miércoles, 27 de diciembre de 2023

Memoria y cuenta 2023

  




Este año, a diferencia del 2021, fui más puto. El año comenzó muy bien, La parienta pasó algunas semanas de viaje y aproveché para putear. Volví a sitios que no frecuentaba desde hace algunos años, antes de la pandemia, quizás 2018 o 2019, como The Meat Rack y The Attack. Si revisáis las historias de los meses que están entre febrero y abril, hay de todo un poco. Lo que sí quedó claro es que estoy envejeciendo, y si bien, la polla ha tomado de nuevo forma y tono, ya no ligo con la misma rapidez que antes. Antes me liaba con los vejetes, ahora son los chavales los que me buscan. ¡Desde luego que solo los chavales que le gustan mayorcitos! Yo sabía que esto algún día iba a pasar, pero uno nunca está preparado. Por fortuna, el puteo me agarra con la mejor actitud al respecto.  


Sin embargo, en las putivisitas a la Octopus, he notado que el trato y el folleteo sigue igual: a veces se folla, a veces no. No siento cambio significativo en el trato, por lo menos como lo sentí en el Meat o Attack. ¿Son suposiciones mías, fantasmas de la fantasía, diréis? Quizás sí. Os hago las observaciones respectivas sin resentimiento ni nostalgia, tan solo como observación de un puto que envejece. Ahora, fijaos que en el Firewood me parece que todo el rollo está de lo más normal. Me han follado y he follado. Allí, al igual que la Octopus, no he sentido cambio, salvo que los chavales se me acercan con más frecuencia. Menos aquellos que andan en plan cachas y tal. 


Otra cosa que he notado de este 2023 es que he vuelto a los sitios de cruising al aire libre. Cosa que hice, si acaso, dos o tres veces entre 2020 y 2022. Por lo general, aprovechaba las Crónicas de agosto y el mes respectivo para irme de puteo al aire libre. El calorcico permite vagabundear hasta altas horas de la madrugada y, sobre todo, andar con poca ropa. Este año he visitado el Carrefour de San Fernando, en donde la pasé bien en varias ocasiones, a pesar de que solo narré una putiaventura este año. La zona de cruising está muy deteriorada. Sucio, todo tipo de basura y mierda por todas partes. Creo que los maricones deberíamos hacer una jornada de limpieza todo el día y, al caer la noche, entregarnos a una orgía, no sin antes dejar todo bien dispuesto para botar la basura. Otra cosa que noté en mis excursiones a San Fernando es que hay mucho yonqui, se mueve y consume más droga que, por lo menos, una década atrás. O es eso o es que estoy viejo y me fijo más en esas cosas. También visité el Templo de Debod y descubrí que la peña que abundaba eran chavales, más chaperos que antes, los viejos maricones se han marchado. Visité cuatro veces El Retiro, uno por cada estación. No pasó nada memorable, algunas mamadas, pero nada que haya merecido una reseña. También visité en parking de Plaza de Toros de Ventas. Algunas cosillas interesantes y que narré en el blog. 


El Fede también estuvo presente este año. Especie de putiamigo-con-derechos, nos encontramos varias veces, en algunas nos íbamos de cruising al aire libre o de saunas; en otras, al tío le daba por follar en el hotel. Él sigue con sus coqueteos y aventuras usando Grindr, a veces le va bien, otras veces no. Si ha quedado algo claro es que el Fede es puto por naturaleza. Yo, por mi parte, no usé el Grindr este año. Primero, porque a diferencia de los tres últimos años, he salido a putear con más frecuencia. Segundo, mi vida heterosexual está más que satisfecha. 


Y estoy seguro de que os preguntaréis qué es de la vida de la parienta. Pues la Montse le ha dado por el rollo del pegging. Compramos un arnés con un dildo de tamaño promedio (yo me he metido cosas más grandes), y aunque sea, una vez al mes la tía me folla. No folla a toda caña porque le da miedo hacerme daño (si yo le contara...), pero lo suficiente para dejarme satisfecho. Me folla y me pajea con una suavidad tal que aumenta mi excitación y en menos de cinco minutos me corro y quedo satisfecho. Esto hace que no me haga falta buscar putas o putos para satisfacerme; aunque el puteo gay es una disciplina, es una práctica y una noble tradición; trato de practicarlo con cierta frecuencia. Además, follar con machos es otro rollo. 


¿Y qué os deparará el blog en 2024? ¡Pues que vuelven las crónicas de Puteando en América! Por razones de curro debo volver a América y estoy planeando las visitas respectivas: Ecuador, Argentina, Colombia, México y Brasil serán los paises que visitaré y aprovecharé para putear. Si alguno de vosotros me leéis desde allí, dejad recomendaciones en los comentarios.


Espero que me dejen el culo lleno de sellos migratorios. 

 

¡Que tengáis unas felices fiestas! 




 

2 comentarios:

  1. Los cambios no tienen que ser necesariamente malos en si mismos, si uno sabe adaptarse a ello, disfrutar de lo que se presenta y como dices, adaptar la mejor actitud posible.
    Esperando con anhelo las putiaventuras americanas !

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    1. Gracias por escribir. En efecto, los cambios hay que saberlos vivir y sobrellevar. También lo de las erecciones es un asunto hormonal. Hay días que amanezco a millón y me follo a la parienta o me voy a una sauna; aunque no es como antes. Como leí por ahí, cuando se llegan a ciertas edades el sexo es como ir a una excursión: hay que planearlo con calma y disfrutarlo plenamente porque no sabemos cuándo se repetirá. =D

      Por ahora, seguimos en el folleteo; pasivo y/o activo, pero siempre follando.

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