miércoles, 8 de marzo de 2023

Mamada de bienvenida - The Attack (Parte 1)

  

 


Segundo día de puteo.

 

Después de la visita a The Meat consideré que podría descansar uno o dos días, que podía tomar con calma los momentos de puteo. Si bien, yo tenía algunas semanas sin la parienta no me apetecía putear por putear, qué se puede hacer, no quería forzar al puteo. Sin embargo, cuál sería mi sorpresa que el cuerpo me seguía pidiendo caña. Es cierto que follé en el Meat, pero a no me follaron y mi culo no estaba satisfecho. 

 
Le había escrito a Federico por Whatsapp para vernos, pero el tío tenía a la parienta y los críos en casa, se le complicaba inventar una excusa para salir. Según él, el mejor día para encontrarnos sería en la mañana del domingo, porque se podía inventar la excusa de que iba a El Rastro y a su familia no le gusta ir allí. De esta manera, él saldría temprano para un hotel y allí nos encontrábamos. Pero el sábado en la noche cuando le dice a la familia que se va a El Rastro, ¡oh, sorpresa! ¡Toda la familia quiere ir! Entonces el tío me envía mensaje: 

 

Fede: 

Abortar misión. Toda la familia en el rastro. 

 

Esto ya era una premonición. Si Fede no podía desprenderse de su familia en la mañana del domingo no podría hacerlo después. Irían a comer, luego a algún museo o espectáculo y así. Con este panorama no me quedó otra cosa que pensar ha qué sitio guarro ir. Firewood era una buena opción, porque era domingo y allí las sesiones de puteo son buenas. Sin embargo, no sé por qué, pero elegí The Attack. No es mi local predilecto, aunque las veces que he ido la he pasado bien, no tengo quejas. Reviso la página web del local y hoy era domingo de desnudos. Pues nada, quela Providencia ha decidido que ande en cueros y con suerte, me follan. Paso todo el día del domingo en casa. Dedico tiempo a leer, dormir la siesta y descansar para la noche. Como no soy noctámbulo decido llegar temprano a The Attack y ver qué me depara el destino. 


Llego sobre las 20:00 hrs. A pesar de ser temprano había mucho movimiento. Me gustan los días de desnudo en cualquier local del mundo. La fauna va con una actitud desinhibida, aunque hay de todo. En lo personal, me desagrada cuando en estas sesiones de desnudos se aparece uno que otro tío en toalla o traje de baño. ¡Por lo menos suspensorios! A veces le he reclamado al chico de taquilla o al barman y me contestan lo mismo: es amigo del dueño. Por fortuna, no había esa rara avis en The Attack, por lo menos mientras yo estuve.  

 

En el ropero ya había caña. Apenas te quitabas la ropa había un chaval, delgado, guapo, de unos 22-23 años que se iba de cabeza a cuanta polla asomaba. No importa si la polla era pequeña, grande, estaba erecta o escondida, el tío metía la cabeza y la polla se convertía en una maquina de matar. A mí me hizo lo que llamé una “mamada de bienvenida”. ¡Otro nombre para algún post!, pensé. Pero la mamada era eso, una bienvenida. Luego de que me la chupó, el chaval se la chupó a tres más y desapareció por esos caminos de Dios. Luego de desnudarme ropa era el momento de recorrer el mundo, por lo menos los pasillos del Attack. 




2 comentarios:

  1. Cuando uno no dispone de tiempo en el momento adecuado parece que sea pecado no aprovecharlo para putear ese ratillo. Conozco bien esa sensación. Pero si, además lo pide el cuerpo, pecado mortal no aprovecharlo, jaja...
    Mamadas de bienvenida...Eso me ha hecho recordar que yo también las hacía a los recién llegados a las orgías que nos montábamos/Improvisabamos en el Erotixx de Barcelona hace unos cuantos años ya (principios del 2011), en los primeros tiempos de mi blog, donde hay unos cuantos posts al respecto, por cierto ;-)
    A ver como sigue la acción en el Attack !

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    1. Es así. ¡Al cuerpo, lo que pida! No recordaba lo de tu experiencia en el Erotixx. Voy a releerla. No he tenido las ganas ni la oportunidad de dedicar mamadas de bienvenida, pero quizás, muy pronto, procuraré de hacerlo.

      Gracias por escribir.

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