miércoles, 14 de junio de 2023

Lamida subacuática de culo (Octopus parte 4)


  



Luego de la ducha y de otra cervecilla (iban tres y tenía que parar, porque me iba a dar sueño y era la hora de la siesta), encuentro un hermoso espectáculo en la piscina: dos vejetes tipo oso. Uno entre los 50-55 años y otro entre los 45-50. El más joven estaba sentado en la orilla de la piscina con los pies dentro del agua, daba de mamar al mayorcete que se comía con gusto y a la luz de todos una hermosa y gruesa verga. Varios contemplaban el espectáculo, nadie se metía. Yo, recordando lo que había pasado en el baño turco decido meterme. Si me rechazan, me marcho, que no pasa nada.  


Entro al agua y el oso joven que daba de mamar me mira y me lanza la típica sonrisa que dice: “Tú también puedes mamar”. Me acerco con precaución y noto que los dos han trabajado el cuerpo en el GYM, no se machacan, pero mantienen el cuerpo a tono. El vejete que estaba mamando me ve, sonríe y me muestra la polla que tiene entre las manos. Un hermoso cipote de 17-18 cms., grueso y cabezón. ¡De las que me gustan!  


Y allí estaba en la piscina compartiendo una merienda. Por debajo del agua toqué el paquete del vejete. ¡Nada desdeñable! Le calculé una polla de 19 cms, cabezona, circuncidada y morcillona. El vejete también se entretuvo con mi polla debajo del agua y palpó mi culo. Al notarse que yo era dócil y que mi culo dejaba que entrara su dedo, se selló un pacto entre los tres. Menage a trois? Pensé. Ya el cielo, las estrellas y la sauna lo decidiría.

 

La mamada al osete de 45-50 iba de maravilla. Un rato follaba en la boca al osete mayor, otro rato follaba mi boca. Debo aclarar que, mientras uno de los mamadores se dedicaba a tronco y/o glande, el otro chupaba bolas. ¡Y es que no recordaba desde cuando yo chupaba tantas bolas! No es una de mis prácticas cotidianas chupar bolas, casi siempre la reservo cuando estoy con algún habitual que tiene las bolas rasuradas, o como en este caso, que la escena estaba subida de tono. 


El oso de 45 se mete a la piscina y nos encontramos los tres: morreo y morreo. Miro a mi alrededor pensando que quizás se una gente y se joda el momento, pero no. Casi nadie nos mira, del otro lado de la piscina hay una pareja que está en lo suyo.  


Nosotros continuamos con los besos, las caricias y las pajas subacuáticas. El oso de 45 vuelve a sentarse en la orilla y continuamos con las mamadas. Esta vez el oso de vejete ha decidido hacer mamadas profundas y quedarse un rato en la base del pene. El oso de 45 jadea. Estamos así un rato hasta que el oso mayorcete decide quedarse el de mamón, pero me ofrece el culo. Nunca me he puesto un condón bajo el agua y me temo que ese día no lo intentaría, pero respiro profundo y me sumerjo para lamer el culo del oso vejete. “Lamida subacuática de culo, pensé. ¡Qué buen nombre para un post! Y no lo podía dejar pasar. Hice esto unas cuatro o cinco veces, pero el cuerpo me pedía más acción. 


Por fortuna el oso de 45 dijo: “¿Os apetece ir a una cabina?”. A lo que sus putos tritones respondieron con un “Sí, nos apetece”.


Risas.


Maricones todos. 




2 comentarios:

  1. Me encanta ! Nada como compartir a tres, jeje... ¿No se siente uno un poco agobiado ( o resulta cómodo ) chupar subacuáticamente culo o polla en un jacuzzi ? No sé, solo de pensar que no puedes abrir los ojos bajo esa agua calentita con sus burbujas y tener que abrir la boca para mamar, ya me ahogo ;-)

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    1. Sí, chupadas subacuáticas no son muy placenteras. Creo que le confiere algo de morbo y diversión, pero no deben intitucionalizarse, se pierden sabores y oxigeno.

      Gracias por escribir.

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