martes, 16 de octubre de 2018

Jugando con vejetes



Existe una gran variedad en la fauna de los abuelos o vejetes, como prefiráis llamarles. En el fondo, no son más que abuelos que les gusta disfrutar del sexo y muchos de ellos viven una 'doble vida' de abuelo que lleva a sus nietos a misa y que de vez en cuando se va a comer el rabo de otros nietos menos niñatos y más hombrecitos.

Durante muchos años se pensó que al llegar a la edad adulta la actividad sexual se desvanecía. ¡Nada más lejos de la verdad! En mis largas incursiones en el cine duque de Alba e incluso en las saunas, me he topado con abuelos que disfrutan sin tabúes de su sexualidad, sea esta  tanto heterosexual, bisexual y homosexual, en todos los ámbitos. Cuando se es joven se es audaz e intrépido, pero jamás se piensa en la sexualidad que ejercen los mayores hasta que nos topamos con algún abuelete que sabe mamarla o que está empalmado, presto a reventar todos los culos que se le atraviesen. En la antigua Grecia, dentro de las prácticas homosexuales, lo común era que el activo fuera el abuelo o el de más edad y el pasivo el más joven, pues este último tenía que aprender de las técnicas amatorias del primero. Practica que he visto con preocupación se ha perdido, pues ahora los abuelos tienden a ser unos pasivos totales y dedicar tiempo al sling..., y no precisamente para dormir la siesta.


Hay hombres mayores cuyas edades giran alrededor de los 60 y 70 años,  suelen ser hombres que andan en buscas de aventurillas sexuales y disfrutan del sexo, algunos con más complejos que otros, esto depende del nivel de prejuicio. Me he topado con abuelos que llevan cuarenta años de casados, con hijos y nietos que de pronto se encierran en una sauna y disfrutan del sexo gay sin tapujos. También me he encontrado a los que después de una buena mamada o follada se sienten culpables..., pero serían capaces de volver a mamar o follar inmediatamente. Algunos vejetes se sienten avergonzados de sus cuerpos y es por eso que prefieren follar en la oscuridad de alguna sauna de vapor o de algún cuarto oscuro. Pero cada vejete tiene su encanto: sus cabellos grises, uno que otro bigote exótico y hasta los gordillos son simpáticos. Una vez estuve en una orgía en la Sauna Octupus en la cual unos ocho tíos nos corrimos sobre el pecho de un osote de unos 63 años. ¡Tenía una enorme barriga! Y era gracioso y placentero ver como tu le apuntabas al pecho y la leche se iba corriendo por toda su barriga.


Hay también mucho vejete cachondo, que aprovechan el crepúsculo de sus días y se vuelven unas viejas derrapadas. ¡Lo que no gozaron cuando jóvenes desean gozarlo ahora! Algunos tienen el talento de atraer todavía, otros simplemente aprovechan alguna polla generosa que se les ofrezca en el camino. Una vez me topé con uno que después de follar me confesó que descubrió el mundo del cruising gay porque le habían dicho que las maricas sabían como mamarlo. El pobre abuelo jamás -según él- había tenido la oportunidad que se lo chuparan pues se casó con una tía muy conservadora que veía en eso de mamar pollas algo muy guarro. Un día el tío se aventuró al baño de Atocha, sin conocer muy bien cómo funcionaba esto del cruising, se acercó al lavabo, se bajó la bragueta, se sacó la polla, miro alrededor y allí estaba: un tío contentísimo de mirarle la polla quien tomo la iniciativa, se encerraron en un apartado y el abuelo tuvo la mejor mamada de su vida. Era una época en que no había internet, la información de zonas de cruising se corría de boca en boca o en su defecto a través de revistas especializadas en temas homoeróticos y que se vendían como contrabando en plena era franquista.



La internet fue una verdadera revolución para los vejetes homo-hetero-reprimidos, pues permitiría que algunos se atrevieran a buscar citas a ciegas, otros leerían sobre sitios de cruising y muchos descubrirían los códigos gays característicos como la bandera multicolor o la biflag. Los abuelos aprenderían que en donde estuviesen esas banderas habría la posibilidad de algunas caricias, que a esa edad se necesitan con frecuencia.

Me considero un tío normal en todos los sentidos, me he descubierto a mí mismo adicto al sexo en casi todas sus múltiples facetas y prácticas y me he sorprendido de que no hay escasez de hombres que quieran tener sexo con otros hombres, tengan la edad que tengas. Esten casados, solteros, se consideren heteros, bicuriosos, homosapiens o les guste practicar sexo interracial o intercultural. Muchos abuelos son buena compañía para aprovechar algunas horas de placer. ¡Ésto último es muy importante! Porque si bien hay tíos que no disponen de un lugar propio, hallan el tiempo para compartir alguna paja, alguna cálida lefa y la imprescindible mamada.

Mi experiencia me han enseñado que hay abuelos que pueden tener relaciones sexuales con diferentes personas todos los días o noches de la semana, ya sea individualmente o en grupos. Los hombres casados ​​que "no tienen espacio" suelen estár dispuestos a reunirse "durante el día, de lunes a viernes". Este tipo de abuelo está en todas partes. Si uno puede convertirse en anfitrión, pues se disfruta del sexo sin límites. Igual siempre estarán las saunas, los bares de sexo aunque también hay tíos que no les mola ir a estos sitios. Aunque se sea vejete y flipen por el sexo entre hombres, todavía hay muchos prejuicios.


Los matrimonios sin sexo son una base fértil para los hombres que quieren un poco de coqueteo con otros hombres. Muchos comienzan viendo videos en PornTube o RedTube y quieren tener  la experiencia "real". Tocar, abrazar, mamar, sentir un dedo que entra por sus culos, ducharse con otros tíos, o tan solo conversar de todo un poco con tíos que han experimentado sensaciones similares; estos son aspectos importantes para los abuelos que desean y tienen relaciones sexuales. Lo he dicho muchas veces antes, pero el lugar más solitario en la tierra para un hombre de cualquier edad es el lecho matrimonial cuando no hay sexo. Los hombres NECESITAN ser abrazados, hechos para sentirse bien, expresar sus necesidades sexuales, saber que otros hombres los aprecian por lo que son y lo que pueden aportar al encuentro.


Ahora, con Viagra y otras píldoras para mejorar la erección, el proceso de envejecimiento natural del síndrome de flacidez puede revertirse, permitiendo que las relaciones sexuales continúen hasta una edad avanzada. Sus roles sexuales cambian en nuevas direcciones: ahora se convierten en besucones y los toques sensuales se convierten en prioridades los cuales cuentan a su nuevo repertorio de caricias intimas.

 Es posible que su pene no haga todo lo que hacía antes, pero créanme, hay mucho más en el placer sexual que estar obsesionados por la polla. Por lo general este tipo de abuelo suele ser un gran mamador, o un pasivo que lo pone fácil y sobre todo: un pajero con mucha experiencia. Las mejores pajas y mamadas me la han ofrecido abueletes muy mayores que no tienen apuro y se toman todo su tiempo para darme placer. A esas edades no se pierde tiempo ni recurso, es por ello que por lo general a los abuelos les encanta tragarse toda la lechita.




Es sorprendente como veo cada vez con más frecuencia a tíos jóvenes buscando a mayores. En los últimos años me ha pasado que a mis 45 años me comienzan a seguir chicuelos por toda la sauna y lo que quieren es que me los folle. ¡Son unas maricas pasivas! ¡Yo lo disfruto mucho! En internet hay cualquier cantidad de sitios de citas que anuncios como "Chico de 22 busca a adulto de 55 para que le reviente el culo".

Siempre hay una protesta en el mundo heterosexual cuando las mujeres mayores toman a amantes más jóvenes, pero en el mundo gay masculino, esa protesta rara vez ocurre. Se trata de "bien por ellos". Sucede mucho más a menudo de lo que imaginamos, hay una gran cantidad de cariño y afecto genuinos compartidos entre los dos grupos de edades diversos.

Es cuestión de buscar bien y sobre todo tener paciencia. Hay hombres jubilados que dedican su tiempo a buscar sexo con otros hombres: tardes de sauna, baños gay, noches desnudas organizadas en bares, fiestas de ropa interior, fines de semana desnudos en el campo, amigos que tienen mini-orgías en casa de alguien, viajeros que buscan diversión similar en sus habitaciones de hotel, clubes de masturbación, estos últimos muy populares en Estados Unidos, Canada y Australia.

Si no habéis experimentado el sexo con abuelos y estáis leyendo esto, no lo dudéis ¡Es un mensaje de la Providencia! ¡Busca a tu abuelete! ¡Encontraréis sensaciones como nunca antes vivida!

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