miércoles, 3 de julio de 2024

Sexo en Buenos Aires, Argentina (Parte 2) - Mamada aérea en el Cine Ideal (Parte 1 de 3)




 Mamada aérea en el Cine Ideal (Parte 1 de 3)


Como os he comentado en diversas ocasiones, una de las cosas que más me han gustado de mi lado homosexual promiscuo, ha sido tener sexo en cines de contenido porno. No es que lo prefiera a una buena sauna, en donde uno puede andar en pelotas, estar en una orgía e inmediatamente, tomar una ducha para limpiar el cuerpo y refrescar el alma.  Pero creo que el cine tiene su encanto, la oscuridad de la sala, el olor a desinfectante, lejía, saliva y semen, el morbo que tiene sacarse la polla con discreción de los pantalones, o de esconderse entre las butacas para dar de mamar o ser mamado. En fin, que tiene su otro lado. Fijaos que no hablo de las pelis, porque si algo he aprendido de mis visitas a salas X es que lo mejor no está en la pantalla, sino allí frente a vuestras narices, en la vida real. 

Llegué a Buenos Aires un día de semana a las 7 am. El vuelo desde Bogotá había comenzado la noche anterior y tenía un jetlag de puta madre. Si dormía durante el día, sería peor, porque mi cuerpecito no se había terminado de adaptar al horario sudamericano, sin contar el esfuerzo psicológico y físico para conversar por videollamada con la Montse. Lo cierto es que, mis anfitriones en Argentina prepararon una pequeña recepción en un café-bar en el centro de Buenos Aires. ¡Oh, Fortuna! ¡Oh, sorpresa! ¡A pocas cuadras del Cine Ideal! Por lo cual, tendría que dejar maletas, dejar morir algunas horas y calcular los tiempos. Me apetecían muchas cosas, a nivel de putiaventuras, pero yo sé cómo son los tiempos de cruising, a veces en menos de cinco minutos queda uno satisfecho, a veces pasan cinco horas y no ha pasao nada de . 

Entonces, la reunión con los colegas era a las 16 h. Entre hotel, llamadas a España, comida y una siestecita, se me hizo las 14 h. Mi hotel estaba lejos del centro, por lo tanto, calculando los tiempos, llegaría al cine a las 15 h lo que me daba una hora para putirevolotear. Es muy poco tiempo, pensé, pero si no pasa nada de nada, por lo menos puedo escribir una entrada en el blog como visita de reconocimiento. Decido salir a las 14 h del hotel y me dirijo con paso firme al Cine Ideal, aunque en el camino me confundí de línea de subte (metro) y tuve que cambiar. Me fijo en mi ropa y me doy cuenta de que es de tonos oscuros, por lo que, si me cae semen en alguna parte, la mancha iba a quedar. Por fortuna, estaba haciendo frío en Buenos Aires y llevaba sobre todo y esperaba que el sitio en el que me encontrara con los colegas fuera, si no oscuro, por lo menos que no se fijaran en en mi vestimenta. 

Llego puntual al Cine Ideal, 15 h. Entro y en efecto, me he llenado de nostalgia y se me ha puesto la polla dura.  

(Continuará) 




1 comentario:

  1. Si, el cine es otra historia. Desde que desapareció el Arenas, no he vuelto a pisar uno. De cine para ver peliculas, si. Pero para putear, no :-(

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