jueves, 28 de abril de 2022

Cuatro dedos


Buscamos un sitio más íntimo. No me molestaba el puteo público, pero el oso buscó más intimidad. Yo asumo que era por su situación con la erección .Creo que necesitaba sentirse seguro y cómodo, y sobre todo, tenía que dedicar tiempo a trabajar mi culo que, últimamente no colaboraba mucho.  

El tío se quitó el jock, se tumbó boca arriba y me pidió que le comiera la polla, los cojones y que le lamiera el culo. Cosas que hice de forma sumisa porque además, el tío era todo peludo, pero se había tomado el tiempo de rasurarse las partes nobles ¡el ojete estaba libre de pelos!  

Sin embargo, yo seguía preocupado con esa polla estrangulada, aunque la verdad sea dicha, no parecía molestarle. Yo lamía y lamía y trataba cada tanto tiempo tragar lo que más ´pudiera de esa polla. Al cabo de un rato, el tío me dice que me ponga boca abajo, que me va a preparar el culete.  

Me coloqué casi acostado boca abajo y con el culo alzado para que el macho pudiera degustar y disfrutar de mi culete. No sé cómo se llamaba la posición, era como hacer un 69 pero más a un 96; es decir. El macho estaba sobre mí, su cara metida por completo en mi culo; su pansa descansaba sobre mi espalda y su polla con los cojones y el cockring estaban sobre mi nuca. Era una posición muy sumisa, pero que estaba disfrutando de la mejor manera.  

El macho intercaló lamidas con metida de dedos; tenía unos dedos gruesos, velludos y, para mi fortuna, uñas cortas, por lo cual, no me hacía daño. El oso iba indistintamente escupiendo y colocando lubri. Por las dimensiones de su polla deduje varias cosas: 1) Quizás no entraría, porque era muy gruesa y, además, la erección no era constante. 2) Si entraba, dolería y no duraría mucho. 

Estaba yo en estas divagaciones, me dejé llevar por el placer, cuando descubrí que mi polla se había puesto tiesa y que el oso me había metido cuatro de sus dedos en mi inocente culo. ¡Cuatro! No dos o tres, cuatro eran los dedos que había conseguido el macho que entraran.  

Los dedos índice y medio de cada mano se habían abierto camino en mi ano, el oso mantenía los dedos dentro y cada tanto tiempo los empujaba o sacaba con discreción e incluía su saliva que me estaba bañando las entrañas. 

Estaba muy feliz y dilatado, cuando el oso me dice: “Date la vuelta que ya es hora de entrar”. 

(Continuará) 




2 comentarios:

  1. Saber o intuir de los buenos haceres de tu partner es suficiente para ceder e ir a una cabina a puerta cerrada. Descubrir que eres un trozo de carne en sus manos, la gloria, jeje ;-)

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  2. Esto se puede considerar como un don o una bendición, e incluso una puticasualidad. ¡Y dejarse llevar cual trozo de carne tiene su recompensa!

    Gracias por escribir

    Abrazos

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