lunes, 13 de mayo de 2013

Federico (2)





Quedé en verme con Federico en un hotel de lujo entre las calles Goya y Serrano. Yo deseaba verlo para ir con él a la Sala X Cine Duque de Alba y ver se animaba a que organizaramos allí una orgía.

Mis citas con Federico eran planeadas con mucha antelación, pues él estaba casado con tres hijas y no quería levantar sospechas de ningún tipo. El hecho de estar todo tan planificado me daba tiempo para "preparar" mi culo: durante una semana comía solo fruta y alimentos ricos en fibras para limpiar el colon y un par de horas antes de encontrarnos me realizaba una enema con la finalidad de tener el ano libre de impurezas.

Me recibió como siempre. Me dió un beso húmedo y profundo que tenía el aroma de un Ribera del Duero y me apretó las nalgas con fuerza hacia él. 
No sé cómo cerró la puerta, pues solo escuché el golpe de que cerraba mientras nos fundíamos en un solo abrazo. Nuestros penes se buscaban con desenfreno.

Me gusta hacer el amor con Federico -sí, así mismo: "el amor"-. Federico es un amante tierno y dulce. Es amante de las caricias, le gusta mucho besar y acariciar. Sus mamadas son espectaculares y tiene muchos gestos amables y cariñosos. Le gusta morder mis pezones mientras con una mano me acariciaba la polla y con la otra hurgaba en mi culo.

Federico dedica mucho tiempo al sexo oral, me chupaba la polla con ternura y con constancia y firmeza. Luego, procede a trabajar mi ano. Primero me besa una y otra vez el ojete mientras me sigue masturbando. Después introduce su lengua con énfasis e insistencia. Al rato de besos y caricias embadurna con mucho lubricante su dedo medio de la mano izquierda y comienza un proceso de lubricar mi ano. Sin dejar de introducir y sacar su dedo me va comiendo la polla y me da muchos besos en los cojones.

Una vez que me lubricaba muy bien el ojete, Federico se colocaba rápidamente un condón en su pene, tan grande, tan erecto, tan duro. Siempre me penetra acostado de lado, de frente y me besa de manera efusiva la boca. Me va penetrando con suavidad. Ya para ese momento mi ano está suficientemente dilatado y su pene se va abriendo paso. Son miles de sensaciones a las que me entrego con Federico. Mientras me va sodomizando con ternura me pide que introduzca mi lengua en su boca. Me chupa la lengua con locura y devoción. Siento su enorme verga completa en mi culo. Al mismo tiempo con una mano acaricia mi polla la cual logra mantener erecta mientras que con otra mano me presiona con fuerza uno de mis pezones.

Federico gusta que nos corramos juntos. Entonces, comienza un juego. Federico comienza a moverse lentamente dentro de mí mientras yo me masturbo con suavidad. La idea de esto tiene un fin en sí mismo: que coordinemos juntos nuestro orgasmo. Así, cuando yo siento que me voy a correr y Federico no esta listo, nos detenemos un momento. Nos besamos. Acariciamos nuestras bolas o mordemos nuestras tetillas. Cuando Federico está por correrse y yo no, igual nos detenemos y retozamos un rato. He medido el tiempo y podemos estar haciendo el amor de esa forma por casi dos horas. Ya casi exhaustos emprendemos la faena y es allí, entonces, cuando nos acercamos al orgasmo simultáneo. En lo que empiezo a correrme -y mi leche caliente cae sobre mi vientre-, mi ano, por su acción reflejo se contrae y siento como Federico se corre dentro de mí. Hay momentos en que cuando contraigo mi esfinter siento la explosión de semen de Federico y viceversa. Nos tiramos exhaustos uno sobre el otro. Retomamos el aliento. Tomamos vino.

Entonces allí comenzamos a conversar.

_¿Cómo estás?
_¡Después de esta follada, como nunca!






2 comentarios:

  1. Me encanta este blog, haces volar mi imaginación. Un saludo.

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    1. ¡Gracias por el comentario, Fernando!

      Un saludo desde la Sala X!

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