miércoles, 31 de julio de 2024

Sexo en Buenos Aires, Argentina (Parte 4) - Mamada aérea en el Cine Ideal (Parte 3 de 3)


 


Mamada aérea en el Cine Ideal (Parte 3 de 3)


Visité las otras salas y en la del segundo piso, cuya temática eran pornos héteros, encontré mucha movida. De hecho, movida interesante: mucho vejete, mucho señor mayor dando de mamar a chavales. Me gusta cuando hay esa interacción sexual entre adultos y jóvenes, porque la experiencia del vejete educa a los chavales; y el vejete se aprovecha de esa energía sexual que tiene la juventud. Me confieso culpable de que, cuando jóven, lo que más me gustaba era estar con un vejete, porque acarician de otro modo, se toman su tiempo y se disfrutan cada momento. También he estado con gente de mi edad y no me quejo, tan solo que es distinto.  
 
Después de haber recorrido todas las salas me faltaba la última, que queda en el tercer piso (ya había perdido la noción de cuántos pisos tenía, recordaos que tenía jetlag y además, tenía menos de una hora para putear). En el último piso, solo había movimiento en el gallinero. De nuevo, unos cinco tíos dando de mamar a uno solo ¡y yo que no me decidía a participar! Además, noté que no había señales de travestis por ningún lado. Así que decidí quedarme en el último cine, sentar al fondo y sacar mi polla.  

Noté que en las distintas salas faltaban butacas. Me senté cerca del pasillo, pero dejando libre dos puestos a mi derecha y una fila entera a mi izquierda; de esa manera, el que quiera comer o darme de mamar, tiene espacio suficiente. Cuando pasaba algún tío, me paejaba un poco. Mi polla estaba morcillona y con ganas de escupir lefa, así que si me pajeaba mucho me corría, y yo quería que me la comieran.  

Pasaron varios tíos, solo un tío regordete me toqueteo un poco, pero siguió de largo, parecía tímido. ¡Y eso que le señalaba mi cipote y le hacia movimientos con mi polla y le indicaba con la mirada, como diciendo: ‘este pedazo de carne es tuyo, ¡ven, cómetelo!’. Pero nada de nada. Estaba en esas cuando se detiene en el pasillo un tío delgado, altísimo. Se queda viendo mi polla, mira la peli, mira mi polla, mira a los lados, hasta que me hace señas con la mano y la cabeza, como preguntando ‘¿puedo meter ese trozo de carne en mi boca?’. A lo que yo respondí, siempre en lenguaje corporal, ´ven, come de mi carne’.     
 
Y aquí, oh, colegas, que me dio una mamada maravillosa. El tio extendió su cuerpo sobre las sillas del cine y quedó como suspendido en el aire. La única parte de su cuerpo que me tocaba era su boca, la cual habia engullido mi polla morcillona que, prontamente, pasó a un estado sólido roble. Me dejé llevar, no sin antes reconocer la capacidad física del tío para sostener su cuerpo entre las butacas. ¡Mamada aérea!, pensé. Yo traté de pensar en otra cosa, traté de concentrarme en la peli, que era una tía follada por dos negros cerca de una piscina, esta peli la vi aquí mismo, déja-vu, pensé. Pero se acercaron otros tíos a ver nuestra escena y eso me dio más morbo. No iba a aguantar mucho. Le dije al tío que me iba a correr. Sin sacar la polla de su boca y sin dejar de estar suspendido en el aire, me hizo el sonido característico y universal que me autorizaba a correrme en su boca. ¡Y así fue! ¡Oh, colegas! ¡No sé decirles si fue abundante lefa! ¡Lo que os puedo contar es que quedé satisfecho y exhausto y fue un orgasmo intenso! ¡Grité de placer!  

 
Creo que se escuchó hasta en Mar del Plata. 

 

Satisfecho y corto de tiempo había logrado varios cometidos: a) sexo en menos de mis primeras 24 horas en Argentina; b) no me había manchado el pantalón, porque el tío no derramó una sola gota de semen o saliva sobre mi ropa; 3) todo lo anterior sucedió en menos de quince minutos de mi primera visita, al Cine Ideal; 4) me daba tiempo de tomar un café ante del encuentro con los anfitriones porteños. 
 
Fin de esta crónica. 




domingo, 28 de julio de 2024

¿Y las crónicas de agosto?




Algunos de vosotros me habéis preguntado por privado que qué vendrá para las Crónicas de Agosto. En este año, pues me temo que nada, porque todo lo que saldrá durante el mes de agosto de 2024 será la continuación de mis Puteando en América.  

Para quienes no conocen este blog y leéis esto por primera vez, las Crónicas de Agosto son eso, crónicas de mis puteos durante el mes de agosto, porque en agosto cambia Madrid y sus rutinas y, en mi caso, a veces es mi temporada de más cruising al aire libre. Y digo ‘a veces’, porque no siempre es así. 

 

Para no solapar las historias de Puteando en América con las Crónicas de Agosto, estas últimas quedan para el próximo año. ¡Pero no os preocupéis, que este agosto también se putea! 
 
Abrexes  





miércoles, 17 de julio de 2024

Sexo en Buenos Aires, Argentina (Parte 3) - Mamada aérea en el Cine Ideal (Parte 2 de 3)




 Mamada aérea en el Cine Ideal (Parte 2 de 3)



Entro al cine. La entrada costó el equivalente a 3,50 Euros. No han mejorado las condiciones del ropero. Tuve que dejar abrigo y bolso cuidados por un tío que a veces estaba en el sitio, a veces no y las cosas estaban allí mismo, como si fuera uno de esos puestos de ropa usada de El Rastro. Dejo mis cosas con confianza, porque estaba cansado del viaje, pero con ganas de putipasear. Me quedo con mi móvil y algo de efectivo en mis bolsillos. Me apetecía repetir con alguna travesti. La vez anterior estuve con varias, en distintos momentos y había que tener algo de efectivo. No tengo idea de cuánto puede cobrar por una mamada follada. 
 
En la primera putivuelta me percato que todo está casi igual que hace seis años atrás, aunque con más deterioro. Lo cutre está más cutre, lo viejo está más viejo, incluyendo a los porteros y al vendedor de la taquilla. Entro al cine de planta baja, que es de temática gay. Debo aclarar: de tema gay la peli, porque todo el cine es para hacer cruising gay. Está todo muy oscuro y no se adapta mi vista. Me siento en las últimas butacas, es decir, en las primeras de la entrada a esperar que mi vista se acostumbre. Al rato, noto que en el fondo hay como cinco tíos dando de mamar a un tío. ¡Cinco contra uno, no es justo! Me da por pensar que debería acercarme y acicalar algunas pollas. De pronto, a mi lado, a unos seies metros, está un tío que se ha sacado la polla del pantalón. Desde lejos y en medio de la oscuridad se ve apetecible; pero decido salir y continuar recorriendo el local. Bien pude detenerme y mamar un poco, pero como noté que tíos hambrientos sobran, decidí salir.  

Me encuentro con una mezzanina que no recordaba de la vez pasada, por fortuna, tuve que revisar la entrada pasada (ver aquí) porque recordaba las ubicaciones de manera muy distinta. En todo caso, lo de menos era si había o no había un piso intermedio, la realidad es que en esta visita en el piso intermedio se dividía en dos: a la derecha había una camilla con tíos follando completamente desnudos ¡Y con el frío que hacía! El pasivo estaba en la clásica posición de perrito en cuatro patitas, mientras el activo estaba dándole duro por el culo. Cinco tíos alrededor miraban el espectáculo, todos con las pollas fuera del pantalón. Se miraban entre ellos, pero ninguno se acercaba a nadie. Era como ver una pieza de museo mientras te pajeas. A la izquierda había un laberinto oscuro. Decidí entrar allí. Muchos tíos, conté unos nueve, pero a diferencia de al lado, en el que todos con luz tenían pollas afuera, en el laberinto todos tenían las pollas dentro de sus pantalones. Palpé por encima de los pantalones unas cinco pollas, diferentes tamaños y dureza, pero decidí continuar con el paseo. 

 

(Continuará) 




miércoles, 3 de julio de 2024

Sexo en Buenos Aires, Argentina (Parte 2) - Mamada aérea en el Cine Ideal (Parte 1 de 3)




 Mamada aérea en el Cine Ideal (Parte 1 de 3)


Como os he comentado en diversas ocasiones, una de las cosas que más me han gustado de mi lado homosexual promiscuo, ha sido tener sexo en cines de contenido porno. No es que lo prefiera a una buena sauna, en donde uno puede andar en pelotas, estar en una orgía e inmediatamente, tomar una ducha para limpiar el cuerpo y refrescar el alma.  Pero creo que el cine tiene su encanto, la oscuridad de la sala, el olor a desinfectante, lejía, saliva y semen, el morbo que tiene sacarse la polla con discreción de los pantalones, o de esconderse entre las butacas para dar de mamar o ser mamado. En fin, que tiene su otro lado. Fijaos que no hablo de las pelis, porque si algo he aprendido de mis visitas a salas X es que lo mejor no está en la pantalla, sino allí frente a vuestras narices, en la vida real. 

Llegué a Buenos Aires un día de semana a las 7 am. El vuelo desde Bogotá había comenzado la noche anterior y tenía un jetlag de puta madre. Si dormía durante el día, sería peor, porque mi cuerpecito no se había terminado de adaptar al horario sudamericano, sin contar el esfuerzo psicológico y físico para conversar por videollamada con la Montse. Lo cierto es que, mis anfitriones en Argentina prepararon una pequeña recepción en un café-bar en el centro de Buenos Aires. ¡Oh, Fortuna! ¡Oh, sorpresa! ¡A pocas cuadras del Cine Ideal! Por lo cual, tendría que dejar maletas, dejar morir algunas horas y calcular los tiempos. Me apetecían muchas cosas, a nivel de putiaventuras, pero yo sé cómo son los tiempos de cruising, a veces en menos de cinco minutos queda uno satisfecho, a veces pasan cinco horas y no ha pasao nada de . 

Entonces, la reunión con los colegas era a las 16 h. Entre hotel, llamadas a España, comida y una siestecita, se me hizo las 14 h. Mi hotel estaba lejos del centro, por lo tanto, calculando los tiempos, llegaría al cine a las 15 h lo que me daba una hora para putirevolotear. Es muy poco tiempo, pensé, pero si no pasa nada de nada, por lo menos puedo escribir una entrada en el blog como visita de reconocimiento. Decido salir a las 14 h del hotel y me dirijo con paso firme al Cine Ideal, aunque en el camino me confundí de línea de subte (metro) y tuve que cambiar. Me fijo en mi ropa y me doy cuenta de que es de tonos oscuros, por lo que, si me cae semen en alguna parte, la mancha iba a quedar. Por fortuna, estaba haciendo frío en Buenos Aires y llevaba sobre todo y esperaba que el sitio en el que me encontrara con los colegas fuera, si no oscuro, por lo menos que no se fijaran en en mi vestimenta. 

Llego puntual al Cine Ideal, 15 h. Entro y en efecto, me he llenado de nostalgia y se me ha puesto la polla dura.  

(Continuará)