miércoles, 23 de agosto de 2023

Doblete (1 de 2) Bítacora de puteo: sábado


  


Por casualidades de la vida el fin de semana fue de doblete: puteo sábado y puteo domingo.  

 

He llegado al Firewood temprano. Sobre las 21h. Unos 20-25 tíos, pero iban llegando cada vez más. Prototipo entre los 30 y 40. Unos cuantos barbudos, osos, algunos cachas. En fin, morbo y puteo. Calculo que el 20% estaba usando mascarilla. Pensé que quizás sería noche de código Mask o algo por el estilo. Pero no. Maricones precavidos. Respectiva putivuelta.

  

Rápidamente los tíos entran a saco. Apenas me adentraba al local y me maman dos tíos y al rato yo le como la polla a los dos. Por mi parte me sentía cómodo con ese trío, pero los tíos querían probar todo lo que se pudiera. En general, se formaron muchos grupos: parejas, tríos y uno que otro cuarteto. Yo pude incorporarme a varios, pero viendo que en ninguno me rechazaban, fui una abeja de flor en flor. Puedo deciros que nunca había comido tantas pollas en menos de diez minutos. Calculo unas quince pollas. Algo así como 1 min. 5 segundos por cada polla. Aunque el cálculo está mal, porque en algunas ocasiones tenía dos pollas para mí solo. Por el momento nada de folleteo. Muchas mamadas. Pero el DJ llegó y comenzó a poner música a todo volumen. No soy mucho de electrónica y prefiero el morbo y el folleteo en silencio, solo con sonidos de mamadas y gemidos.   


Me lío con un tío de unos 45 años. Estamos en plan mamadas, pajas y mucho morreo. Oso de mucho pelo. Bolas y culo rasurados. Huele bien. De esos tíos maduros que enamoran. De súbito dice: “¡Joder! ¿Cómo describiría esto Aventuras?” Le digo que no sé de qué habla ¡Y me habla de este blog! Pero el tío besaba muy bien y tenía una buena polla, quería que me empotrara. Lubri, goma y pa’dentro. Si bien costó que entrara a mi culo, una vez adentro fueron dos o tres envestidas y el tío se corrío dentro de . Aunque yo quería lechita en mi cara o pecho, me corrí con una paja allí mismo, mientras mi culo recibía espasmos de placer.  


Una vez separados buscamos nuestros móviles, intercambio de teléfonos y quedamos en conversar para repetir. Al igual que yo, es bisexual de closet. Se me ocurrió que podríamos hacer un trío con el Fede. Sería cuestión de intentar. Al Fede estas cosas, de buscar tíos para hacer tríos se le da mejor que a mí. Pero ¿Quién sabe? Quizás se haga una especie de trío de follamigos.   


Después del intercambio de números el tío va a por más caña. Yo me corrí y decido volver a casa. Decido pasar el domingo en cama. Leyendo, viendo pelis, uno que otro vinito. 


Domingo en la mañana: me escribe el tío de la noche anterior. 


(continuará)





miércoles, 9 de agosto de 2023

¡Quédate en casa, maricón! Triste visita a la Octopus




Las actividades de homoputeo habían estado placenteras. De pronto, me apetece a ir a por más. Creo que es algo psicológico, porque el cuerpo me dice: “quédate. Abre un vino, ve una peli o lee un libro. Quizás es una señal Divina, pero el vicio puede más. Veo la hora: 13:00 hrs. Muy temprano para locales de sexo y para saunas; sin embargo, considerando que en la última visita a la Octopus la había pasado muy bien, decido repetir. 

Llego sobre las 14:00 hrs. Apenas unos cinco tíos de los cuales dos eran del trío de chavales que le metieron mano al negro en la piscina la vez pasada. No veo nada interesante. Pasa el tiempo. Reviso la hora: 14:45 hrs y no había pasado nada de nada. En verdad, os digo: nada de nada. Ni siquiera una putimirada o alguna caricia. De los 45 minutos que llevaba creo que los distribuí indistintamente entre el cine, la sauna seca y la de vapor, con duchas frecuentes. En la piscina no hubo movimiento porque el agua estaba helada. Le hago el comentario al barman y dice que ya se ponen a por ello. 


Más putivueltas y el tiempo pasa. Ha llegado un poco más de gente, pero no trascendental. A las 15:15 hrs creo que no llegábamos a los veinte tíos. Me echo un rato en el sling, más con ganas de descansar que de que me follen. ¡Y es que el cuerpo me lo decía! “¡Quédate en casa, maricón!”. ¡Y tenía razón el cuerpo! Ya dentro de la sauna la temperatura estaba más baja de lo habitual y poco movimiento y ganas por parte de los tíos. El tiempo que estuve en el sling no pasó ni un alma desencarnada. Creo que hasta dormí una siestita. 

Eran las 16:23 hrs. ¡Llevaba más de dos horas y nada de aquello! Alrededor de las 16:30 hrs han llegado más tíos, pero van en pareja. Se duchan, se meten a la sauna de vapor y de allí se encierran en las cabinas. Tres o cuatro parejas hicieron eso, nada de interactuar con los corazones solitarios.  


En la sauna seca hay más movimiento. Entro. Toco tres paquetes, cada uno me rechaza cortésmente. Hay un vejete con gafas, más de la fauna del Príncipe que de la Octopus. Había mucho movimiento en la sauna de entrar y salir, pero literalmente, no sexual. El tío vejete miraba con descaro los culos y pollas de todo el que pasaba. Me siento a su lado y me comienzo a pajear. El tío me ve la polla, pero cuando se da cuenta que lo estoy viendo mira para otro lado. Pongo mi mano sobre su rodilla. Se deja, pero mira para el lado contrario. Toco polla y bolas, deduzco que necesitaría un buen trabajo. Cuando estoy decidido a reanimar esa polla con una mamada el tío se levanta y se va. 


Me quedo un rato en la penumbra. Después de todo con el calor se está a gustito. Salgo. Ducha violenta de agua fría. Hay más tíos, pero nada de nada. Decido dar una última putivuelta y me encuentro con el tío de gafas en el cine. Me siento a su lado. Me saco la polla y me pajeo. El tío sabe que estoy allí, pero mira indiferente a la pantalla. No hay nadie, puede tocarme con gusto. Cuando por fin el tío se decide a tocar mi polla entran dos tíos escandalosos al cine. El tío se corta. Yo estoy cansado y me voy. 


No hubo nada de actividad sexual más allá de aquella en la que yo me tocaba para incentivar a la peña. Había pasado un poco más de tres horas. Me agotó las putivueltas que no llegaban a nada. Sin embargo, disfruté de las instalaciones, menos de la piscina que siempre se mantuvo helada.  


Regresé a casa sin correrme. Pensé en matarme con una paja, pero esta vez sí escuché el cuerpo: vino y peli.