miércoles, 21 de diciembre de 2022

Memoria y cuenta 2022 (Parte 1)




Como es costumbre en esta parte del año, reflexiono sobre el encantador arte del puteo, mis hábitos, mis gustos, mis decepciones. Como cada año, comencé diciendo: “En otros años he sido más puto...; sin embargo, creo que en verdad este ha sido el año de menos puteo. ¡Ni siquiera en 2020 con lo jodido que fue la pandemia! También cada año termino mi Memoria y cuenta diciendo que “no sé si continuaré con el blog el próximo año...”, cosa que este año debo volver a decir. Es que no tengo muchas que cosas que contaros salvo que he sido un puto muy casto.   


¡Pero el próximo año este blog cumple 10 años y no debo dejar que pase bajo la mesa! Lo que ha sucedido este año es que ha dado pereza salir a putear, quizás la comodidad de tener un chocho en casa o porque me faltan ganas de ir de sauna o al Naked Bar. Sucede que también, en muchas ocasiones, me voy de saunas y bares de puteo y es no pasan cosas. De hecho, pocas cosas pasan, eso sí, todas buenas y las trato de escribir en el blog, pero el día a día del puteo no es tan efectivo como a uno le gustaría. Hay cosas que debo reconocer y es que, aunque sea una mamada doy y me dan, pero pocas veces pasa de allí.  


Este año tuvo el añadido que Fede se mudó con su familia a Madrid. El tío cada vez que puede se escapa a un hotel o a una sauna, a veces me avisa para ir con él y follar un rato, otras veces no puedo y el putito es una perra y promiscua que busca qué cazar. La familia de Fede viaja mucho, lo que le permite quedarse solo unas cuantas semanas seguidas y allí es cuando se vuelve más puta. Busca tíos en Grindr, hace recorridos intensos de sauna-bar-sauna-bar-zona de cruising, con una energía que yo no le puedo seguir la pista.  


No me puedo quejar, las sesiones de sexo con Fede son faenas largas, pero suaves; o por el contrario son cortas e intensas. También está la historia del Oscar y Fede que la he pasao bien con los chicos, pero que terminó en mal rollo para el Fede. El Oscar le sacó dinero, aunque el Fede no extraña el dinero, extraña la polla del Oscar, y ahora que escribo estas palabras, yo también extraño esa polla larga, venosa y firme. 

 

(Continuará) 




 

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