jueves, 15 de febrero de 2024

Sexo en Medellín (Parte 3) Puteando en América

  

 



Sexo en Medellín (Parte 3)
 
 
Como os comentaba en la entrada anterior, Medellín ofrece mucho sexo, pero hay que conocer los lugares, la hora y, algo que nunca comprendí, algunos códigos. En el caso de las prostitutas, tanto del Parque Lleras, como de cualquier otro sitio, es como en todas partes: llegas, negocias y punto. ¡Solo hay que buscar el hotel! En el caso de los swingers, la clave está en ir en parejas. Por lo general, las parejas swingers no le gustan los hombres solos, ni en Medellín ni en otras partes del mundo. A veces, aceptan mujeres solas, en especial cuando la hembra de la pareja es bi. Pero, hombres solitos, nada de nada. Sin embargo, en Medellín me pasó algo muy curioso. 

 

En unos de los clubes que fui, y que lamentablemente, no recuerdo cuál fue de tantos que visité en menos de una semana, me encontré a una pareja de vejetes. Ambos de edad indefinida por las sombras del club, pero calculo que rondaban entre los 60 y 70 años, puede que más. Me les acerco a la barra en donde tomaban un gin tonic mientras veían el espectáculo de dos negros follándose a una tía. Yo, en medio de mi ser gentil, los saludo. Inmediatamente, la tía me dice que nada de hombres solos. Pues, que no ha pasao nada, les digo. Yo he venido a ver.  

Pasa el rato y el espectáculo de los negros está aburrido: la hembra en cuatro patitas y los tíos se turnan follada de boca y de chocho. Nada de reventarle el culo o de inventar otra postura, ¡con lo bien que se la pasarían esos dos negros mamándose entre ellos! Hago el comentario en voz alta, y comienzo hablar con el tío. Un tío muy majo, igual de mayor, de cabellos blancos y ojos claros. Delgado e intuí que era pollón. Así que, entre una cosa y otra terminamos los tres conversando. 

Llevaban casados 25 años. Ambos son homosexuales, pero descubrieron que entre ellos la relación hétero funcionaba. Así que desde el principio han funcionado como una pareja abierta: él se folla de vez en cuando tíos y ella sale de tortillera con sus amigas. La relación entre ellos es sólida. Un día mientras follaban entre ellos, alguno sugirió la idea de un intercambio de parejas. De esa manera, podría follar en todas las combinaciones posibles: HM intercambiando con HM; pero también HH y MM; sin contar las delicías de los tríos HMH o MHM mientras alguno descansaba. Así que, desde hace cerca de quince años son una pareja swinger bien establecida. 

Me comentaron que en donde mejor han follado con swingers ha sido en Europa, en especial Bélgica y España, en Torremolinos. Que en Colombia hay mucho engaño con los swingers: unos quieren dinero y los pocos que lo quieren hacer desinteresadamente, son novatos y siempre alguno de los miembros de la pareja se retira cuando están por concretar algo. Que ellos eso de follar con hombres solos no les va; pero como les he caído de bien, pues que si quiero comer la polla del marido mientras la tía observa. 
 
¡Venga, chaval! ¡Qué puede hacer uno ante ese ofrecimiento! Viendo que la hospitalidad medellinense estaba en su apogeo nos fuimos a un apartado. Era un apartado muy pequeño, con una luz roja que apenas podías distinguir las sombras. Solo había un sofá que podía funcionar como cama. El sitio estaba perfecto para una pareja, pero tres era incomodo e inmediatamente comprendí que allí solo podían follar cuatro personas estando de pie.  

La tía se sentó en el sofá. Ella solo iba a mirar. El tío se quedó de pie y yo estuve de rodillas. La polla del tío era una belleza de casi 20 cms. Morcillona, venosa, de capullo generoso. Estaba rasurada, limpia y creo que se había puesto alguna loción aftershave en las bolas. Pues que he comenzado a mamarsela al tío. Me saco la polla para ver si se anima la parienta. Ella solo contempla como le alivio la tensión a su marido. La polla de este se ha puesto tiesa y jugueteo con besos y pasándo la lengua por la uretra. ¡Qué rico mama, Beatriz! Le dice al tío a su mujer. ¡Qué bien que te la pasas, parce! Le responde esta. Yo estoy feliz, pero me gustaría la participación femenina. Le pregunto a la tía que si quiere mamar conmigo y me responde que no, cuando vayamos a corrernos, ella nos pajea a los dos. Esto me pone a mil y al tío también.  

El marido dice que se va a correr y le ofrece su polla a su mujer. Yo me pongo de pie y hago la mismo. La tía, con una sonrisa de oreja a oreja nos pajea simúltanemente. El tío y yo nos abrazamos con fuerza. Le acerco el rostro para ver si hay un gesto, un beso, un cariño, para darle morbo y placer; pero me dice que mariconadas no, solo el abrazo. Yo río dentro de mi pensando cuántas veces no se lo habrán follado. Estaba en esas cavilaciones cuando el primero en correrse fue el marido. Abundante lefa. La tía dejó que todo cayera en el piso. Luego me corro yo y cayó un poquitín en el pantalón de la tía.  
 

Quedamos exhaustos y satisfechos. La tía nos ofrece kleenex. Cada quien se limpia mientras la tía, en una actitud cívica como pocas, ha dejado el piso más limpio que cuando lo encontramos. Reímos un poco, conversamos sobre cualquier cosa. Creo que hemos hecho buenas migas y quizás, buscamos alguna tía sola y nos montamos un intercambio swinger de verdad. Cuando estamos saliendo del apartado les ofrezco unas copas, que yo invito. Me dicen que no, que ellos con hombres solos no andan.   

(Continuará) ´




2 comentarios:

  1. Simpática la pareja, pero pecan un poco de postureo, no? - Mariconadas no, y no van con hombres solos, pero se deja mamar la polla delante de su mujer... En fin... jeje

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    1. Lo que terminé entendiendo es que, a pesar de que en Medellín huele a sexo (a marihuana y mierda también), la gente tiene miedo de manifestar abiertamente su sexualidad. Y no es miedo por presión social, es que hay pandillas dedicadas al exterminio de maricones y/o "conductas desviadas".

      La pareja, al no conocerme y andar yo solo, pues creo que consideraron disfrutar hasta donde ellos se sentían seguros. No sé.

      Gracias por escribir

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