Me gusta follar indistintamente con tíos y tías. Para mí lo ideal sería follar tres veces por semana: un día con un tío, otro con una tía y la tercera vez con ambos. Esto no es posible, por lo menos no para mí. Se me hace más fácil follar con tíos porque las saunas y los bares de sexo que hay en Madrid así lo permiten, además, a nivel heterosexual, hay otros tiempos y otros códigos que manejar. En estos días me dio por reflexionar sobre las
posiciones sexuales que más me gustan, no son necesariamente las que practico
con más frecuencia pues depende del tiempo, disposición, lugar, género y nivel
de morbo en el que me encuentre y conseguí datos curiosos.
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Por ejemplo, el 69 es una posición que me gusta
practicar con tíos. Disfruto mucho de esta posición cuando un macho
me come la polla y yo se la como a él. Me gusta cuando tenemos
ritmos diferentes: uno se la come más rápido que el otro y cuando los ritmos son
irregulares. Me gusta estar arriba y abajo indistintamente en esta posición. No
me gusta hacer el 69 con las tías, no me hacen un buen fellatio
y termino perdiendo la erección, bien sea que chupen muy suave o muy duro.
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Con las tías prefiero yo hacerles el sexo oral, me
gusta comerles el coño, besar y lamer sus clítoris, mordisquear suavemente sus
labios vaginales mientras enloquecen y tocar fuertemente sus pechos.
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Me gusta indistintamente lamer y besar pezones de tíos
y tías.
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Como activo-hetero y activo-homo mi posición sexual
favorita es el misionero, solo que mientras con las tías les toco los pechos, a
los tíos me gusta complacerles haciéndoles una buena paja.
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No me gusta follar a las tías por el culo. Salvo con
Montserrat que he tenido una suerte tremenda -le gusta que le follen por
culo-, con todas las tías es lo típico: o no les gusta, o les duele y al final
es un verdadero calvario follarlas por allí. No es que follarse a un tío por
culo sea fácil pero por lo menos están más dispuestos a colaborar.
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Con las tías suelo pasar el resto de la
noche después de la follada. Si es con un chico, pues después de follar, unas
palmaditas y si te veo por la calle no me acuerdo, aunque no siempre pasa así,
en ocasiones he logrado mantener una “amistad” bonita con algunos, entendiendo
por “amistad” que si nos topamos de nuevo en algún club de sexo o sauna podemos
repetir.
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A las tías me gusta follarlas en la cama. Con los
tíos he follado de pie, sentado, en sling, en las duchas, ¡hasta una follada
hice en la piscina del Octopus! Con los tíos no necesito tanto preámbulo. Con
las tías, salvo dos o tres ocasiones –sin pagar-, me he encontrado con largas
esperas y procesos de cortejo hasta que acceden a follar.
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He participado en más orgías de puros hombres que en
orgías heterosexuales. De hecho, realmente no he estado en ninguna orgía
heterosexual. Una vez le pagué a una prostituta –Isabel- para que me acompañara
a un intercambio heterosexual de parejas pero resultó que la pareja swinger que
contactamos eran primerizos y pues, no colaboraron tampoco. Isabel se llevó 120
Euros y no pude cumplir mi fantasía. Con los tíos en saunas o clubes
homosexuales de sexo es distinto. Cuando hay ambiente de morbo y colaboración
suele ser una actividad amena y placentera en la que varios tíos nos comemos
los rabos y follamos entre nosotros.
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Me gusta eyacular sobre las tías: rostro, pecho,
vientre, aunque la mayoría con las que he estado no les gusta que me corra en
sus caras y menos les gusta tragar la leche. Con los tíos es distinto: ¡hay de
todo! Tíos que quieren que te corras sobre ellos en donde sea, que le des tu
leche en sus bocas. A mí no me gusta que se corran en mi boca, pero me gusta
que se corran sobre mi rostro, pecho, vientre. Al igual que muchos machos, me
gusta ver la leche correr.
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En ambos casos, con tíos y tías uso condón y
lubricante. No utilizo popper por restricciones cardíacas, lo he usado en dos o
tres ocasiones como pasivo hace mucho tiempo ya, y recuerdo que me gustó, pero
he conocido a tíos que no funcionan sin popper y puede ser un verdadero
calvario
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No follo con tíos o tías en mi casa. Sin embargo, con
tías cuando la relación se torna “estable”, es decir, nos conocemos de hace
tiempo y decidimos ser algo parecido a novios. Ahora estoy con Montserrat y
follamos en mi casa casi todos los fines de semana, lo que hace que mi visita a
saunas o bares de sexo sea en días de semana.
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Me gusta que los machos me follen, también me gusta
cuando estoy con alguna chica atrevida que le da por hurgar en mi culo. Salvo
el caso La Giganta –Ana Gabriela- que habíamos hecho del cambio de roles un
hábito, no he tenido mucha oportunidad de que otras tías me follen. Montserrat
es 100% pasiva y no le ha dado por trabajarme el culo, lo que hace que necesite
satisfacer el lado gay-maricón-anal-pasivo durante la semana.
Buen anàlisis.
ResponderEliminarNo hay nada como conocerse a uno mismo para saber qué se quiere y qué no se quiere. Al fin y al cabo, es el mejor camino hacia la felicidad.
Un abrazo
Hotdardo 🎯
¡Gracias! Sí, definitivamente es bueno saber qué cosas gustan y qué no.
EliminarMe encantan estos posts de análisis y reflexión sobre los gustos y experiencias propios. Es siempre un buen momento para intentar comprenderse y conocerse a uno mismo.
ResponderEliminar¡Gracias!
EliminarCreo que este año habrá algunos así. ¡Ojalá no sean aburridos!