miércoles, 12 de julio de 2023

Putirevoloteando (Octopus parte 6)


 


La tarde había resultado más fructífera de lo esperado. Mamadas, folladas, lamidas subacuáticas de culo, un trío inolvidable con dos tíos. No había manera de quejarse. No voy a negar que el encuentro con el tío de 40 que preguntaba de todo, me había resultado aburrido y en algún momento impertinente. Luego, coincidimos en el bar. El tío era majo para conversar, más no para follar. Desde niño había sido abiertamente gay y la estrategia que usó la familia para “controlarle” era el argumento de las enfermedades venéreas. ¡Y me volvió a preguntar lo mismo otra vez! Como me encontraba satisfecho, decidí dar un par más de putivueltas a ver cómo iba todo. Con algo de suerte algún tío me follaría. 

En el cine había poco movimiento. Mucho movimiento de entrar-salir-entrar-salir, tíos buscando caña, pero que tampoco se deciden por una cosa u otra. Quizás estaba llegando la hora de los que buscan a su media naranja o a la polla perfecta. Es un momento cuando uno visita estos espacios de cruising en el que los ritmos van lentos, se aprecia a mucho tío putirevoloteando, pero que no concretan nada. No hacen nada, no se dejan hacer.

 

Al fondo de cine había un tío de edad incierta, de barba, osete y en lo que hicimos contacto visual se quitó la toalla y comenzó a pajearse. “Aquí entro yo”, pensé. Me fui directo a la polla del tío, él sentado y yo, cual humilde puta de rodillas saboreando una hermosa verga. La tenía morcillona, se le ponía dura mientras la tenía en mi boca, pero apenas la descuidaba para saborear los cojones, la polla buscaba caer en un estado de letargo. No sé cuánto tiempo estuve allí, quizás unos cinco o diez minutos, el tío se marchó sin correrse y peor, sin dar las gracias. ¡Por lo menos la clásica palmadita que dice “gracias, macho! Me tengo que marchar. 


Sigo de putivuelta. No me apetecía entrar ni al baño turco ni a la sauna seca. Paso por la taquilla a revisar el móvil. No había mensajes ni de Monse ni Fede. Me apetece una ducha. Allí me topo con dos tíos que están llegando: uno joven y delgado, de unos 25-30 años, el otro un tío perfil oso, rapado, panza y de 45-50 años. Nos saludamos y no sé qué carajos pasó. Estaba yo allí, de rodillas, disfrutando dos hermosas pollas. La del chaval era larga, unos 18 cms, delgada y buen capullo. El oso tenía una polla de unos 20 cms y jodidamente gorda. Les dije para entrar a una cabina o follar en el sling. “Más tarde”, me dijeron, “acabamos de llegar y no conocemos el local. Eran putitos de San Sebastián que estaban de putiturismo.


Termino con la ducha y noto que hay movimiento en el cuarto oscuro. Entro allí y en la primera vuelta entran dedos en mi culo, bocas desconocidas me chupan la polla y las bolas, pero como había queda satisfecho con el trío de osos, no se me para, y los tíos estaban en plan no perder tiempo y me dejan a la buena de Dios. Cuando voy de salida me encuentro con el tío del cine y, allí mismo, me arrodillo de nuevo y comienzo a engullir la polla. Mucha saliva, mucho morbo. Le busco el ojete y el tío no solo se deja, sino que me pone lubri en un dedo para que continúe paseando por su culo. Al cabo de pocos segundos, el tío, ahora sí, con toda la amabilidad del mundo, me dice que se va a correr. “¡En mi cara!, digo de lo más sumisa. En efecto, el tío saca su polla, se pajea como bestia y el primer chorro de lefa me cubre desde la frente hasta la barbilla. El segundo chorro me salpica en el moflete izquierdo y ya el tercero no llega a la cara, pero cae en mi pecho. Decido hacer algo que no tengo la costumbre y le chupo el capullo con suavidad, procuro sacar las últimas gotitas de su semen que sabía algo rancio, pero bueno, estas cosas son así. Cruzamos miradas en medio de la oscuridad y escupo el semen que tenía en mi boca. Me ayuda a ponerme de pie y a la salida desaparece. Yo me fui a por una ducha.

 

Eran casi las 17:00 hrs. ¡Tres horas de putiexperiencias! Me apetecía que me dieran a por culo, pero consideré que estaba bien y decidí volver a casa. 


Al llegar al piso, tenía mensaje de Fede de Whatsapp.: 

 

Fede: 

Mañana, café en donde siempre. 11:00 hrs. Confirma. 

 

(Fin de esta crónica en la Octopus)


 




4 comentarios:

  1. Gracias por tu historia.una pregunta :que horas son las mejores en octopusy?y dias?? Gracias

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    1. Gracias a ti, por escribir. Lo de un buen horario está como dificil. Por lo general, depende mucho del morbo que tenga la peña. Me ha dio muy bien sábados y domingo después de las 16 h. Aunque también algunos días de semana he tenido mucha suerte. Es cuestión de visitar e ir probando.

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  2. Tres horas de putiexperiencias muy bien aprovechadas. Unas veces se está el mismo tiempo y puedes dar las gracias si algo sale. Y otras, tontín tonteando te dan para escribir 6 capitulos en el blog, jeje...
    Gracias por escribir. Me da que el café con Fede dará para algo más que un café ;-)

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  3. Gracias, Perro. En efecto, fue una buena jornada. Y con Fede ya lo leerás y me contarás.

    Gracias por escribir.

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