martes, 31 de marzo de 2020

Otra de travesti - [Guayaquil, Ecuador] Puteando en América





Después de la follada en la Sauna Relax volví al hotel y los siguientes días fueron de mucho trabajo, mucho análisis de mercado, recoger, revisar datos, conocer zonas, más gente, en fin, gajes del oficio. Mis anfitriones-jefes -los llamo así porque eran quienes me contrataban-, se comportaban muy bien y no tengo quejas. Creo que son muy distintos los ecuatorianos cuando están en España que cuando están en su tierra. Prejuicios míos, supongo, pero fue lo que me pareció. A pesar de todo, no se me había olvidado que dedicaría tiempo al turismo sexual y Guayaquil no sería la excepción. Ya había conocido una sauna de ambiente y me apetecía follarme de nuevo a una travesti. Fue asi que decidí contratar los servicios de Romina en la web de Travestis Ecuador.

De las chicas que estaban en Guayaquil me topé con "Romina", una chica que era venezolana y quedamos en que me atendería a las 11 pm en su departamento, en barrio llamado Urdesa.

Veinte minutos antes de la hora pautada tomo un taxi y le doy la dirección del departamento. Del hotel al piso de "Romina" no fueron más de diez minutos. Decidí ser amable y si se quiere hasta romántico así que le llevé flores y unos bombones a "Romina", me gusta ser atento y cariñoso con estas "chicas"; además mi experiencia me ha dicho que cuando se es amable con estas "tías" las mismas saben muy bien como retribuir ¡y no me refiero solo a sexo! Puede ser con una amistad e incluso compartir alguna cena y hablar de confidencias. Toco el telefonillo y me hace subir. Al abrir la puerta me encuentro con una "tía" guapísima, muy femenina y en ropa íntima. Muy maja, cariñosa y que apenas me ve llegar con las flores y los bombones se lanza sobre mí. Sin perder tiempo comenzó el morro. Todo a saco. Una vez dentro del piso y con la puerta cerrada la "tía" no pierde tiempo y entre morreos me va acariciando el paquete. Antes de continuar saco de mis bolsillos los 60 dólares [unos 67,8 Euros para noviembre de 2018]. Me gusta las cuentas claras y pagar por un buen servicio.

"Romina" me revise riendo y me pregunta si yo soy siempre así de serio. Me río. Me cae bien esta "tía". Es de mirada dulce, labios carnosos, piel blanca y un culete que promete. Me pregunta si deseo ducharme, le digo que ya me duché en el hotel pero que si 'ella' quiere estoy dispuesto a bañarme de nuevo. La 'tía' me huele, se arrodilla, me saca la polla, la huele, se la mete en la boca y allí mismo comienza hacerme el clásico fellatio. Lo mama de maravilla. En cuestión de segundo mi polla está tiesa.¡Niño!, me dice, ¡qué polla más grande tienes! Y se la vuelve a meter en la boca. ¡Disfruta! Le digo. Al cabo de un rato se pone de pie y sin descuidar mi polla dedicandome una suave pajilla nos morreamos un rato. 'Ella' me chupa la lengua con ansiedad e intensidad. Luego me pongo a chuparle la lengua. Tiene una lengua no tan larga, de agradable sabor. ¿Cuántos pollas habrá probado ya ésta 'hembra'?Me digo a mi mismo.

Le busco la polla. Ella me dice que es más pasiva. Yo le digo que estamos hechos el uno para el otro porque a mí me gusta hacer de activo aunque de vez en cuando me va que me den por culo. Seguimos conversando un rato entre morreos y pajas. Estamos claro de que polla es polla y que una polla bien trabajada puede ser garantía de un culo bien dilatado. Se ríe. Me dice que tengo razón, es allí cuando no sé cómo se saca un enorme pollón de 19 cms, largo, grueso, lubricado de presemen, está toda rasurada, la cabeza es grande, tiene buen olor, forma y textura. Le digo que quiero que nos hagamos un 69 y me lleva a la habitación. 'Ella' me quita toda la ropa, se quita algo de su jaguar de puta pero se queda con la suficiente ropa para seguir incentivando malos deseos. Tiene los senos hechos con silicón y con una cirugía muy bien hecha que apenas deja ver las cicatrices.

Nos tumbamos en la cama y comenzamos un 69 de antología. Una de esas mamadas que te hacen y que se te quedan en la memoria por varios años. Esa fue la mamada que me propino "Romina". Una mamada magistral. No quiero perder el tiempo y comienzo a trabajarle el culo. Tiene unas posaderas grandes y su ojete se deja hacer. 'Ella' comienza a magrearme el trasero pero como que no termina de decidirse. Le digo que me meta los dedos que quiera por el culo. Que no pasa nada. Nos vamos pasando el lubricante y sin sacar cada un@ la polla de la boca nos vamos dedicando metidas de dedo que discurren con lentitud y mucho placer. Allí descubro que mi ojete es un desvergonzado pues en cuestión de minutos ha dejado entrar dos dedos de "Romina" que saben muy bien en dónde está la próstata.

La "tía" sabe cómo dar placer. Al cabo de un rato y dándome cuenta que mi culete estaba bien dispuesto le pido a "Romina" que me folle. No soy de los tíos que les place las pollas grandes. De hecho entre medianas y pequeñas las prefiero cuando se trata de placer anal. Pero el encanto que había ejercido esta "tía" pollona en mí, su dedicación en preparar mi culete hizo que no me quedase más remedio que pedir y suplicar por recibir tales caricias."Ella" accede pero con la condición que después la folle yo, que "ella" está entusiasmada con mi verga y la quiere sentir dentro de sí. Me pongo en tres patitas..., si querido lector, en tres, porque con una mano ayude a que entrara esa hermosa verga.

Con la goma puesta y bastante lubricante siento algo de dolor. "Romina" para, evaluá la situación, me pregunta si para. ¡Al contrario! Le digo. Empuja suave. Lo hace con suavidad y en cuestión de segundos siento toda su verga dentro de mí. ¿Cómo no enamorarme? ¡Esfínteres, ojete, próstata, polla! ¡Todo es su punto para una buena penetración y sobre todo placentera! Estás cosas se me dan cuando hay lubricante y tiempo. A veces en las saunas o clubes de sexo hay tanto estrés y premura que no da tiempo del cortejo anal. Le pido que me folle un poquitín más fuerte, cosa que hace con delicadeza y mucho cariño. Estamos así un buen rato hasta que pasa lo de siempre; siento mi ojete irritado por el latex y le pido que lo dejemos hasta allí. Había llegado el momento de cambiar de roles...

martes, 17 de marzo de 2020

Sauna Relax Spa_2 - [Guayaquil, Ecuador] Puteando en América



Una vez dentro de la sauna de vapor me encuentro con un tío, calvo, con cara de pocos amigos. En medio del vapor y allí desnudo a la espera de una señal, recordé lo que dijo por ahí Perro en su blog: si uno quiere morbo hay que poner de su parte. Así que antes de poner manos a la obra decido literalmente mover mis testículos para estar más cómodo y comenzar lo que llamo una 'paja social'. Me temo que el macho de cabeza rapada interpretó mal la señal o estaba a la defensiva pues a penas me había tocado cuando lo tenía de rodillas frente a mí comiendo mi la polla. ¡Yo me sobresalté! Primero que nada porque me tomó por sorpresa y segundo, jamás pensaría que el macho de cabeza rapada y pocos amigos tuviese esa extraordinaria habilidad para practicar la fellatio. El macho tenía cara de duro, de activo empotrador, de macho marica y antifeminista. El macho rapado sin amigos tenía un talento especial para la mamada. Era de lento mamar pero de movimiento intenso y constante. De su boca manaba mucha saliva pero golosamente no dejaba que ninguna gota cayera al suelo, sentía como por su garganta se iba tragando toda la saliva-semen. Cada tanto tiempo me lanzaba una buena succión de pene que iba desde las bolas hasta la punta del glande. Mi polla que había permanecido en estado morcillón agarró confianza tornándose grande, erecta, fuerte, orgullosa, con su característica curvatura hacia arriba. Mi polla hacía tiempo que no recibía los cuidados orales que se necesitaban, había tenido unas semanas de mucho estrés antes del viaje y no había podido ir a ninguna sauna y las relaciones sexuales con Montserrat se habían circunscrito al coito vaginal. Estaba necesitado de los cuidados bucolabiales de un buen macho.El macho rapado que nunca tuvo amigos me dijo al oído para que fuésemos a un apartado, cosa que amablemente y con cierto pudor acepté.

Al encerrarnos nos magreamos mutuamente pollas y pezones. El grandulón era más alto que yo, me sacaba unos quince centímetros y además era más ancho de espaldas. En la penumbra parecía musculoso, pero la realidad es que era de carnes blandas y mucha panza. Su polla era una cosa muy dulce: pequeña, redonda, de capullo inmenso y de buen sabor. A pesar de ser un grandulón era toda una pasiva-hembra; le pregunté si quería que me lo follara pero me dijo que no, que lo de él era mamar y hacerse una pajilla; apenas terminó de decirlo se arrodilló y siguió mamando, mamada que se estaba convirtiendo en una de las mejores de mi vida.

Después de compartir con el tío rapado decido relajarme. Me dí una buena ducha y pedí una cerveza en el bar, la cual después de beberla me metí en el jacuzzi que extrañamente y a pesar de la gran cantidad de tíos estaba vacía. Una vez dentro cerré los ojos y procuré relajarme sin ninguna otra intensión. Habían pasado cerca de diez minutos cuando entró un tío moreno, de rasgos latinos, mirada de morbo y una polla morcillona que prometía en envergadura, textura y sabor. Como os comenté mi plan era estar de descanso, me había corrido y por lo general tardo unos 40 minutos en reponerme del todo para gozar de un segundo polvo digno, sea como activo o como pasivo. Pero el destino me había deparado una agradable sorpresa. El tío moreno de mirada morbosa no perdió tiempo y así como entró al jacuzzi entró a por mi polla. Con una mano me magreaba y con la otra me acariciaba con cierta ternura las piernas. Yo entreabrí los ojos para decirle con mi mirada que estaba aprobado, lo que me sorprendió de mi fue que mi polla comenzó a llenarse de sangre y a crecer en tamaño más rápido de lo habitual cuando estoy en la fase postorgasmo. Supuse que tendría algún exceso de testosterona, así que invité al tío a que se acercara más para magrearnos mejor, le pasé mi brazo derecho por su espalda y comencé a toquetear sus pezones con la mano izquierda. El tío había hecho un rápido y efectivo reconocimiento manual de mi polla. Había toqueteado desde la uretra pasando por el tallo y descansando de a poco en los cojones con uno que otro rozamiento atrevido de ano, lo que había hecho, aunado a las caricias de las piernas que se me empalmara de nuevo.

Me dí pronto cuenta que el tío moreno consideró mi polla como buena. El tío comenzó a trabajarme los pezones, con una mano tiraba de mi pezón izquierdo mientras lamía y mordía mi pezón derecho brindándome intenso placer. Como podéis suponer dedicó tiempo con su mano derecha a juguetear con mi polla bajo el agua. Yo había cerrado durante mucho tiempo los ojos, pero temiendo que el tío se aburriese decidí magrear su polla y mirarle con morbo a los ojos, en este mundillo una mirada y una caricia dicen más que novecientas noventa y ocho palabras. El tío me miró, tenía una mirada llena de deseos gozosos. Su polla estaba dura, era de tamaño promedio, un poco curva hacia la derecha con glande pequeño, el tallo iba aumentando de grosor en el centro, volviéndose algo delgado hacia la raíz. Era una polla que invitaba a todo, aunque yo me niego a ser follado por pollas curvas pues me causan dolor la mayoría de las veces. Estuvimos un rato en un intenso manoteo subacuático; el tío me comenzó a dar besos por el hombro, el cuello, la oreja y los mofletes. Este tío está buscando morreo, pensé. A esa altura yo ya estaba demasiado puta como para rechazar caricias bucales por lo que me vi obligado a facilitar las cosas y fue así como le busqué la boca y sentí su puntiaguda lengua que estaba caliente y húmeda. Estuvimos un buen rato entre pajas y morreos. El tío cada tanto tiempo me tomaba de las caderas levantándome fuera del agua dejando mi polla y mis huevos a la intemperie, momentos en los cuales se alejaba de mi boca para dedicarse a brindarme una buena mamada de polla. No había duda que el tío estaba disfrutando de mi rabo. Yo estaba contento, disfrutaba de una buena mamada, la temperatura de la sauna y el jacuzzi estaban apropiadas y el tío hurgaba de vez en cuando en mi culete.

El tío estaba midiendo el nivel de dilatación de mis esfínteres para una posterior follada. Eso pensé hasta que el tío me dijo que fueramos a un apartado para que lo follara. ¡Vaya!, me dije, ¡pues me tocará ser de activo! ¡No queda de otra! El macho me había conquistado con sus besos, mamadas, pajas y pezoneo y con esa dulce mirar de puta en celo. Subimos las escaleras y era evidente lo empalmado que íbamos, varios tíos se nos quedaban mirando las pollas. Al llegar al apartado le pregunté si no prefería que dejáramos la puerta abierta, así quizás se nos unía más gente y le dábamos al ambiente algo de alegría Macarena. Me dijo que no, que era muy tímido y prefería la intimidad.  Una vez cerrada la puerta nos dedicamos un rato a brindarnos de pie mamadas y pajas mutuas.

El tío estaba disfrutando de mi polla y yo a la vez de tan gustosa mamada, de vez en cuando me centraba en su polla y le dedicaba una mamada de agradecimiento. Después de prolongados chupetones de cojones y mamadas de glande el tío me pone una goma. Emocionado yo estaba porque mi erección se había comportado a la altura. El tío se da la espalda y se pone en cuatro patitas ofreciéndome su humilde y cálido ojete. Previamente le había trabajado el culete, el cual respondió de manera satisfactoria a la entrada de mi polla, si bien al principio se resistió, el ojete estaba cerradísimo a pesar del trabajo manual anal que le había dedicado. Una vez dentro no me quedo otra cosa que dedicarme el arte del mete-saca.

Como yo me había ya corrido estaba seguro que tardaría en correrme, no sabía si el tío no se había corrido, por su ímpetu y algarabía era probable que no; así que comencé a estimularle la polla en la espera que se le pusiera dura y con la esperanza que me follase, pero no tenía ni cinco minutos en ese menester cuando el macho me dice que se va a correr y allí mismo se corrió mientras lo tenía empotrado. Contrario a lo que pasaba, me corrí sobre las posaderas del macho, el cual sentía mi leche calientita que corría por su culo y gemía de placer; tal pareciese que disfrutaba más de mi semen recorriendo su trasero que cuando lo tenía 'empotrao'. Al terminar nos magreamos un rato más sobre todo en las tetillas y nos morreamos un buen rato. Yo estaba sorprendido de la facilidad con que últimamente me estaba morreando con extraños.

No hay nada mejor después de una follada que compartir una ducha así que nos fuimos a por ello y después cada quien agarró para su lado. Yo me fui al bar a por una cerveza. Me la había pasado bien:  dos buenas mamadas, dos buenas folladas y mucho morbo, así que decidí dar por concluida mi velada sexual, decidí entrar de nuevo al vapor, esta vez en plan tranquilo, nada de andar buscando machos que follar ni mucho menos.


martes, 3 de marzo de 2020

Sauna Relax Spa_1 - [Guayaquil, Ecuador] Puteando en América






Si bien leéis la parte de aventuras sexuales, la verdad el resto del tiempo yo estaba trabajando sin descanso. Como mi estancia en Guayaquil iba a estar colmada de actividades, pues al parecer era una ciudad comercial, decidí el mismo día de mi llegada visitar el Relax Spa. Apenas llegué al aeropuerto me esperaban mis anfitriones. Me condujeron en taxi al hotel que estaba justo al lado del aeropuerto y me pidieron que descansara, que esa tarde la tendría libre para mí porque al día siguiente me esperaba una dura jornada de trabajo. Así que apenas me acomodé en la habitación y ellos se marcharon, preparé un bolso con lubricante y condones y tomé un taxi a la salida del hotel. El taxista me indicó que desde donde estábamos a la esquina de Padre Solano con Esmeraldas serían cinco dólares  [unos 4,30 Euros para noviembre de 2018].  En Guayaquil, a diferencia de Cuenca no usaban taxímetro y estaba obligado a preguntar los costos. El cielo estaba nublado, pese a ello, no parecía que fuese a llover, la temperatura estaba a 26°C lo que hacía que el ambiente estuviese cálido y  agradable. No habían montañas alrededor y si bien me habían recomendado que visitase el malecón, yo estaba más interesado en conocer otras cosas como pollas, tetillas, huevos y culetes. El taxista me dejó en la esquina y tal como me había indicado Google Maps encontré la portezuela con el número 1606, apenas entré estaba la putipuerta biselada con las letras que decían Relax Spa y un botón para tocar la campana.



                             Entrada de Relax Spa. Esta imagen es de 2015 según Google Maps, en 2018 estaba
el número 1606 y la puerta de la izquierda sufrió una ampliación considerable. 


Era miércoles nudista ¡Qué puticasualidad! Así que después de pagar los diez dólares de entrada [unos 7.90 Euros para noviembre de 2018], te daban una llave con el número de casillero y las sandalias de baño de acuerdo al número que pedías. Al entrar queda frente a tí el espacio de los lockers que es semioscuro, conté cerca de diez tíos, lo que quería decir que quizás podría armarse una buena fiesta. Al lado izquierdo quedaban las duchas alumbradas por una luz mortecina y más allá de las duchas lo que supuse sería la zona de lavabos.

Me quité la ropa. Me gustó que los casilleros eran grandes y amplios, lo que permitía ir con muchas cosas y entraban con comidad. Ya desnudo, duchado y con el culo lubricado sigo por un pequeño pasillo, aparece a mi derecha el bar en donde puedes ver la TV, tomar una soda, una cerveza o algo de café, éste último gratuito y cortesía de la casa. A la derecha queda el putijacuzzi que para mi gusto estaba muy iluminado, no había nada de decoración pero el agua estaba bien caliente, hay tíos que necesitan un putijacuzzi con agua caliente para calentarse y comenzar a putear. No me pasa. En estos ambientes los putijacuzzis son muy importantes porque además de ser una zona de sociabilización es el espacio de los primeros magreos de tetillas, piernas, huevos y pollas. Bar y putijacuzzi se conectaban entre sí con un espacio que creo era una pista de baile, el espacio en sí me pareció desaprovechado al menos que hagan eventos para pocas personas. Justo allí había una puerta en la cual estaba un tío que a cada momento te ofrecía masajes.

Luego venían unas escaleras, las cuales primero conectan a una especie de mezzanina o piso intermedio que conectaba con lo que supuse era un "minicine": un espacio semioscuro con un televisor que pasaba una peliporno gay y gradas de azulejos que no se veían cómodas. En estos ambientes es esencial que los espacios dedicados al "cine" sean oscuros y cómodos, no solo por aquello de propiciar los encuentros homoeróticos sino porque a veces puede provocar dormir una putisiesta en espera que venga el tan anhelado putoprincipe que nos saque del sueño.

Si uno vuelve sobre sus pasos se encuentra de nuevo la escalera y esta sí conecta con un segundo piso completamente amplio. Allí lo primero que te encuentras es con la sauna seca que posee una pequeña antesala y después propiamente la sauna de unos 2 x 2 mts, es decir, pequeña pero si no hay gente se ve espaciosa. Luego, volviendo hacia la escalera, queda a mano izquierda la sauna de vapor, la cual recibe luz natural pero con la bruma apenas se llega a distinguir más allá de tus propias narices. Es un espacio más amplio que la sauna seca, calculo que de unos 4 x 4 mts. Al salir de la sauna de vapor y cogiendo a la izquierda se pueden apreciar dos ambientes: a la derecha un solarium con tumbonas, en donde por cierto dormí deliciosamente una siesta después de una putifollada; y a la izquierda una amplia sala que conectaba con los apartados, conté cuatro en total: dos con bancos de azulejos y otros dos que eran una especie de apartado-ducha; el sitio no estaba mal pero creo que se le podía sacar más.

Ahora, en el siguiente post os cuento el puteo, que para eso es que uno va a estos sitios. 



Continuará...