miércoles, 9 de junio de 2021

Sauna Homosapiens [4° visita] Buenos Aires, Argentina

 






Decido ir de nuevo a la Sapiens en plan puteo extremo. Mientras caminaba por la avenida Corrientes me encuentro un Sex Shop y decido comprar un jockstrap. La tienda era gigantesca, era sábado, 18 hrs y me gustó lo que vi: unas quince parejas estaban de compras, habían parejas gays, lesbianas y héteros; cada quien en lo suyo. Me llamó la atención una pareja de lesbianas que compró un dildo de 76 cms, supongo que sería para alguna broma..., pero nunca se sabe. De las quince parejas cinco estaban en filas para pagar. El único puto solitario era yo. Busco si hay cabinas o laberintos pero no, es literalmente una tienda. Compro unos jockstrap negros que además venían con una bolsa que fungía de bolsillo lateral para colocar lubri y gomas, además con la compra del jock te regalaban 10 preservativos y muchos sobres de lubricante. Aproveché y compré un arnés, también negro y un cockring de correa, no he tenido problemas de erección pero me pareció morboso, en una de mis primeras visitas a la Sapiens había comido una polla enorme que tenía cockring y me gustó el implemento. De hecho, mi primer juguete sexual fue un cockring de silicona, lo compré cuando tenía unos 17 años, en principio iba a comprar un dildo pero por razones de presupuesto terminé comprando el anillo para el pene.

Ahora bien, ¿en dónde estrenar el jaguar de puteo? El Cine Ideal está abierto y cerca, pero hace mucho frío para andar luciendo las prendas. Me decido por la Sapiens, pero será otro día, ya era muy tarde y faltaban dos horas para que cerraran. Llego al hotel, me pongo el jocktrap que deja ver un buen culete. Me pongo arnés y cockring, me tomo fotos y decido guardarlas para subirlas al blog con la mala suerte que las perdí y estos utensilios los dejé en la Argentina.

 

Visita a la Sapiens
 

Llego alrededor de las 14 hrs. Poco movimiento. Llevo el jocktrap y el arnés puestos de manera que al quitarme la ropa, quedo rápidamente listo para la acción. Cargo lubri, condones y el anillo para el pene en el bolsillo que trae el jock.

Salgo al pasillo en plan cachas. Los tíos se me quedan viendo. Voy a la zona de apartados y doy una vuelta sin mirar a nadie a la cara, en plan indiferente. Salgo de la zona de apartados, cruzo el pasillo de casilleros, sigo de largo, paso por el solárium, me dirijo al laberinto, allí no he follado. Volteo y me siguen cuatro tíos, todos de distinto tamaño, edad y aspecto. Antes de entrar al laberinto hay un cuarto con una luz roja al estilo de cualquier puticlub, hay también una colchoneta. Volteo y al final me acompañan tres tíos, somos cuatro. Me siento en la colchoneta y los miro, les pregunto que qué les apetece. Un chaval de unos 22 años quiere que le coma la polla, un tío de unos 54 años me quiere dar por culo, otro tío, el más vejete de unos 65 años quiere solo ver.

Me pongo en cuatro patitas. El tío de 22 tiene una polla hermosa, larga, de capullo pequeño pero tronco que se ensancha hacia el medio. El tío de 54 va directo a mi culo, le paso el lubri, le digo que no me he lubricado y debo reconocer que hizo un buen trabajo de lubricación. El tío de 65 se magrea a lo lejos mientras nos ve. El tío de 54 trata de follarme pero no puede, no mantiene la erección. La polla del tío de 22 está perfecta, le suplico que me folle, cambiamos roles y la polla del chico entra sin dificultad, me causa algo de molestia pero nada que el puteo no arregle. Dedico a comer la polla del tío de 54 pero debe estar nervioso o tiene problemas de erección, se mantiene en forma morcilla sin alcanzar una óptima erección. El tío de 65 se acerca y me da polla y ahí estoy peleando con dos bocas en la polla y una en el culo. No me quejo, todo está bien. Siento que el presemen se sale por la tela del jock. El chico de 22 se corre dentro de mí, estoymuy sensible porque sentí los dos primeros espasmos de su corrida. ¡Qué divertido! El tío de 65 puede follarme, lo invito pero él solo quiere mamar. El de 54 nunca se levantó su polla. Me siento cansado y con agujetas, paramos.

Voy al lavabo. Luego vuelvo a los apartados pero en plan activo. Entro en una cabina donde había un tío de unos 40 años, le preguntó si es activo o pasivo; me responde que pasivo. Le digo que lo follo si antes me da una mamada, accede, cierro la puerta. El tío es de buen mamar pero no extraordinario. Me coloco el cockring y parece volver loco al tío que se desespera y se masturba como un mono de manera frenética. Me pongo goma. Lo follo, pero al cabo de un rato me voy a correr. Le aviso y me pide “lechita en la boca”. Accedo.

En ese instante, caigo en cuenta que, salvo contadas excepciones, todos los tíos en la Argentina pedían que me corriese en su boca. Quizás alguien ha escrito sobre eso, pero en mis experiencias estoy sorprendido de que se repite lo mismo: folladas más o folladas menos, al momento de correrme todos quieren que sea en su boca.

Después de alimentar al vejete salgo a por una ducha. La corrida y el folleteo estuvo bien. En uno de los descansos me magreo con otro vejete de unos 60 años también, muy parlanchín, majo también. Pese a ello, he quedado exhausto y regreso al hotel.

La Sapiens se ha convertido en un lugar seguro para salir satisfecho, a veces más intenso que otras pero satisfacción garantizada.


(Buenos Aires, agosto de 2020)

2 comentarios:

  1. Sabía yo que si ibas a la Homosapiens saldrías más que satisfecho, jeje...
    Muy mal eso de perder fotos del jockstrap y demás accesorios. Me he quedado con ganas de verte el culete ;-)

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  2. Ai me gusta, que des de alimentar al vejete. El feliz y tu contento

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