Nos metimos en una cabina con colchoneta y
comenzamos con el magreo directo en nuestras pollas. Inmediatamente nos
quitamos las toallas y comenzamos una intensa pero lenta paja mutua. El tío me
preguntó si quería que cerraramos la puerta, le dije que si a él no le
importaba la dejáramos abierta para ver qué tal y de pronto se nos unía
alguien.
XX
En cuanto mi polla se puso tiesa el tío se arrodilló
dándome una buena mamada. Tenía talento el tío este. Sabe como lamer y como
acariciar las bolas. Sentí que me iba a correr pronto, así que levanté al tío y
le dije que se tumbara en la colchoneta para que hiciéramos un 69. Tenía ganas
de mamar y de ser mamado. Nos tumbamos y comenzamos un 69 lento y hasta si se
quiere decir, un 69 cariñoso: lento y meticuloso. El tío me metió un dedo en el
culo, el cual entró con facilidad. Cuando estoy en un buen 69 y me meten un
dedo en el culo me suelen ocurrir dos cosas: o se contrae mi erección un poco,
brindando más tiempo y prolongando el tiempo antes del orgasmo de mi pene; o
por el contrario, se ensancha mi pene de sangre y la leche acumulada se prepara
para salir. Era esta segunda situación lo que me estaba sucediendo.
XX
¡Tío, me corro! Le dije. ¡Córrete sobre mí! Me respondió
el tío. De pronto se me ocurrió levantarme y ya de pie comencé con una buena
paja saliendo de mis entrañas un chorro de cálida y blanca leche. Toda mi lefa
cayó sobre el sudamericano llenándolo desde la barbilla hasta el pecho y el
vientre. ¿Te quieres correr sobre mí? Le pregunté. Me dijo que sí. Me arrodillé
y el tío echó sobre mí tres gotitas de leche. ¿Qué pasó tío? Le increpé. ¿Ya te
habías corrido? Sí, macho. Me respondió. En el “sex room” hubo una orgia y
acabé como cuatro veces. ¡Exagerado! Pensé yo. Pero ya comprendía porque la
tarde había estado poco movida en mi caso.
XX
Nos levantamos, fuimos a la ducha y entre conversa y
conversa el tío me preguntó si me quedaba un rato más. La verdad no, gracias. El
tío fue de regreso al jacuzzi. Yo decidí salir y cenar en un restaurant caro de
Barcelona. Después de una tarde así, necesitaba alimentar el cuerpo y el alma
dignamente por igual.
XX
Fue una tarde de pocas pajas y pocas leches.
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(Fin de esta crónica)
Si habia sex room, muy seguramente era la Nova Bruc, donde a veces se montan unas buenas.
ResponderEliminarY si, eso casi siempre antes de las 6, porque a partir de esa hora la cosa decae bastante.
¡Hola Perro! Pues sí, era la Nova Bruc. ¡Cuantos recuerdos de Barcelona!
ResponderEliminarAbrazos