jueves, 16 de junio de 2016

¡Hola! Soy Carmelo… ¡de Madrid! (The only crime is getting caught) Parte 1






Había llegado el verano y no me decidía volver aún a Madrid. En parte es que tendría poco días libres para ir a Madrid y visitar a la familia en la Sierra. Este verano tendría mucho trabajo pero paradójicamente tendría muchos días líbres entre semana, lo que me permitía seguir conociendo las bondades del mundo gay de Barcelona. Además, Barcelona me resultaba especialmente atractiva en verano. Tener la cercanía del Mediterráneo a tan  pocos metros de mi piso me resultaba una delicia y sabía yo que esto sería solo por pocos meses.
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Así que ya decidido a pasar parte del verano en Barcelona me decidí pasar por un día de semana por la Sauna Corinto. Si bien resulta especialmente costosa para los tiempos que vivimos, debo reconocer que no representaba nada difícil para mí pagar el derecho a entrar. Igualmente, me hacía ilusión contemplar la Rambla esa tarde de verano mientras algún chiquillo a algún vejete me comía la polla.
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Llegué temprano a la Sauna Corinto. Me cambié y apenas entro al bar, me encuentro a tres tíos charlando cómodamente entre ellos y compartiendo con el bartender. Se veían agradables. Medio guapetes, rondando la treintena. Hice un pequeño saludo. Los tíos me estudiaron y me interné en la sauna para hacer lo que yo llamo mi “paseo de reconocimiento”, debo confesar que estaba esperando que alguno de los chicos del bar me tomara más en serio, me siguiera y me ofreciera de mamar en algún rincón o por lo menos me pidiera la polla.. Para sorpresa mía la sauna estaba vacía. Debo reconocer que era muy temprano y que sería cuestión de esperar por lo menos a algún turista que quisiera pasarla bien. Pasé por el mini-cine y habían dos tíos en pelotas, sentados, haciéndose una paja mutua. En la piscina principal había un cuarteto intercambiando caricias bajo el agua. Al ver tan poco movimiento y no animarme aún a participar, me regresé al bar.
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Pide una cerveza. Mientras me tomaba la cerveza escuchaba que uno de los tíos no paraba de hablar y todos reían a su alrededor. En lo personal no me molestó nada, pero me llamó la atención que el tío que charlaba tenía algunas expresiones madrileñas. Y si bien su acento era muy madrileño, habían algunas palabras un tanto más “suaves” al momento de articularlas que me daba la impresión era su manera “nativa” de hablar.
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El tío en cuestión, sumamente simpático me inmiscuyó en la peña con un simple:
_¡Hola! Soy Carmelo… ¡de Madrid!
Le estreché la mano.
_¡Hola! Soy Andrés. También de Madrid. ¿De qué parte de Madrid eres?
_Vivo en Salamanca.
_¡Vaya! ¡Así que sos un pijo! Yo soy de Vallecas, con “K”-le dije.
_¿Estás en Barcelona de vacaciones? –me preguntó.
_No. Estoy por razones de curro. Estaré acá unos meses. ¿Qué tal tú?
_Estoy haciendo un reportaje para un portal web sobre saunas gays y estoy de pasada. A ver que tal.
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Cuando menos me di cuenta, los tíos que charlaban con Carmelo se habían internado a la sauna. El bartender estaba en lo suyo. Sólo estábamos Carmelo y yo.
_¿Te apetece unas pajillas? –dije yo, más para salir del aburrimiento que por verdaderas ganas.
_¡Claro! ¿por qué no?
Así que nos adentramos en la Sauna Corinto.
(Continúa)

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