lunes, 30 de diciembre de 2024

Sexo en Buenos Aires, Argentina (Parte 15) - Glory Holes

 





En la zona de glories había movimiento, pero nadie estaba dando de mamar, ni siendo mamado. Por lo cual, me tocó dar algunas mini-putivueltas para ver si se animaba la peña. Así que estuve un buen rato en la zona de pasivos, esperando que se apareciera alguna polla perdida, que necesitara cariño, mimo y atenciones. Los otros puti-pasivos se desanimaban rápido y se iban. En distintos momentos estuve solo por varios minutos. Uno que otro que pasaba por la zona de activo, pero que no compartía polla.  

Estuve apunto de desanimarme, pero si algo caracteriza el arte del puteo es eso: es un arte. Y arte significa técnica, paciencia y experiencia. Así que esperé otro rato. Total, no tenía nada que perder, era temprano aún y cualquier polla podría pasar.  

En eso, polla salvaje aparece. Me arrodillo y allí descubro varias cosas. Primero que nada, que al no haber sillas, mis rodillas sufrirían las consecuencias. Segundo, la manera más cómoda de mamar era flexionando las rodillas y poniendo el culo en alto, lo que incitaría a otros machos a tantear el trasero. Esto me gustó. Tercero, aprendí a mamar en glory holes a los golpes. Sí, con golpes, pues, mientras aprendía el funcionamiento de los glories como pasivo, tuve que aprender a medir la distancia entre mi boca, la polla, mi cabeza y la pared. Fueron muchos los golpes, pero valió la pena. Por último, la experiencia de mamar en glories me gustó. Es eso, dedicación exclusiva a una polla anónima. Por fortuna, me tocó una bonita polla, en forma de lápiz y tallo erguido y firme. Estaba disfrutando esta “primera vez”, que me estaba pareciendo fructífera, cuando de repente, a mi izquierda apareció una enorme polla. Monstruosa, de esas que son perfectas para todo, menos para el placer anal. Sin descuidar la polla que tenía en mi boca, comencé a acariciar con mi mano izquierda esa belleza monstruosa que había aparecido. ¡Oh, fortuna! ¡Mi primer glory-pasivo y tenía dos pollas para mi solo! Pero, ¿qué había hecho para merecer tanta dicha? En menos de tres minutos, apareció otra polla a mi derecha. Se estaba llenando la zona de glory y yo era el único pasivo. La polla que estaba a mi derecha se veía menos apetecible. Flácida, delgada, casi sin vida. Se notaba que tocaba hacer un trabajo oral con mucha dedicación 

¿Cómo satisfacer tanta demanda? Era dificil, porque si me iba hacia a la izquierda o la derecha, alguna de las pollas quedaría descuidada. ¡Cómo lamenté no ser de plástico y así podría satisfacer todas estas pollas! Por fortuna, llegó un tío que se dedicó de lleno a la polla gruesa que estaba a mi izquierda. En cuestión de minutos, la polla que estaba a mi derecha, también sería satisfecha por otra boca peregrina. En lo que a mí respecta, me dediqué a la polla que la providencia había enviado. 

(Continuará) 




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