jueves, 31 de marzo de 2022

Manto de lefa [Naked Bar Madrid]



Hice caso a la vocecita que dejaba claro que no me habían follado, y que, a pesar de haber dado polla, ya era hora también de recibir. Decidí lavarme y volver al ruedo, pero esta vez en plan pasivo. 

 

Cargaba conmigo lubri y goma, por lo cual, cualquier acercamiento estaba higiénicamente aprobado. 

  

Por fortuna, no esperé mucho. No había completado la primera putivuelta como pasivo, cuando se acerca un moreno de buen ver, buena verga, y revisó había en mi culo. Se encontró con un ano finamente lubricado. Mientras el macho comprobaba al tacto las posibilidades de follar, yo toqueteaba la polla, quería estuviera dentro de mí. Era una polla larga, a medida que la acariciaba se ponía dura hasta dejar un tallo con venas, finalizaba en un capullo redondo que marcaba distancia entre el glande y el cuerpo de la polla; con esto quiero decir que dolería la entrada, pero una vez dentro, todo era dejarse llevar. Le apliqué lubri a la polla, más lubri a la goma -el tío no había despegado sus dedos de mi culo-, me puse de espaldas a la pared y me embriagué de placer. 


El macho entró suave, a pesar de todo el lubri y mi preparación anal, entró muy poco, sentí que me quemaba el culo. Le tuve que pedir al macho que se saliera, cosa que hizo con amabilidad. Cuando me volteo no pude resistir la cara de decepción, y le pregunté si quería que le comiera la polla, a lo que le brillaron los ojos y accedió.  


Me arrodillo y decido mamar. Coloco mis manos detrás y me dedico a comer solo con la boca esa jugosa polla que sabía a lubri. Yo chupaba y escupía sobre esa verga. Al cabo de unos minutos, sabía a polla y saliva. Decidí pajear suavemente, mientras me dedicaba al glande. El macho hacía contacto visual conmigo y a veces miraba al cielo en estado de éxtasis. 


Yo quería que se corriera en mi boca, pero se corrió sobre mi rostro. El lado izquierdo de mi cara quedó llena de un espeso manto de leche caliente y para mi fortuna, de agradable olor. 

 

(Continuará) 




jueves, 17 de marzo de 2022

Otra víctima [Naked Bar Madrid]




Erecta y orgullosa estaba mi pollaNo había caminado cinco pasos y me encuentro a un chaval,  pequeñín, cabello corto, delgado, guapo. Sin pedir mi consentimiento se arrodilló frente a mi polla, comenzó a chupar con suavidad y delicadeza. Aprovechaba cada milímetro de su boca. Con su mano derecha me pajeaba con suavidad, mientras que, con su mano izquierda, se tocaba de forma indecorosa.  


Luego, decidió dedicarse a mi capullo. Lo lamía con cariño mientras que, al mismo tiempo, jugaba replegando mi prepucio hacia el capullo. Esto lo hacía cada vez más suave, hasta dejar que su lengua hiciera todo el trabajo. No había duda, era un macho que había dedicado muchas horas de su vida a catar pollas. Llegué a pensar que quizás se comía unas treinta pollas al día. 


Pasado un rato, el tío decidió hacer mamadas profundas, de vez en cuando se alejaba mi polla y la observaba con admiración, hambre y encantamiento. Luego, dedicó tiempo al capullo, solo que en esta ocasión, su mano jugó con mis cojones duros y firmes. Yo sentía que me iba a correr. Pensé que si me corría, me iría a casa satisfecho de las caricias de esa noche.  


Decidí jugar al macho dominante, lo tomé por la cabeza y le follé por la boca. Comencé suave, como probando el terreno, la profundidad, el nivel de compromiso y la actitud de servidumbre. El tío respondía con total satisfacción, por lo cual, lo follé con más fuerza, siempre con cuidado; en este tipo de encuentro me gusta medir la elasticidad y el alcance. A mí me cabrea cuando estoy feliz comiendo polla cuando el tío activo mete caña, no avisa y me lastima. Todo es un juego de preparación psico-buco-anal. 


El macho no solo se deja hacer, además colocó sus dos manos en mis glúteos y me controló el mete-saca-oral. El tío no quería perder el control y mete su dedo corazón, de su mano derecha, en mi culo. ¡Oh, dioses! ¿Existe algo más placentero que dar y recibir al mismo tiempo? Me preocupó, os debo confesar, me iba a correr, y según llegué a escuchar, alguien dijo que seguía lloviendo en Madrid. 


Estaba en estas cavilaciones cuando fue inevitable que me corriera. Le advertí al tío, quien no lo pensó y empujó con fuerza mis glúteos (y la polla) hacia su boca. Me corrí dentro de su garganta.  


El tío era de una amabilidad oral fabulosa, después de correrme, lamió cada centímetro de mi polla. No continuó chupando, como acostumbran muchos machos (como a veces hago yo), lamía con suavidad hasta que, paradójicamente, dejó seca mi polla con la punta de su lengua.  


Afuera seguía lloviendo. Quería irme a casa, pero no había tomado previsiones por la lluvia. Podría ir a Firewood, pero en el camino podía seguir de largo y regresar a casa. ¿Qué hago ahora pensé? 


Aún falta que te follen, dijo una vocecita dentro de mí. 


(Continuará) 




jueves, 3 de marzo de 2022

Putituristas [Naked Bar Madrid]

 


_Quiero que me folles mientras le como la polla a mi marido. 


Los dos turistas eran pareja. 


Mark, el que habló, tenía un pésimo español, pero una polla hermosa, dura, larga sin llegar a ser extravagante. El marido se llamaba Jeff, y a pesar de tener una polla corta, la longitud era compensada por el grosor. En medio de la oscuridad, la polla apetecía al paladar, por lo cual, entendí lo que deseaba Mark: disfrutar del goce anal mientras satisfacía el gusto.  


Yo estaba en modo zorra-en-celo. No perdimos tiempo, no buscamos un lugar para estar ocultos. En el primer rincón oscuro que encontramos Jeff se quedó de pie, mirando al vacío mientras Mark le comía la polla, dejaba su culo a mi disposición. Mark tenía las piernas torneadas, era delgado, de menor estatura que yo y un culo que no olvidaré en mucho tiempo: pequeño, redondo, lampiño y agradable.

  

Hice algo que no acostumbro: lubriqué su culo con mi lengua. ¡Sí, soy guarra! ¡Me dejé llevar por la lujuria! El culo estaba limpio y, sobre todo, lubricado. No parecía que le hubieran dado caña, pero había tomado el tiempo para dejar el culo listo para la penetración. Me puse una goma, más lubri sobre la goma y entró con suavidad. Yo respiré profundo. Nunca antes me había percatado de lo delicioso que es follar un culo mediano, casi pequeño, pero que esté lubricado.  


Mpolla le abría las entrañas. Le pregunté en inglés si le gustaba, si quería que fuera más lento. Solo respondía con murmullos que traduje como “¡Macho! ¡Revienta el culo!”. Yo decidí follarlo con suavidad. Lo tomé por la cintura y era placentero sentir esas caderas estrechas y el culo dispuesto. Le magreé los cojones y la polla, su glande chorreaba presemen 


A nuestro alrededor otros machos estaban en lo suyo, de vez en cuando pasaba uno que otro que me magreaba el trasero. ¡Y yo me tenía que dejar! ¿Qué iba a ser? De pronto pensé que este sería una pareja con problemas y quizás este trío, este ménage a trois estaba salvando un matrimonio.  


Yo continuaba degustando ese culo. Me entretenía disfrutando como mi polla entraba y salía con lentitud. Cada tanto tiempo dejaba que mi glande descansara en la cavidad anal, entre el músculo del esfínter externo y el músculo del esfínter interno. Yo sentí que, en esos momentos, Mark disfrutaba de mi polla, creo que no le gustaba tanto la penetración profunda o la exploración hacia su próstata, él prefería que me quedara allí, la superficie era suficiente para dar placer. Como era más bajo que yo, de vez en cuando jugaba con sus pezones mientras le metía toda la polla. 


De pronto, Mark me pide que lo pajée, que se va a correr. Lo hago con suavidad, sin sacar mi polla de su culo, aunque en ese momento estaba yo tan zorra que me hubiera puesto de rodillas y me tragaba toda la lefa.  


¡Y se corrió! 


Mantuve mi polla en penetración profundacomo no pasaba desde hace años, sentía su eyaculación a través de su culo. ¡Qué culo tan fuerte!, pensé. Mark no soltaba de su boca la polla de Jeff. Por mi parte, yo estaba sorprendido de mi resistencia y aguante, yo hubiera podido correrme, pero no quise. Además, me apetecía aún que un macho me follara.  


Mark pide que salga. Saco la polla, procuro magrearle el pecho, pero me dice que quiere descansar. Veo aún la polla erecta de Jeff y decido también mamar, pero muy gentilmente me dice que se ha corrido en la boca de Mark. ¡Pues me toca esperar otra ronda o que aparezcan otros machos!, me dije. 


Vamos los tres al lavabo. Yo camino orgulloso con mi polla erecta, en acecho de otra víctima. 

 

(Continuará)