lunes, 11 de septiembre de 2017

Madeleine (2 de 6)




Cuando joven me costaba  mucho ligar con chicas. Y todavía ahora, a mis 42 años, me cuesta mucho liarme con una tía y acabar de buenas a primeras en la cama. En estas cuatro décadas creo que he ligado cuando mucho con diez tias, incluyendo aunque sea una follada. Es una estadística muy pobre en comparación con otros tíos.  Todo lo contrario cuando descubrí el mundo del cruising gay. El cruising es el arte de follar por follar preferiblemente en lugares públicos, sean estos lugares permitidos para ello o no y sin necesidad de establecer relaciones sociales y sentimentales después.
XX
Recuerdo que tuve que hacerme unos exámenes médicos después de mi ataque al corazón  y aproveché para hacerme la prueba del SIDA, ¡por suerte salió negativo! Recuerdo que el médico estaba viendo los exámenes y se encontró con el del SIDA, sorprendido me preguntó que por qué me lo había hecho, que no era necesario. Le respondí que me los hice por no dejar, porque había tenido una que otra experiencia no planificada. Aunque esto de “planificado” es relativo, meterte en una sauna y lubricarte el culo bien merece tiempo para “planificarse”. El médico me preguntó cuantas parejas había tenido en el último año y no le supe responder. Al llegar a casa, me puse con papel y lápiz a contar: en enero tantas veces a tal o cual sauna, se la mamé a siete, en otro me follaron tres, más allá me follé a cinco, tantos me la mamaron; después fue en el Cine, tantas folladas, me follé a tantos, tantos me follaron; y estuve así hasta que cerré un ciclo de doce meses. Lo cierto, es que haciendo memoria y lista, en un año había follado con más de 120 tíos y sólo con Isabel. Isabel, como sabéis algunos es una abuela que ejerce la profesión más antigua del mundo y me la paso la mar de bien con ella.
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Comento todo lo anterior, porque desde que me sumergí en el mundo del cruising gay de Madrid y Barcelona, me descubrí a mí mismo mucho más sensual, mucho más “erotizado” como homosexual que como heterosexual. Hago todo este gran preámbulo porque tropezarme con Madeleine fue fortuito. Una coincidencia del destino había querido que nos encontráramos los dos en Barcelona, ella de vacaciones yo por curro.
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Ella me comió la polla. Yo le comí el coño.
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(Continuará)

2 comentarios:

  1. 1 - ¿Un ataque al corazón ya tan joven? !!!.
    2 - ¿Cuando hablas de follar con 120 tíos, están incluidos los que solo hubieron mamadas? Es una curiosidad más semántica que morbosa ;-)
    3 - A ver si empiezas ya con el relato !, Jajajaja...

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    Respuestas

    1. ¡Pues sí! Al parecer condiciones genéticas. Cuando hablo de follar ciertamente incluyo a todos: folladas, mamadas, pajas, en fín, quizás exageré y he debido decir "gestos de cariños", je je je je.

      Saludos

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