Luego de una cena de cumpleaños en el centro de Madrid, la Montse se va a casa. Yo le digo que me quedo de marcha con los amiguetes, no son amigos en común con Montse, por lo que, a la media hora le digo a la pandilla que me voy a dormir. En el camino me queda Firewood, el puteo puede más que el sueño. Llego a las 0:15 hrs. Sé que era tarde y quizás no conseguiría tíos. Eran pocos y para mi fortuna, algunos muy dispuestos a disfrutar. guapos.
No pierdo tiempo y me voy para la parte de atrás. En el camino recibí algunas tocadas de culo y tuve que dar de mamar a dos tíos en distinto momento. Para haber poca gente había morbo en el ambiente. Una vez en el fondo y en la oscuridad me dio morbo que tres tíos se arrodillaron y me comieron la polla. Como eran casi osos, uno de ellos se puso detrás y me dio una mamada de culo que disfruté de maravilla. Sentí algo de sofoco y me alejé de la mamada.
En el intento de una putivuelta me topo con un colombiano que es habitual en la Octopus y que ha migrado, poco a poco, a los bares de sexo. Intercambiamos mamadas y me lo follo allí, de pie. Los osetes se sumaron e hicimos una pequeña orgía. Siempre fui activo y solo me follé al colombiano. Los otros tíos se follaron entre ellos, aunque hubo mamadas y tocadas de culo, pero nadie me folló.
El colombiano se corrió mientras me lo follaba, yo me quería correr sobre su espalda o darle mi lefa en la boca, cosa que ya habíamos hecho antes, pero sus contracciones anales hicieron que me corriera dentro de su culo. El colombiano y yo nos despedimos, aunque los osetes seguían a nuestro alrededor follando como locos.
Regreso a casa feliz y con los cojones descargados.
No sé si estuviste mucho rato, pero el tiempo que fuera lo disfrutaste. Y por lo que leo, los osetes también y siguieron.
ResponderEliminarUy! ¿Qué te puedo contar? Puteo de primera y divertido. Lo disfruté mucho.
EliminarGracias por escribir.