Soy de los que le gusta amanecer en su propio lecho.
No importa con cuántos tíos o cuantas tías haya follado yo la noche anterior. Tampoco importa dónde ni cómo, pero el dormir hasta la mañana siguiente debía
hacerlo en mi cama. Salvo en algunas ocaciones en que amanecía en los brazos de
Federico en el hotel donde él pernoctaba, de resto siempre quiero amanecer en
mi casa.
XX
Además, he tenido como código no llevar a “amantes
ocasionales a mi piso, sean estos hombres o mujeres. Quizás la razón de esto se
deba a que en Madrid todos los vecinos de mi edificio me conocen, saben de mi
rutina y mis hábitos. Soy un tío muy conversador y colaborador para lo que
venga, además de ello me considero el vecino ideal: no me hago sentir. En mi
piso mantengo el silencio absoluto. Las paredes son muy delgadas y no me gusta
hacer ruido. Cuando algún vecino me ha pillao llegando al amanecer después de
alguna de mis orgías madrileñas, espero que siempre hayan pensado que anduve de
juerga pateando las calles de Madrid. Bueno, eso es lo que yo espero que
piensen. Además, ellos conocieron a Laura y me sabían abiertamente
heterosexual. ¿Que por qué no salgo del closet, pensáis? Pues la verdad, por
ahora me siento más cómodo llevando la vida así.
XX
En Barcelona me pasaba igual. Después de un buen
rollo y alguna que otra follada que ocurría en la madrugada de estos veranos de
nuestro Señor, luego del orgasmo respectivo y de algún cubata o algunas
cervezas, me gustaba volver al piso que la compañía me había alquilado. Volver
solo y dormir a mis anchas.
XX
En Barcelona mantuve la misma sacra disciplina. A
pesar de que nunca vi a mis vecinos y era un total desconocido, nunca llevé a
ningún “amante” al piso. Y pongo “amante” entre comillas porque la realidad
eran tíos o tías para follar, sin ningún ánimo de entablar una relación. Sin
embargo, una sola vez rompí esa regla. ¡Pero solo una vez! Fue en Barcelona y
fue con Madeleine. Pero Madeleine merece su propio post. Fue una aventurilla
heterosexual de verano. ¡Venga! Ya se lo dedicaré en otra ocasión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario