martes, 28 de diciembre de 2021

Memoria y cuenta 2021


 

Fui poco puto durante 2021, o mejor dicho: fui un puto con poca actividad. Quizás lo más memorable de las putiaventuras de este año fue mi primera vez en Torremolinos, en especial la visita a Quero que sigue siendo, incluso a la fecha de hoy, una visita inolvidable. Local pequeño, pero acogedor y cogedor.

Siento que la pandemia y la postpandemia han jodido un poco todo. En mi caso, no termino de tener una rutina de puteo, y esto no se debe a que ahora vivo con la Montse, quizás la comodidad de tener un chocho cerca hace que me vaya por lo fácil; desde luego que una polla es una polla y cada una vale su peso en oro y esperma. 

Revisando el blog me he encontrado que casi todas las entradas han continuando en la línea de las aventuras de Puteando en América. Esto se debe a que, aprovechando los límites impuestos por razones sanitarias y laborales, decidí sacar los apuntes y borradores de las putiaventuras. Ahora bien, aún tengo más cosas que contar, pero casi todo se sigue circunscribiendo al puteo con Federico, a las pollas de la Homosapiens y a los travestis del Cine Ideal. Las historias están allí, esperando por una revisión-edición y a la espera de ver si me animo a publicarlas. Digamos, las publicaré, eso es seguro, pero cuándo, no lo sé. En la postpandemia me he tomado las cosas con calma. Una de mis crónicas postpandemicas favoritas fue la de Isabel, y no precisamente porque sea de lo mejor que yo hubiera escrito, me parece que muestra un poco la situación  de incertidumbre que estábamos en 2020..., y bueno, recordando la experiencia, la tía sabe como tratar un culete de macho, sodomizarlo con ternura y acariciar con suavidad la prostata.

De puteando en América he llegado a la conclusión de que se puede cerdear en todas partes y que en las grandes capitales algunos locales y sitios de cruising, por lo general están ubicados en zonas de fácil acceso para los oriundos y los turistas. No os voy a negar que hay uno que otro más lejos, pero siempre el instinto de puteo os llevará por los correctos caminos. La información de internet a veces no es suficiente o está desactualizada, pero vamos, que las ganas están allí y se encuentra algún modo de resolver.

Para finalizar, al igual que escribí el año pasado, no sé que historias se publicarán en este blog el próximo año. Lo que sí sé es que os deseo un 2022 lleno de sexo, morbo, orgasmos y placer, que creo es, a fin de cuentas, a lo que hemos venido a este mundo.

miércoles, 22 de diciembre de 2021

Puteo navideño. Cata anal en The Ring


 


23 de diciembre, 2021 

 

Diciembre había sido el mejor mes de puteo. La parienta dedica estos días a la compra de regalos con la familia, como casi todas son mujeres, le digo a la Montse que me siento algo incómodo, que necesito mi espacio, a lo cual accede sin problemas.  


Así que el viernes, 18 de diciembre de 2021, ella se queda a dormir en casa de sus padres. Me voy a The Ring. 9: pm. 


Local medio lleno. Intensa actividad. De inmediato me tocó hacer de activo y en menos de 15 minutos  había probado el culete de tres pasivos. Era una especie de cata anal, éramos varios activos y nos fuimos turnando. Cuando me voy a follar al cuarto tío, este me invita a que le haga pissing. No es algo que mole, pero coincidió con mis ganas de hacer pis, así que le eché una buena meada, mientras lo mojaba otro tío me exploraba el culete, pensé que me metería un dedo o me follaría, pero no pasó de allí.  


Luego del pissing me voy a descansar y voy a por una cerveza, pero a los cinco minutos en la barra un tío quiere caña, me susurra al oído algo, solo entendí la palabra sling. Por lo cual, nos fuimos al sling. Tenía un culete muy bien lubricado y mi polla entró con facilidad. Probamos todos los ritmos: rápido, lento, furioso, dulce. Le digo que me voy a correr y me pide la lefa en su boca, cosa que hago con placer. Todo un morboso el macho, no derramó ni una gota.

 

Nueva sesión de descanso. Dejar que la Providencia haga conmigo lo que quiera. Me apetece degustar una polla y que me follen un ratito a por culo. Como ha quedado en evidencia que esa noche iba en plan activo, los tíos que se me acercan piden polla, pero no doy más, y necesito descansar. A uno de los tíos le explico mi situación y él, muy amable, me dice que es pasivo, pero que si le trabajo la polla me puede follar. ¡Manos a la obra!  


Nos vamos a un rincón y comienzo con la mamada. ¡Una polla gigantesca! En estado morcillón la degusto con algo de dificultad, cuando se pone dura, solo puedo jugar con el capullo. Nos vamos al sling, el tío me ayuda a subirme, se le afloja la polla, le digo que me la ponga en la boca mientras él me lubrica aún más el culo. Llegamos a un punto de morbo en el que le digo que me la meta sin goma. El tío accede, pero en el primer intento se corre fuera. En fin, el jugueteo estuvo bien. No me reventaron el culo como hubiera querido, pero el sabor, textura y forma de la polla del “pasivo” me había satisfecho el instinto del gusto.


Voy a por otra cervecita. Mucho magreo y mamadas. Regreso a casa sobre la 1 AM. Montse manda un Whatsapp, que almorzamos mañana, quizás ella deba quedarse una noche más en casa de sus padres.


Pues nada, toca puteo navideño.

 

miércoles, 15 de diciembre de 2021

Contacto bucoanal

 




Justo después de leer un relato del blog En la penumbra de Perro (leer el relato aquí), tuve ganas de putear. Durante el confinamiento no había ido a saunas, y en 2020 no tuve oportunidad de puteo. Como si fuera poco, la Comunidad de Madrid había decidido retomar el confinamiento y muchos locales estaban cerrados, los pocos abiertos tenían restricción en el número de putiparticipantes. Montse se fue a pasar el día con sus padres y yo decido visitar la Octopus en donde siempre follo, mamo, todas las anteriores y más. 

Soy de los primeros en llegar. Me cambio y al dar la primera putivuelta cuento diez tíos, la mayoría ronda los 40 años. Entro a la sauna seca, me siento junto al único tío que había, comenzamos con el clásico magreo sobre la toalla, después de palpar tamaño y grosor compartimos unas mamadas. Todo agradable más no trascendente. El tío tuvo un ataque de calor y se marchó.

Decido ir al baño turco. No había nadie, así que me lo tomé con mucha calma y disfruté del vapor.

Voy a por una ducha, dos o tres tíos pero nada de nada.

Paso a por una cerveza en el bar, converso un poco de nada con el bartender y luego me voy al cine.

En el cine, luego que la vista ha recuperado su visibilidad saunil, veo a un tío entre los 55-60 años, calvo, barba cerrada, completamente blanca, pecho peludo y blanco, el tío estaba desnudo haciéndose una pajilla en plan ‘¿quién quiere esta pollita?’. Era una polla de unos 19 cms, se veía bien a lo lejos. Como no confío en mi vista decido acercarme. El tío literalmente me recibe con los brazos abiertos y decido probar la polla. ¡Era una polla exquisita! Huevos rasurados, además el tío se había perfumado con alguna colonia de olor suave y a la vez masculino que lo hacía apetecible. El tío palpó mi polla y vi en su mirada que le gustó.

—¡Vamos a una cabina y hacemos un 69!

Por el acento era extranjero pero no pude identificar de dónde. No le quise preguntar porque en mi casa me enseñaron que no se habla con la boca llena.

Después de más mamadas nos metimos en una cabina. De inmediato el 69. Mutuo sexo oral. No hay mayor cosa que contar, todo se resume en mamar, lamer, pajear; eso sí, con mucho morbo y deleite. Al cabo de un rato el tío pasa al siguiente nivel, me ha comenzado a lamer el culo, como hacía años no me hacían. Para que mi culo quedase cómodo a su paladar, me ubiqué de tal manera que mi polla y mis huevos quedaran presionados en el pecho peludo del macho. ¡Qué delicia! ¡Mamada de culo y polla recostada en vellos fuertes y duros! ¡Gritos de placer!

Yo me pajeaba y comía esa polla que, por lo demás, no era nada desdeñable. Lo más agradable era el olor de los cojones. ¿Se habría puesto perfume en los cojones? Lamí el ojete del tío par de veces, pero no me lo permitió por razones obvias: al ser ambos cuerpos tan distintos, si yo acercaba mi cara a su culete, el tío perdía contacto bucoanal con mi culo. Al final desistí y me dejé llevar. Literalmente, me embriagué de placer. ¡Era una delicia la mamada de culo y la polla en su pecho!

Le pedí que me follara. Yo llevaba tiempo deseando un buen cipote en en mi culo. Pero el tío dijo que el era oral, que no le gustaba follar. Pues nada, guapo, que me relajo y sigamos…, pero en un rato me corro.

Efectivamente, después de un rato, nos corrimos. El tío me dijo que se quería correr en mi pecho, cosa que le permití. Así que nos pusimos cómodos, yo boca arriba y él sobre mi pecho de rodillas. De su cipote salió un hermoso chorro de lefa. El primer chorro me llegó a la mejilla izquierda al mejor estilo peli porno. Los demás fueron potentes, pero no tanto. Leche abundante y caliente. Cuando el tío había finalizado me corrí yo con una no menos abundante corrida.

Nos miramos, nos reímos y luego el tío se fue. Así no más, sin decir su nombre o dar las gracias. Menos mal que no me enamoro, porque si no, la que se arma.

Salí a ducharme con mi pecho lleno de semen, orgulloso y deseoso de mostrarlo a los otros machos… pero en el trayecto no me topé con nadie.

Luego de eso, dos cervecitas, par de putivueltas y me fui a casa.

 

(Sábado 17 de octubre de 2020)

miércoles, 1 de diciembre de 2021

Sauna Homosapiens [ 7° visita ]

 



Visita a la Homosapiens, Buenos Aires, agosto de 2018.

Me he convertido en un habitual de la Sapiens. La voy a extrañar cuando regrese a Madrid. Las instalaciones no son nada del otro mundo, pero por lo menos, en las primeras horas están limpias. Lo que más me gusta es el morbo y la variedad de la peña. Como en siempre en locales de este tipo hay días de días.

Me acerco un jueves alrededor de las 15:30 hrs. Voy al cine y noto movimiento al fondo, al lado de la pantalla, en el apartado del lateral derecho. Decido ir. Entro y me pongo la toalla en el cuello, me estimulo con una paja. Hay mucho movimiento en la zona. El mejor día de la sauna son los domingos por la tarde, va mucha gente, pero a veces puede pasar que un día de semana hay peña. 

En lo que llego al apartado está lleno de gente. No cabe un alma. Cuerpos contra cuerpos. Hay tocamientos de manera descarada y escucho varios tíos a quienes les están dando a por culo. Todo el mundo se toca, el morbo que me produce es increíble. Hay gente de todo tipo y de todas las edades. Noto que los más jóvenes hacen de activos dando de mamar a varios vejetes. Pero que no os engañen, logro ver que en medio de la penumbra un vejete de unos cincuenta años le está dando caña a por culo a un chaval de unos 18-22 años, a la vez el chaval está mama-que-mama a otro vejete. 

Me tocan, me pajean. Me meten dedos en el culo y mi ojete, el putito está dilatado. Dejo que entren dedos por quien sea, menos cuando siento que el dedo viene con uña. ¡Y mira que si lo he dicho! ¡si os gusta meter dedos en los culos evitad las uñas! Un milímetro de uña se siente como un kilometro de asfalto. Dedos que habrán tocado otros chochos, otros culetes entran a mi ojete. 

En un rincón me voy a por morreos con un vejete mientras siento que una polla se acerca por detrás. Al tacto tiene goma y le falta lubri. Le paso un sobre y sin quitar mi lengua del primer vejete siento que el tío que está detrás se acomoda para entrar. Entra muy fácil. Soy una zorra, me digo. Me folla con una facilidad impresionante. Hace calor y los cuerpos no dejan respirar. Mi vista se ha habituado a la oscuridad. Veo mejor. Nadie es guapo, pero eso no importa. Es un juego de morbo y de pasarla bien.

Me gusta que en medio de todo hay camaradería. Hay intercambio de todo: lubri, gomas, culos, pollas, todo se comparte. Todos muy motivados. Mientras estoy en el medio, siendo follado por detrás y besándome por el frente con un vejete, mi polla había estado descuidada hasta que llega un chaval que se arrodilló y me regalo una buena mamada. Sentí que múltiples manos me sobaban y otras urgaban mis cojones.

Yo estaba a mil y sentí que me iba a correr. ¿Qué hacer? No había vuelta atrás. Le digo al chaval que estaba arrodillado mamando que me voy a correr. El tío hace el sonido clásico de "córrete en mi boca". El tío que me folla decide meterle caña. El tío que me besaba decide ir a por mis tetillas. ¡Listo! Me corrí pegando gritos. Creo que fui quien más gritó en esa sala. 

Me separé de los cuerpos que siguieron en la faena. Me fui a por una ducha y a descansar. 

Luego de la ducha y de un descanso di una vuelta por los apartados del segundo piso, allí también había fiesta.

En un apartado había un vejete entre 55-65 años con un rabazo de padre y señor mío. Entro, el tío se pone en cuatro patitas mientras cerraba la puerta. Lo follé otro culazo. Tenía un culo prieto que se dejaba hacer. Alrededor se oían gemidos, puti gemidos de placer. No siempre hay este ambiente, hoy la peña estaba desbocada. 

Me lo pasé de lujo. Después del vejete me fui a descansar otro rato. Luego di más putivueltas pero en plan reconocimiento. No follé ni me follaron. Me di por satisfecho.