sábado, 6 de enero de 2024

Pegging

  




Revisando la Memoria y cuenta de 2023, os mencionaba que la Montse y yo nos hemos aficionado al pegging. Que sí, que ya lo sé, que no es lo mismo que os me metan un pedazo de silicón en el culo a ser follado por un cipote. Es verdad. Pero resulta que, sorprendentemente, mis escaramuzas homosexuales han bajado desde que la Montse me folla con arnés a por culo.  


El pegging es una movida que revienta estereotipos y los roles de género que se mantienen en parejas hetero-tradicionales. A lo largo de mi vida hetero he tenido algunas tías que han jugado con mi culete. Solo con dos he tenido la fortuna de que sea rutina sexual y una de ellas es la Montse. 


El pegging consiste en que el hombre es follado por una mujer, sin más. Aunque he leído que no es práctica exclusiva hetero. Que si una pareja de lesbianas usa arneses con dildos también lo es. Pero esto no me queda claro y prefiero hablaros desde el prejuicio heterosexual. En los últimos años, el pegging se ha hecho famoso por romper con los tabúes en las parejas hetero, porque manda la mujer. ¿Reivindicación de género? A me huele a que muchos machos están aceptando que el culo es una fuente inagotable de placer y, estoy seguro, que muchos no se consideran gays, pero dejarían que una mujer les metiera un cipote de 22 cms. O como yo, que desde muy joven sentí fascinación por las trans y que tarde muchos años en poder estar con “una”.  


En la relación con la Montse, las sesiones de pegging han servido para:

 

  • Me relajo completamente. La tía juega con mi culo. Ella siente que tiene el control y está feliz de “sentir” como se folla a un hombre.  

  • La comunicación sexual ha mejorado la relación. Si bien nunca ha estado mala, es divertido cuando Montse me pregunta por teléfono “¿Vendrá Peggy?”, o yo le digo: “Peggy pasará por casa esta noche. Queda implícito que habrá acción.  


Se dice por ahí que los orgasmos con el pegging son más brutales que los que se sacan por el coño... Si quieres comprobarlo por ti mismo, ¡toca ponerlo en práctica! ¡Lo reafirmo! Aunque no se lo he confesado a la Montse, pero ella feliz de follarme mientras me extrae la leche de los huevos. 


Si sois heteros con pareja y leéis este blog y os da corte y no sabéis cómo llevarlo con vuestra pareja, una opción cojonuda es probarlo en solitario, un juguete adecuado para ocasiones solitarias. Hay miles de opciones de juguetes para el culo que podéis probar, primero por tu cuenta, luego con quien queráis. Yo creo que lo que no puede faltar es lubricación, es clave, entre más, mejor.  


Los primeros intentos han de ser suaves, se trata de estar relajados, para que la cosa entre sin problemas. Hay que aprender a conocer el culo y que los esfínteres estén relajados, sin miedo, con la tranquilidad de que no dolerá. Si estáis tenso, pues dolerá y será traumático, si estáis relajados, conoceréis un mundo nuevo.  


Las posturas para esto son muy variadas, pero para empezar en pareja, la postura del perrito es fácil de hacer. Aunque mi preferida es con las patitas al aire, y en las últimas semanas, de lado, dando la espalda a Montse mientras me folla. Quienes lo intentéis por primera vez, podéis empezar con los dedos, para ver cómo va y poco a poco, id subiendo el nivel. Repito, no olvidéis nunca la lubricación, es importante.  


Una vez que habéis trasteado con los dedos, podéis usar arneses y dildos para disfrutar al máximo de esta movida y explorar todas las posibilidades que ofrece. 
 
Si lo habéis hecho, dejad vuestros comentarios. 
 
Feliz año 2024 y que sea un año lleno de sexo y putidiversión. 






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