jueves, 29 de diciembre de 2022

Memoria y cuenta 2022 (Parte 2)





Os puedo decir que con esta entrada el blog registra 235 entradas, lo cual es poco en comparación a otros blogs, pero mucho si consideramos que no tengo el hábito de la escritura. Lo he dicho en varias ocasiones: escribir me cuesta, más no así el fino arte del puteo. 

En las etiquetas la mayor cantidad de entradas están dedicadas a Madrid (67), pero desde hace año no etiqueto a Madrid, casi toda la actividad de puteo está la hago en esta ciudad. Le sigue la sección de Reflexiones (42), luego Crónicas Homosexuales, Sexo Oral (35) que hasta hace poco era una de mis prácticas sexuales favoritas, como activo o pasivo, pero que en los últimos años he ido cambiando hacia el goce anal. Los placeres anales como pasivo se han incrementado en los últimos años, aunque dicha actividad no queda reflejada en mis actividades de puteo en el blog. Otra de las etiquetas que han crecido son las crónicas pospandemnia (32) y que, casi seguro no continuaré usando en lo que queda de temporada. 


A nivel de estadísticas hasta la fecha el blog ha tenido 205.692 vistas y mensualmente, el promedio de visitas está sobre los 1500 o 1700 visitas. Todo un lujo si consideramos que en mi Facebook personal apenas llego a 100 personas. De todas las entradas al blog la que más vistas tiene es “De la primera vez en una sauna (1 de 2)”, con mil y pico de vistas al momento de escribir estas líneas.  

 

Y las que menos tienen son las Crónicas heterosexuales, pues por razones obvias, el blog que es era dedicado al puteo gay en el cine Duque de Alba fue convirtiéndose en un diario sobre mis rutinas bisexuales.  


¿Qué nos espera para el 2023? Pues, la parienta se irá unas dos semanas fuera de España y estoy organizando mi plan de puteo. De seguro dedicaré los fines de semana a Firewood o el Naked y de martes a jueves procuraré irme de saunas. 


Así que ¡felices fiestas! ¡Que tengáis un 2023 lleno de morbo y puteo! 





 

miércoles, 21 de diciembre de 2022

Memoria y cuenta 2022 (Parte 1)




Como es costumbre en esta parte del año, reflexiono sobre el encantador arte del puteo, mis hábitos, mis gustos, mis decepciones. Como cada año, comencé diciendo: “En otros años he sido más puto...; sin embargo, creo que en verdad este ha sido el año de menos puteo. ¡Ni siquiera en 2020 con lo jodido que fue la pandemia! También cada año termino mi Memoria y cuenta diciendo que “no sé si continuaré con el blog el próximo año...”, cosa que este año debo volver a decir. Es que no tengo muchas que cosas que contaros salvo que he sido un puto muy casto.   


¡Pero el próximo año este blog cumple 10 años y no debo dejar que pase bajo la mesa! Lo que ha sucedido este año es que ha dado pereza salir a putear, quizás la comodidad de tener un chocho en casa o porque me faltan ganas de ir de sauna o al Naked Bar. Sucede que también, en muchas ocasiones, me voy de saunas y bares de puteo y es no pasan cosas. De hecho, pocas cosas pasan, eso sí, todas buenas y las trato de escribir en el blog, pero el día a día del puteo no es tan efectivo como a uno le gustaría. Hay cosas que debo reconocer y es que, aunque sea una mamada doy y me dan, pero pocas veces pasa de allí.  


Este año tuvo el añadido que Fede se mudó con su familia a Madrid. El tío cada vez que puede se escapa a un hotel o a una sauna, a veces me avisa para ir con él y follar un rato, otras veces no puedo y el putito es una perra y promiscua que busca qué cazar. La familia de Fede viaja mucho, lo que le permite quedarse solo unas cuantas semanas seguidas y allí es cuando se vuelve más puta. Busca tíos en Grindr, hace recorridos intensos de sauna-bar-sauna-bar-zona de cruising, con una energía que yo no le puedo seguir la pista.  


No me puedo quejar, las sesiones de sexo con Fede son faenas largas, pero suaves; o por el contrario son cortas e intensas. También está la historia del Oscar y Fede que la he pasao bien con los chicos, pero que terminó en mal rollo para el Fede. El Oscar le sacó dinero, aunque el Fede no extraña el dinero, extraña la polla del Oscar, y ahora que escribo estas palabras, yo también extraño esa polla larga, venosa y firme. 

 

(Continuará) 




 

miércoles, 7 de diciembre de 2022

El estafador de Grindr


Domingo temprano. 

Me escribe Federico al WhatsApp, que necesita hablar conmigo a la brevedad. Le digo que sigo en cama con la parienta, le pregunto por Oscar. Por eso me escribe, quiere hablar de Oscar. Le pregunto si es una cita para follar. Que después follamos, primero quiere hablar.  Pues, la cosa es seria, pensé. Normalmente, Federico solo me contacta para follar. En ocasiones vamos a tomar unas copas o al Prado a ver alguna pintura, pero por lo general, eso implica un before o after para el puteo. Quedamos en vernos en un bar en el centro.  

Cuando llego veo al Fede preocupado. Le pregunto por el Oscar y allí no para de hablar.


Me repite la historia que ya conocía: que se conocieron por Grindr, que aprovechando que la mujer de Fede y los hijos están de viaje han vivido como amantes unas cuantas semanas. La historia ya me la sabía, hasta que el Oscar desapareció. El tío borró su perfil de Grindr, no actualiza su Facebook y solo ha puesto al día el Instagram en donde ha subido fotos puteando en Mallorca. No contesta los mensajes de WhatsApp ni de Facebook del Fede.  

Le digo a Federico que los críos son así. Luego el Fede me dice que lo que le preocupa es que le ha prestado dinero a Oscar y teme que no le pague. Le pregunto a Fede que cuánto le prestó. “Es mucho dinero”, me dice. Lo que suced es que, supuestamente, hubo algún problema con las cuentas de Oscar y necesitaba 10.000 euros para salir de un apuro.


Federico le prestó el dinero y continuaban viéndose y follando. Luego, que un familiar tenía una urgencia y que él continuaba teniendo problemas con sus cuentas bancarias, que necesitaba 30.000 euros. Llega el Fede y se los transfiere. Otro día llama Oscar y le dice que ya solucionó el problema con los bancos, pero que, por motivos de seguridad, le dijeron que no moviera las cuentas en un mes, por lo cual, le pidió más dinero al Fede. Federico no me dijo esta vez la cantidad, pero asumí que sería mucho dinero. Después del último préstamo el crío ha desaparecido. Fede no quiere el dinero, quiere que el tío aparezca y se lo folle, pero que vuelva.  


Le cuento a Federico que la historia se parece al documental de Netflix, El estafador de Tinder. Me mira asombrado, se da cuenta que muchas cosas coinciden con la historia del estafador de Tinder y Oscar. Luego de un rato, noto que el Federico está más tranquilo, habla con calma y me dice que ya está, que él no va a denunciar a nadie, ni nada por el estilo. Que lo han jodido y así se quedará. Seguimos conversando un poco de todo, lo noto de buen ánimo. Veo que se hace tarde y le digo que me marcho.  


“¿Para dónde vas? Me tienes que follar primero”.  


Nos encerramos en el hotel de costumbre y esta vez, desde hace mucho tiempo, el Federico es un pasivo en cuerpo, alma y acción. Luego de morreo, pellizcos de pezones y tocada de paquetes, yo decido asumir un rol activo por completo. Lo trato como sumiso, le doy golpes en los mofletes con mi polla. Le digo cómo quiero que me coma la polla, a veces suave, a veces con caña. Que lama la uretra, ahora los cojones. Lo obligo lamer mi culo. Me lo follo con goma y saliva, nada de lubri. El tío gime. Le digo que me voy a correr. Me dice “Oscar, papito, ¡córrete en mi boca!”. Me muero de la risa, ha sido estafado y sigue pensando en el estafador mientras lo follo. Pero hago caso y me corro en su boca. 

 

Descansamos abrazados uno del otro, como en los viejos tiempos. Le pregunto qué hace si el Oscar aparece. 


“¡Que me folle de nuevo! Le pido que me folle de nuevo”. 


Estafado, pero puto.