martes, 3 de marzo de 2020

Sauna Relax Spa_1 - [Guayaquil, Ecuador] Puteando en América






Si bien leéis la parte de aventuras sexuales, la verdad el resto del tiempo yo estaba trabajando sin descanso. Como mi estancia en Guayaquil iba a estar colmada de actividades, pues al parecer era una ciudad comercial, decidí el mismo día de mi llegada visitar el Relax Spa. Apenas llegué al aeropuerto me esperaban mis anfitriones. Me condujeron en taxi al hotel que estaba justo al lado del aeropuerto y me pidieron que descansara, que esa tarde la tendría libre para mí porque al día siguiente me esperaba una dura jornada de trabajo. Así que apenas me acomodé en la habitación y ellos se marcharon, preparé un bolso con lubricante y condones y tomé un taxi a la salida del hotel. El taxista me indicó que desde donde estábamos a la esquina de Padre Solano con Esmeraldas serían cinco dólares  [unos 4,30 Euros para noviembre de 2018].  En Guayaquil, a diferencia de Cuenca no usaban taxímetro y estaba obligado a preguntar los costos. El cielo estaba nublado, pese a ello, no parecía que fuese a llover, la temperatura estaba a 26°C lo que hacía que el ambiente estuviese cálido y  agradable. No habían montañas alrededor y si bien me habían recomendado que visitase el malecón, yo estaba más interesado en conocer otras cosas como pollas, tetillas, huevos y culetes. El taxista me dejó en la esquina y tal como me había indicado Google Maps encontré la portezuela con el número 1606, apenas entré estaba la putipuerta biselada con las letras que decían Relax Spa y un botón para tocar la campana.



                             Entrada de Relax Spa. Esta imagen es de 2015 según Google Maps, en 2018 estaba
el número 1606 y la puerta de la izquierda sufrió una ampliación considerable. 


Era miércoles nudista ¡Qué puticasualidad! Así que después de pagar los diez dólares de entrada [unos 7.90 Euros para noviembre de 2018], te daban una llave con el número de casillero y las sandalias de baño de acuerdo al número que pedías. Al entrar queda frente a tí el espacio de los lockers que es semioscuro, conté cerca de diez tíos, lo que quería decir que quizás podría armarse una buena fiesta. Al lado izquierdo quedaban las duchas alumbradas por una luz mortecina y más allá de las duchas lo que supuse sería la zona de lavabos.

Me quité la ropa. Me gustó que los casilleros eran grandes y amplios, lo que permitía ir con muchas cosas y entraban con comidad. Ya desnudo, duchado y con el culo lubricado sigo por un pequeño pasillo, aparece a mi derecha el bar en donde puedes ver la TV, tomar una soda, una cerveza o algo de café, éste último gratuito y cortesía de la casa. A la derecha queda el putijacuzzi que para mi gusto estaba muy iluminado, no había nada de decoración pero el agua estaba bien caliente, hay tíos que necesitan un putijacuzzi con agua caliente para calentarse y comenzar a putear. No me pasa. En estos ambientes los putijacuzzis son muy importantes porque además de ser una zona de sociabilización es el espacio de los primeros magreos de tetillas, piernas, huevos y pollas. Bar y putijacuzzi se conectaban entre sí con un espacio que creo era una pista de baile, el espacio en sí me pareció desaprovechado al menos que hagan eventos para pocas personas. Justo allí había una puerta en la cual estaba un tío que a cada momento te ofrecía masajes.

Luego venían unas escaleras, las cuales primero conectan a una especie de mezzanina o piso intermedio que conectaba con lo que supuse era un "minicine": un espacio semioscuro con un televisor que pasaba una peliporno gay y gradas de azulejos que no se veían cómodas. En estos ambientes es esencial que los espacios dedicados al "cine" sean oscuros y cómodos, no solo por aquello de propiciar los encuentros homoeróticos sino porque a veces puede provocar dormir una putisiesta en espera que venga el tan anhelado putoprincipe que nos saque del sueño.

Si uno vuelve sobre sus pasos se encuentra de nuevo la escalera y esta sí conecta con un segundo piso completamente amplio. Allí lo primero que te encuentras es con la sauna seca que posee una pequeña antesala y después propiamente la sauna de unos 2 x 2 mts, es decir, pequeña pero si no hay gente se ve espaciosa. Luego, volviendo hacia la escalera, queda a mano izquierda la sauna de vapor, la cual recibe luz natural pero con la bruma apenas se llega a distinguir más allá de tus propias narices. Es un espacio más amplio que la sauna seca, calculo que de unos 4 x 4 mts. Al salir de la sauna de vapor y cogiendo a la izquierda se pueden apreciar dos ambientes: a la derecha un solarium con tumbonas, en donde por cierto dormí deliciosamente una siesta después de una putifollada; y a la izquierda una amplia sala que conectaba con los apartados, conté cuatro en total: dos con bancos de azulejos y otros dos que eran una especie de apartado-ducha; el sitio no estaba mal pero creo que se le podía sacar más.

Ahora, en el siguiente post os cuento el puteo, que para eso es que uno va a estos sitios. 



Continuará...


1 comentario: