Se escribe fácil y rápido, pero doce años, unos más intensos que otros, convierte a este blog en una putimuestra de paciencia, dedicación y cariño.
Recuerdo que lo comencé como terapia: follo-escribo, escribo-follo. Desde el principio me dije que no me sentiría obligado a continuar y, que cuando me cansase, pues lo mandaría todo a tomar por culo. Especialmente, entre los años 8 y 9 pensé en dejar el blog, pero siempre había algo que me hacía continuar: terminar de reseñar alguna anécdota, el correo electrónico de algún maricón que pedía consejo. Y así, de a poco, ha continuado.
Que igual, cuando lo quiera dejar, pues lo dejó y se acabó.
Cada vez que abro el blog me pregunto si me siguen leyendo. Y la verdad que los números son muy buenos si consideramos que estamos en una época de aplicaciones, en donde la gente usa más Tik Tok y se lee cada vez menos. Pero diariamente, las entradas recientes se las leen entre 80 y 90 personas. Bueno, no sé si son personas, porque a lo mejor, contabiliza a una misma persona que ha comenzado a leer el blog, lo deja, retoma; en fin. Que no lo sé. Pero que leen desde otros países, eso sí. ¡Y mola!
Aunque suele variar las estadísticas, me leen mucho, en España, desde luego; pero también en Argentina, Ecuador, Colombia, México, Francia, Alemania, Noruega, Australia y hasta Japón. Vamos, que morbosos y maricones estamos en todas partes.
Hoy quiero agradeceros que estáis allí. No sé hasta cuándo continuará el blog, pero por lo menos, durante este 2025, hay muchas putihistorias que os deseo contar.