miércoles, 19 de abril de 2023

Culo caprichoso - The Attack (Parte 4)


 

El tío moreno que me pidió que lo follara era unos cinco centímetros más bajo que yo. Buen cuerpo, peludo, pero con bolas y culo rasurado, un tío masculino que, por amabilidad o costumbre afeita sus partes nobles para beneficio de los demás y deleite propio.  

Nos fuimos a una esquina que estuviera algo desocupada. Todo a nuestro alrededor a esa hora se había convertido en un festín gay de sexo, mamadas, folladas y corridas. El suelo estaba resbaloso después de tanta saliva y semen. Una vez que encontramos nuestro espacio temporal intercambiamos mamadas. La verdad, nada mal. Creo que nos gustamos porque en algún momento nos quedamos abrazados mientras nos comíamos la boca y nada más; sin embargo, fuimos a saco.  


Luego de caricias y asegurarnos que estábamos a gusto, el tío no perdió tiempo y se puso de espaldas a la pared. Me puse goma, lubri y costó de que entrara. El tío gritaba y yo le preguntaba: “¿Paro? ¿Me salgo?. A lo que el tío respondió que no, que él era una quejica y ese día ya se lo habían follada par de veces, pero que el culo es caprichoso y pues, estaba algo cerrado.  


Estuvimos en eso un buen rato, hasta que entré. Lo follé con suavidad, porque, nuestro alrededor se sumaron dos machos que nos acariciaban mientras se pajeaban. Eso me excitó porque los tíos tenían buena actitud, participaban con moderación sin necesidad de querer tomar un rol definitivo en el sexo. Ellos se masturbaban y nos acariciaban. Creo que todas lo anterior hizo que me excitara más y me corrí dentro del macho. Uno de los tíos que estaba a nuestro lado decidió tomar mi puesto. Escuché cuando le preguntó al tío que me había follado si lo podía follar sin condón, a lo que el muy puto dijo que sí.  


¡Cómo han cambiado los tiempos! No quiero quedar como una vieja quejica, pero yo crecí en una época en que el SIDA era fatal y el único medio de prevención era el uso del preservativo. Pero cada vez se folla más sin condón. No sé, yo no me habitúo. Haber crecido en medio de campañas de información y uso del condón hizo que yo hiciera del preservativo un hábito. Y no era solo por la razón de evitar las enfermedades de transmisión sexual, era también higiene. Follar con condón evitaba que mi polla se llenara de mierda. 


En fin, que terminó este post en una disertación sobre el uso del condón. 


Después de la follar al tío moreno y cerciorarme de que quedaba él en buenas manos (o en buenas pollas), decido volver a casa. La velada había estado amena y las ganas de puteo se mantenían. Sin haber terminado de irme ya tenía ganas de volver y sobre todo, de visitar otros bares de sexo.  


Llego a casa y escribo los posts. El puteo continuará. 

 

(Fin de esta crónica) 




2 comentarios:

  1. ¿Le follan el culo dos veces ese dia y lo tiene aún cerrado? Eso no me pasa ni a mí, jajaja... Ahora, quejica, seguro!
    Es cierto que cada vez se pasa más del preservativo. Pero lo que tu dices, cuanto menos por higiene !

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    Respuestas
    1. ¡Culo caprichoso! ¡No queda de otra! No es normal que me pase, pero a veces me ha sucedido, como en esta ocasión.

      Gracias por escribir.

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