinaria el sexo anal, de seguro sabéis que no hay nada más delicioso que un culete bien lubricado y dilatado, que al ser tratado con amor, dulzura y dedicación, se puede conseguir un placer casi que ilimitado. Con uno que con otro tío lo he conseguido, pero con tías, creo que si acaso una o dos veces y una de ellas fue con Montserrat.
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La primera vez que follamos fue en su casa, ya llevábamos par de semanas saliendo, si bien nos habíamos dados unos cuantos besos, ninguno de los dos terminaba de dar la iniciativa para saborear el cuerpo desnudo del otro. Fue un sábado en la noche, casi de madrugada, habíamos pateado las calles de Madrid, en especial toda la zona de cafés de La Latina y algunos bares cerca de Tirso de Molina, de hecho pasamos frente a lo que había sido el Cine Duque de Alba y me entró lo que denomino una "nostalgia anal" ¡cuantas mamadas gloriosas! ¡cuantos penes chupados y acariciados! ¡cuantos culetes de vejetes que reventaba una y otra vez! Quizás fue esa nostalgia la que me impulsó a caer en los brazos de Montserrat. Justo cuando me llevaba a casa en Vallekas, Montserrat me preguntó:
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-Y..., bueno. ¿En tu casa o en la mía?
-Vamos a la tuya -respondí sin estar muy claro a que respondía-. ¿A qué te refieres?
-¡Pues a follar, hombre! ¡Ni los chicos que salen en el cole tardan tanto como nosotros!
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Ya en su casa hicimos el amor. No fue nada extraordinario. Ambos estábamos muy bebidos y me temo que los dos llegamos rápido al orgasmo. Pero lo mejor vendría al día siguiente. Después de un desayuno de cereal, frutos secos, yogur y jugo de naranja, después de un fuerte pero delicioso café negro, volvimos a follar. Esta vez pude apreciar el cuerpo desnudo, blanco y firme de Montserrat. Sobre todo me gustó que ella sola se puso en cuatro patitas y me pidió que le comiera el coño y que le preparara el culo con bastante lubricante y me la follara por detras ¡Oh dioses! ¡Qué he hecho para merecer tan noble y sagrado premio! Si cuando estoy en una sauna no me puedo resistir ante la petición de algún caballero-hembra, menos frente a una hembra-hembra. 


Continuará...
(2 de 3)


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